miércoles, 28 de diciembre de 2016

CAMBIAR PARA NO SUCUMBIR

CAMBIAR PARA NO SUCUMBIR

“Dos tribus habitan nuestra jungla política, los que persiguen neoliberales y los que persiguen populistas. Se extinguieron los que piensan”.
Julio Bárbaro
Al tratar de analizar las distintas posibilidades que tenemos para encontrar respuestas a los complejos dilemas de la época, nos topamos inmediatamente con una tendencia absurda de los jíbaros de las ideas, y esto es altamente desmoralizante cuando quien lo practica son personas que la sociedad les asignó un lugar de privilegio en el cuadro de honor del conocimiento y el saber. Los intelectuales (de ellos estoy hablando) se supone, deben ser por su formación quienes tengan la capacidad y la disposición necesaria para ayudarnos a comprender con su erudición, los múltiples conflictos que vive nuestra sociedad globalizada. Me refiero obviamente al carácter diverso y plural que tienen las propuestas en oposición a otros presupuestos viciados de prejuicios o fanatismos que impiden la libre selección de las mejores ideas como instrumentos teóricos y filosóficos al servicio de la praxis real de los pueblos.
Lo que menos espera la sociedad de ellos (los intelectuales) es verlos enrolados partidariamente en alguna facción, grupo o partido político para luego con total desparpajo caracterizar ideológicamente a los “culpables de las continuas pesadillas” que vive nuestro país, calificando desmesuradamente a modelos políticos que en su momento fueron (y todavía lo son) artífices de importantes reformas para nuestro pueblo favoreciendo con ello a grandes mayorías de nuestra sociedad, en especial, a los más necesitados.

Este constante devenir de la construcción histórica política de nuestro pueblo obedece a la condición central de la política misma determinada por relaciones de poder que hacen que la dirigencia partidaria ponga el ojo en las deficiencias de los modelos que esgrimen sus adversarios y no en los logros que dejó su paso por el poder político y su gestión. Como es lógico suponer, nadie es tan ingenuo como para pensar que la dirigencia política estructure su discurso exaltando a sus contrincantes, cosa que si así fuera lo bien que le haría a la democracia y sus representantes, pero al fin y al cabo, convengamos que ese es su rol de militante partidario, avanzar hacia lo que falta, hacia lo no hecho. Pero entonces ¿cuál es el rol del intelectual en la sociedad y como se diferencia del político?. El [intelectual es el que se dedica al estudio y la reflexión crítica sobre la realidad y comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella alcanzando cierto estatus de autoridad ante la opinión pública, si esto es así, el intelectual es aquel que subordina su subjetividad y sus intereses personales en aras de la verdad objetiva del acontecer de los hombres y su entorno, sujetos estos invariablemente por su condición, al libre albedrío por la circunstancia del ser: intelectual; “Los juicios morales en política solo son posibles si existe el libre albedrío”. Immanuel Kant

Es indudable que las sociedades vienen cambiando a un ritmo vertiginoso, con lo cual su composición es equivalente a su dinámica. Sus componentes tanto institucional como los colectivos sociales, ya no son los mismos que antes, esta verdad harto debatida en los ambientes políticos del mundo es la que nos permite sostener que los sistemas de representación partidario de la democracia están agotados (o en crisis) junto a su dirigencia que por todo los medios, resisten a su transformación.
La ciencia y la tecnología aceleraron los tiempos del cambio mundial que definitivamente establecieron nuevos modos y prácticas en los que los hombres y mujeres del planeta se vinculan entre sí; la economía y los sistemas de producción globalizados cambiaron irreversiblemente las relaciones de poder forzando a los partidos políticos y su dirigencia (instrumento fundamental de las democracias) a promover  cambios necesarios para adaptarse a los nuevos tiempos que exigen obtener la suficiente autoridad moral para legitimarse ante las mayorías sociales y avanzar así hacia las aspiraciones generales que demanda la sociedad. En este contexto global donde existen más dudas que certezas, los problemas y los reclamos por los derechos de los distintos sectores sociales adquieren una dimensión extra territorial poniendo de relieve que las formas de organización y las metodologías empleadas en esta constante lucha por los derechos también han caducado. La importancia que se le debería dar a las nuevas formas de organización política es un tema central en el camino de las reivindicaciones políticas, económicas, sociales y laborales ya que tienen consecuencias directas en el desarrollo de los pueblos. Así se lo vienen planteando algunos sectores de izquierda que les permitió pasar de la marginalidad del pasado a la lucha por las ideas en el parlamento o las distintas legislaturas provinciales incorporando su demanda y fortaleciendo así el sistema democrático argentino. 

Una falaz dicotomía recorre las democracias del mundo globalizado incluyendo a nuestro país en particular que dejó históricos conflictos de desencuentros sin saldar, en este sentido los argentinos somos capaces de llegar mucho más lejos para evitar lo que tememos que para alcanzar lo que deseamos, es por ello que no es calificando a los oponentes de populistas o neoliberales como vamos a resolver los complejos problemas de nuestro tiempo, sino mas bien, buscando entre todos el camino común que nos dé la certeza de encontrar la sabiduría que nos haga más justos, más libres y más solidarios entre sí. 

VICENTE SCORDAMAGLIA

martes, 13 de diciembre de 2016

¿CUAL ES EL PROYECTO DEL GOBIERNO?

¿CUAL ES EL PROYECTO DEL GOBIERNO?

La parálisis en la que ha entrado el gobierno nacional mantiene en alerta a todas las fuerzas políticas, sociales y económicas que se preguntan: ¿hacia dónde va la Argentina?. El impulso que lo caracterizó en los primeros meses de su gobierno parece haber chocado de frente contra los datos duros de la realidad que son mucho más severos de lo que el actual gobierno pronosticaba. Con ansiedad de colegiales antes de un examen de ingreso, los funcionarios del gobierno esperan el auxilio de algunas inversiones que modifique el actual estado de cosas y así  mostrar algo diferente y más tangible que el dialogo con la dirigencia opositora y los buenos modales que hasta ahora supo tener, así, el gobierno nacional, se gastó en esos gestos irrelevantes un año de crédito de su hasta ahora “intrascendente” gestión de gobierno. 

Los pocos logros conseguidos por el oficialismo consistieron en una serie de leyes fundamentales que pedía enfáticamente para comenzar a gobernar ( el cepo cambiario y el arreglo con los holdout) esto fue posible  gracias a la oposición que facilitó la sanción de estas leyes que el gobierno entrante consideraba fundamentales para abonar el ingresos de inversiones proveniente de capitales extranjeros que resultaron ser a un año de gobierno, medidas exiguas frente a la expectativa planteada por el oficialismo, situación esta que lo dejó al descubierto de que ese era su único plan para sacar a la Argentina de su estancamiento estructural. Claro, dice el dicho popular: ¡con plata, hasta los inútiles se lucen!

En el otro extremo del escenario nacional, la tan ponderada rosca política en la que se ve ocupada la oposición, obedece a un solo objetivo: esmerilar al gobierno y llevarlo a un callejón sin salida para que tenga que seguir negociando con el parlamento todas las leyes que pretenda implementar el ejecutivo en el próximo año electoral; así, de esta manera, ninguna ley le es propia sino del conjunto de las fuerzas políticas que se atribuyen grandes victorias al cambiar importantes tramos de los proyectos originales del ejecutivo dejando en el camino (el gobierno digo) inmensas cuotas de poder que lo están llevando a la elección intermedia del año próximo con pocas chances para relanzar su proyecto de cambio que hasta ahora, solo quedó en los enunciados de campaña electoral que lo llevó a la presidencia nacional.

El ejemplo lo tenemos con la tan bastardeada ley de ganancia que terminó por aislar definitivamente al gobierno después de que trece bloques consensuaran la ley que finalmente fue votada en el recinto dejando a la oposición en las puertas de una alianza con grandes probabilidades de que esos acuerdos parlamentarios pasen a ser en el futuro acuerdos electorales que complicarían aún más el desarrollo de la gestión macrista. 

Es notable como en este punto el gobierno no evitó que la oposición se alzara con una “victoria” parlamentaria que se podía haber evitado ya que según los especialistas dicen que solo se trataba de una diferencia exigua de dinero entre uno y otro proyecto, pero parece ser que una mala apreciación política envalentonó a algunos funcionarios del gobierno que creyeron que tenían ganada la pulseada con solo un acuerdo con los gobernadores de las provincias más importantes. 

El caso es que hoy, el oficialismo, se encuentra en otra encerrona producida por su propia impericia; si veta la ley, se verá sometido a un incansable hostigamiento en las calles por parte de la oposición con el argumento de que las promesas de campaña no son para cumplirlas, solo sirven para ganar elecciones, pero en el caso de que asuma la decisión de respetar la decisión del parlamento (como corresponda) no solo dejará a la oposición sin su argumento favorito sino que además dará testimonios razonables para mostrar que el “cambio”, ¡empieza por casa!.

VICENTE SCORDAMAGLIA

    

jueves, 8 de diciembre de 2016

CERRAR LA GRIETA: “LA GRAN MISIÓN”

CERRAR LA GRIETA: “LA GRAN MISIÓN

TOMÁS ABRAHAM: “LA EMPRESA DE VIVIR”
“El hombre se salva por su servicio a los otros hombres y así purifica su conciencia.
No se salva ni adulando a Dios, ni pidiéndole perdón, ni esperando su absolución”

Mucho se ha hablado de la grieta que dejó el Kirchnerismo a lo largo de tres mandatos consecutivos en el ejercicio del poder. La confrontación sistemática como práctica de construcción política y el argumento ideológico que señalaba a aquel que pensara distinto como el enemigo que había que combatir, fueron sus argumentos favoritos. Mirándonos en el espejo de Colombia que le costó cientos de miles de muertos en lo que va de los últimos 50 años y la zozobra permanente como modo de vida de su población, vemos como los pueblos “hartos ya de estar hartos” comienzan a tomar conciencia de que el ideologismo extremo (sea este de derecha o izquierda) esconde en su exacerbado discurso, intereses que van más allá de una utopía libertaria. Todo sujeto grupo o facción política que combate a una dictadura cruel y despiadada, al argumentar su discurso y exagerar sus prácticas en la acción política, corre el riesgo de convertirse en el transcurso de esa acción, en lo mismo que combate de su enemigo: esto es, la bestialidad que representa.

Si bien es cierto que la política es la lucha por el poder, no es menos cierto que esa confrontación (en el caso de acceder al poder) le otorgue derecho alguno de producir la desunión ciudadana en el transcurso de hegemonizar su proyecto político. Así como la muerte no redime a los hombres de sus pecados, el triunfo no convierte los defectos en virtudes, de modo que todo dirigente que obtenga una posición de poder y con ello provoque o estimule una grieta en el seno mismo de la unión nacional de su pueblo, está atentando contra los intereses no solo de quienes considera sus enemigos sino de todos los argentinos piensen como piensen.

Quizás convenga recordar que los pueblos que han desarrollado un pensamiento crítico son aquellos que aplicaron con fervor la lucha por las ideas, aquellas que a su vez son las que estimularon una verdadera conciencia democrática en el núcleo mismo de la sociedad; estos argumentos son definitivamente los que facilitaron la creación de un sistema institucional con la fortaleza suficiente para que en su interior, contenga a todas las ideologías sin que estas atenten contra la democracia, considerada ésta como el bien más preciado de los pueblos que aspiran a elegir libremente el modo de sociedad que desean construir.

La compleja realidad que viven los pueblos solo se resolverá con mecanismos que se encaminen a consensuar intereses e ideas multiplicadoras de políticas que tiendan al bien común de sus ciudadanos alentando la participación y el compromiso de todos aquellos que anhelan un país mejor para todos, por tanto no se trata aquí de proponer fórmulas magistrales para resolver los complejos interrogantes que aquejan a nuestro pueblo en general, sino mas bien se trata de un conjunto de ideas y reflexiones que ayuden a comprender al menos la problemática de nuestro tiempo. 

VIKTOR FRANKL señalaba: “Ser hombre es ser cuestionado. Vivir es dar una respuesta”
Si vivir es dar respuestas, convengamos al menos que esas respuestas tienen validez en un contexto histórico determinado; la labor de la política al igual que la de los hombres será la de cuestionar severamente el sistema preestablecido para mediar luego entre los intereses de los diferentes elementos sociales, políticos y económicos, proponiendo a unos y a otros compromisos equilibrados haciéndoles saber que sus ideas solo son relativas (y no absolutas) y que solo tienen validez en ese contexto histórico de la democracia argentina y no en otro.


VICENTE SCORDAMAGLIA

jueves, 1 de diciembre de 2016

La Revolución Cubana y Fidel

La Revolución Cubana y Fidel

Mucho dudé en escribir acerca de este tema tan controvertido; sobre todo porque seguramente al hacerlo no solo no podré evitar poner en juego mi subjetividad más profunda y con ello mi pasado de militante (a esta altura de mis años) “histórico” sino que además no podré, (como es lógico) evitar el juicio ligero que tienen muchos compatriotas de rotular con facilidad antes que razonar. Lo hago con el convencimiento de que mi relato (realizado en nombre propio) pueda significar algún aporte frente a los intentos de muchos sujetos (tan históricos como yo) de negar no solo la realidad (o el contexto) de aquellos años en que comenzó la revolución Cubana sino la de querer borrar con calificativos ignominiosos su propia historia.

La revolución Cubana significó para la mayoría de los jóvenes de mi generación el faro que iluminó nuestras aburridas vidas que, allá por la década del sesenta, nos proponía el sistema imperante en el mundo. Sexo desenfrenado, drogas y rockanrol, fue la primera manifestación de rebeldía ante el hartazgo de una vida sin sentido a la cual recurrimos, casi sin excepción, la mayoría de los jóvenes de esa época. La llegada de la revolución Cubana con Fidel y El Che Guevara, significó para muchos como yo, la posibilidad de acceder a una vida llena de valores sociales y utopías ante la falta de ideales manifiesta de esos años vacíos sin un propósito para vivir. Querer cambiar el mundo (nada menos que eso) significó para una generación cambiar el paradigma de aquellos jóvenes idealistas entre morirse de aburrimiento e inanición por la de dar la vida por los ideales de construir un mundo más justo, solidario y libre como fuera posible. Agrupados en distintas corrientes políticas de la época, fuimos haciendo tangible la idea equivocada a mi juicio de que en nuestro país se podía llevar adelante un proceso como el que se estaba produciendo en Cuba, desconociendo la envergadura que este proceso tenía en La Guerra Fría que al mismo tiempo consumaban las dos potencias surgidas de la segunda guerra mundial RUSIA Y EEUU disputándose la hegemonía del mundo de ese tiempo. En este contexto de sumo riesgo que amenazó la paz mundial, se desarrolló la revolución Cubana que tuvo como correlato central la figura de Fidel Castro que emergió como líder indiscutido de un proceso revolucionario que se desplegó por todos los pueblos del planeta que buscaban a su vez su propia liberación nacional y social.

Cuestionar la figura de Fidel Castro en ese proceso mundial es minimizar la historia de los pueblos que siguen luchando en contra de los imperialismos y que hoy más que nunca intentan sojuzgarlos a través de nuevos métodos de dominación cultural y tecnológica haciendo inviables las aspiraciones de los pueblos del mundo, a construir en libertad y democracia las sociedades que desean para sus pueblos. 
Ante tanto barullo ideológico que provocó la muerte de Fidel, reivindico absolutamente lo que supo hacer junto a un pueblo heroico que acompañó la decisión de vivir con austeridad (pero dignamente) antes que sucumbir para transformarse nuevamente en prostíbulo del imperio. 

Los excesos que hubiera cometido en ese proceso revolucionario ciertamente deslegitiman en lo personal lo hecho por Fidel, pero no así la de su pueblo y sus razones, por ello al juzgar su trayectoria post mortem una frase sobrevuela todos los análisis del mundo: ¿Lo absolverá la historia?
Primo Levi reflexionaba así sobre la razonabilidad de los mortales:
“Los hombres muy raramente son razonables cuando lo que está en juego es su propio destino”: deberíamos saber a esta altura que el destino de una Cuba libre y soberana estaba atada indefectiblemente al destino de Fidel Castro.

VICENTE SCORDAMAGLIA  


miércoles, 23 de noviembre de 2016

EL DÍA EN QUE MACRI DIO INICIO A LA CAMPAÑA 2017

EL DÍA EN QUE MACRI DIO INICIO A LA CAMPAÑA 2017

El pasado domingo 20 de noviembre, en una entrevista realizada por el diario Clarín y destacada ampliamente en la portada del diario, el presidente Mauricio Macri anunciaba así: “vamos a ganar en 2017 porque los argentinos quieren seguir esta línea”. De esta forma, el presidente de los argentinos, daba por iniciada la campaña electoral del año próximo.

No se sabe muy bien si fue un desliz producido en medio de la entrevista o por el contrario obedece a alguna “estrategia” que le sirva al gobierno para desviar la atención de la opinión pública sobre los angustiantes problemas devenidos del errático plan económico que naufraga en las aguas revueltas de la política argentina. 
Lo cierto de todo esto, cualesquiera sean las intenciones del gobierno, provocaron un revuelo importante y que a partir de allí desató una escalada de declaraciones entre opositores y oficialistas destinados a tomar posiciones con respecto a la política y a la economía nacional con vistas ahora sí a las elecciones del 2017. Dicen los manuales más antiguos que en política nada es casualidad, sin embargo, tratándose de un gobierno que desprecia las prácticas de los políticos tradicionales, podríamos llegar a concederle el error, como un desliz inoportuno que acelera fuera de tiempo la carrera electoral del próximo año. 

En este estado latente de ebullición en el que vive nuestro país por parte de los sectores del trabajo y corrientes de grupos de desocupados, comienzan a sumarse algunas voces de empresarios que alertan del peligro cierto ante la demora de la recuperación de la economía nacional. El descontrol que provoca el ingreso desmedido de productos provenientes del exterior podrían agregar nafta al fuego, generando un estado de zozobra para un gobierno que necesita la paz social tanto como el ingreso de divisas que oxigenen la economía para evitar la cadena de despidos que ya se llevó puesto a más de cien mil trabajadores en los últimos seis meses.

A un año de la asunción del nuevo gobierno de Cambiemos, los argentinos nos encontramos sin respuestas sólidas que indiquen las mejoras prometidas, las dudas comienzan a rondar la cabeza de algunos dirigentes importantes como el presidente de la cámara de Diputados Emilio Monzó (que muestra la falta de política) buscando alianzas que atemperen una posible escalada de conflictos, que solo se pueden mantener a raya si se incorpora al gobierno una serie de dirigentes con alguna capacidad de diálogo con los sectores que han comenzado a ganar la calle ante la falta de respuestas del gobierno que intenta desesperadamente atenuar el impacto de las medidas recesivas que decidió aplicar desde su inicio y que recaen dramáticamente sobre los sectores del trabajo y la producción nacional. La Confederación General del Trabajo (CGT) en una demostración de madurez política, le pone el pecho a los sectores más radicalizados de la política y al mismo tiempo le advierte al gobierno que no está dispuesto a otorgarle un cheque en blanco a sabiendas que debe aceptar la ley de emergencia social y la modificación del impuesto al salario sin atenuante, como una forma de calmar los espíritus belicosos de algunos dirigentes para tratar de llegar con menores conflictos a las paritarias del año próximo y enfrentar el desafío electoral que seguramente tendrá carácter plebiscitario sobre la gestión Macrista.

En este contexto el país entero ya sabe que este modelo solo cierra con más endeudamiento, eso no es bueno ni malo en los tiempos (de la globalización) que corren, el problema es cómo se van a utilizar esos recursos (si es que vienen) si se van a utilizar para promover el desarrollo del aparato productivo nacional generando nuevos puestos de trabajo, alentando el consumo interno, rueda de auxilio de cualquier plan económico estratégico, el gobierno tendrá el apoyo que necesita para el año próximo (elecciones intermedias) caso contrario los macristas no contarán con el apoyo imperioso que necesitan para enfrentar la segunda etapa de su gestión; sin el apoyo popular y con los riesgos que eso implica, en términos políticos, esto significa un gobierno débil sin el aval indispensable que garantice la gobernabilidad necesaria.  

VICENTE SCORDAMAGLIA

miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA METAMORFOSIS DEL IMPERIO

LA METAMORFOSIS DEL IMPERIO
Zygmunt Bauman
He llegado a creer que las preguntas nunca están equivocadas, sino las respuestas.
También creo sin embargo, que no preguntar es la peor respuesta de todas.

En la construcción de nuestras sociedades los conflictos políticos han sido constantes e inevitables desde los inicios mismos de los tiempos; por ello, poco importa el nivel del conflicto sino más bien observar los intereses que ponen en marcha esa confrontación.  Es indudable que nuestras sociedades vienen sobrellevando un notable desgaste de los instrumentos democráticos utilizados para dar respuestas eficaces a los innumerables problemas que debió enfrentar el mundo en los últimos setenta años de hegemonía liberal, pero lo cierto es que hoy pareciera que los tiempos en que esa hegemonía neoliberal reinaba, parecen haber llegado a su fin.

Las recientes elecciones en EEUU y el triunfo de Donald Trump que el mundo entero esperó con expectativa e incertidumbre, dan cuenta de la importancia que tiene esa elección no solo para los ciudadanos de ese país, sino así también para el mundo entero. Mucha tinta corrió antes y después de esta elección, ya sea para influir en sus resultados antes, y más tarde para dimensionar sus consecuencias con el resultado ya conocido. El giro de ciento ochenta grados que acaba de dar el imperio que hegemonizó los destinos del mundo entero desde la segunda guerra mundial en adelante deja perplejo a los especialistas que sostenían que semejante cambio no se podía producir en la cúspide del poder político y económico de ese orden mundial, sin embargo, estamos viendo como el propio poder mundial comienza a producir su propia metamorfosis.   

La gran crisis de representación de la política, expresada en los últimos años y anticipada por episodios que se fueron desplegando por todo el mundo en distintas elecciones o plebiscitos, en donde la mitad de los votantes mostraban a una sociedad hastiada de la política tradicional, finalmente tuvo su correlato en la cúspide misma del poder mundial; casi en su totalidad en los procesos plebiscitarios realizado en distintos lugares del mundo globalizado como se viene observando, no hubo claros ganadores sino más bien se ven sociedades divididas (prácticamente) en dos mitades: unas sosteniendo el viejo orden liberal (desgastado y sin respuestas) y la otra proponiendo un cambio (confuso y poco explicitado todavía) en contra del viejo establishment político y financiero.

Es que los beneficios anunciados por los mentores de la globalización, mostraron su falla de origen concentrando en muy pocos la totalidad de la riqueza dejando a las grandes mayorías del mundo afuera de la distribución, a la intemperie, sin presente y sin futuro, hecho este que provocó la actual crisis internacional entre las elites financieras y las  grandes masas de trabajadores en todo el mundo globalizado. La gravedad de la situación internacional es de tal magnitud que muy pocos líderes (o analistas) alcanzan  a dimensionar su alcance creyendo que la cosa se simplifica con poner rótulos como  populistas, fascistas o xenófobos que comienzan a acceder al poder; la situación es mucho más compleja ya que lo que se ve es a la vocación política en retirada dejando la conducción de la globalización a merced de los mercados financieros ineptos para resolver las innumerables cuestiones sociales que el mundo actual viene demandando.

El nuevo presidente de los EEUU  Donald Trump, emergente de una realidad tangible de su país y el mundo, puede ser un líder que trascienda a su imagen colérica que mostró en la campaña produciendo cambios que mejoren las condiciones de vida de su pueblo (en la salud, en la educación y el trabajo) proyectando hacia el resto del mundo su legado, o en su defecto será como el “Gardiner” (película desde el jardín) manejado por la élite estadounidense solo para fingir que todo cambia y evitar así el verdadero cambio que el mundo esta esperando. La pregunta ya está formulada; ¿Cuál será la respuesta?

VICENTE SCORDAMAGLIA

martes, 18 de octubre de 2016

CONSIDERACIONES POLITICAS

CONSIDERACIONES POLÍTICAS

Las prácticas políticas, a las cuales todavía siguen aferrados muchos dirigentes de nuestro país, me hacen pensar que todavía no tomaron  nota del descrédito que gran parte de la sociedad profesa hacia ellos, sus métodos, anclados en el pasado histórico de la democracia de nuestro país, contrastan significativamente con las nuevas formas de hacer política y construcción de poder que a partir de ello utilizan algunos países que ya aprendieron la lección; en esos países democráticos ciertas prácticas, no solo ya son caducas, sino que además hasta han implementado sistemas de voto electrónico que disminuye los porcentajes de fraude en cualquier tipo de votación que se lleve adelante. De la mano de la tecnología, accedieron a métodos mucho más sofisticados que abarcan desde la incorporación de los reclamos de las asociaciones civiles como así también las redes sociales en donde confluye la opinión de cientos de miles de personas con fácil acceso al intercambio comunicacional.
El error que persiste una y otra vez por parte de los cuadros medios de los agrupamientos de nuestro país, es que todavía creen que pueden influir sobre el voto de la sociedad, sin comprender que la política tradicional montada únicamente sobre las viejas estructuras de punteros barriales llegó al final de sus días para no recuperarse nunca más. La metodología que se imponía como práctica a partir de las primeras elecciones realizadas en nuestro país, daban cuenta de un esquema organizativo vertical e interpersonal, es decir, las formaciones partidarias elegían a sus candidatos mediante roscas, tranzas o lecciones controladas y luego estos por intermedio de punteros barriales llegaban a la gente con sus propuestas y promesas que en la mayoría de los casos no se cumplían, solo se trataba de obtener el voto para luego desaparecer de los barrios a la hora de cumplir con la palabra empeñada. Este esquema dejó de funcionar en cuanto los principales candidatos nacionales tuvieron acceso a otras formas para comunicar sus propuestas con llegada a un número mayor de personas a través de los medios masivos de comunicación, de esta manera llegaron a miles de personas en tiempo real con consignas bien elaboradas realizando operaciones rápidas y más eficientes tendientes a captar la atención de la gente en general; lo que antes le costaba a la militancia partidaria tiempo y esfuerzo personalizado, hoy con recursos económicos se puede comprar casi todo hecho, hasta canales de televisión como hemos visto en los últimos tiempos.
El punto de inflexión entre lo viejo y lo nuevo se basa en dos creencias erróneas: por un lado quienes creen que solamente los punteros barriales tienen llegada a los vecinos de cualquier localidad y quienes por el contrario creen que solo con el candidato sin estructura territorial puede llegar a tener el voto cautivo de la gente como fue hasta hace algunos años atrás en donde se podían ganar elecciones indefinidamente. Lo cierto es que la realidad está mostrando otra cosa y en el mejor de los casos de esta forma solo se organizan unos pocos militantes que apenas les alcanza para pelear por un lugar en las listas sábanas de cualquier elección; como consecuencia de este accionar, muchos armados políticos también fracasan ya que el viejo vínculo entre la política y la gente está desgastado y sin representación partidaria que lo movilice; así, el poder de los votos lo conserva la propia gente y lo utiliza en cada ocasión como mejor le parece acabando definitivamente con el voto cautivo (o clientelar) que tanto mal le hizo a la democracia argentina.
En este contexto donde las representaciones partidarias fueron perdiendo credibilidad frente a las demandas sociales, estos espacios fueron ocupados por otros actores de la sociedad, tal es el caso de los medios de comunicación que pasaron a ocupar un rol destacado en la problemática social, política y económica del país; más allá de la finalidad de informar (tal es su misión) han logrado con el tiempo mediar entre lo que sucede en el mundo real y la gente, ellos fueron confiados por la gente para visibilizar lo que antes estaba oculto y los políticos no quisieron develar,          (quizás porque los involucraba) como consecuencia de esta anomalía, todos aquellos temas que no ocupaban un lugar en la agenda de discusión de la vida política del país (la corrupción, el narcotráfico y otras yerbas) fueron develados por los medios y los llamados periodistas de investigación, que sumados a todos los problemas sociales, políticos y económicos que acontecen a diario en nuestro país comenzaron a ocupar un lugar central y preponderante  donde a diario nos sorprenden con más y más corruptos que mantienen ocultos en el freezer de las redacciones. Esta vacante que fue dejada por la política sin capacidad de respuesta a esas demandas la ocuparon algunos periodistas estrellas de nuestro país, pero es justo destacar en este párrafo que existe una ventaja comparativa entre los medios de comunicación y la política y es que nadie les va a pedir a estos que le resuelva sus problemas, solo que los  difunda y con ello, ejerza presión sobre la clase política existente para que lo “resuelva”.
 Mucho se ha hablado de la grieta que dejó el Kirchnerismo a lo largo de tres mandatos consecutivos en el ejercicio del poder. La confrontación sistemática como práctica de construcción política y el argumento ideológico que señalaba a aquel que pensara distinto como el enemigo que había que combatir, fueron sus argumentos  favoritos. Mirándonos en el espejo de Colombia que le costó ciento de miles de muertos en lo que va de los últimos cincuenta años y la zozobra permanente como modo de vida de su población, observamos con agrado que como ellos, la humanidad toda comienza a darse cuenta que el ideologismo extremo esconde en su exacerbado discurso, intereses que van más allá de una utopía libertaria. Todo sujeto que combate a un enemigo cruel y despiadado, al argumentar su discurso y exagerar sus prácticas en el combate, corre el riesgo de convertirse en el transcurso de esa acción, en lo mismo que combate de su enemigo: esto es, la bestialidad que representa. 
Si bien es cierto que la política es una lucha por el poder no es menos cierto que esa confrontación (si vence) le otorgue derecho alguno de producir la desunión ciudadana en el transcurso de hegemonizar su proyecto político; de modo que todo dirigente o comunicador social o periodista (por más estrella que sea) desde una posición de poder provoque o estimule una grieta en el seno mismo de la identidad nacional, está atentando contra los intereses de todos los argentinos piensen como piensen porque no hace otra cosa con su exceso verbal que deslegitimar todo aquello que se pudo haber hecho de bueno, tal es el reciente caso del periodista estrella Jorge Lanata con sus dichos a la expresidenta argentina.
Si los mismos políticos que prometían y luego no cumplían se fueron alejando cada vez más de la gente sin hacerse cargo siquiera de asumir el compromiso de buscar alguna forma de respuesta institucional que refleje una actitud diferente frente a la grave situación social existente, lo mismo le cabe a aquellos medios de comunicación y sus periodistas estrellas que creen que pueden bastardear la confianza “otorgada” por la gente en su construcción de una sociedad mejor para todos.
Para terminar con estas verdades de Perogrullo, digamos que en las últimas elecciones realizadas en nuestro país se viene consolidando una tendencia que indica que la gente ha dejado de ser rehén de grupo, facción o partido político para asumir por sí sola la responsabilidad de elegir a los mejores  hombres y mujeres (provengan del sector político que estos sean) que han demostrado asumir los riesgos que implica trabajar para mejorar la condición de vida y el bien común de sus compatriotas; si esto es así, que nadie  entonces se atribuya la representación de las mayorías porque se puede llevar una sorpresa y sino fíjense lo que sostenía Voltaire:
“El tiempo, que es el único que fragua la reputación de los hombres, hace finalmente respetables los defectos”

VICENTE SCORDAMAGLIA

lunes, 26 de septiembre de 2016

UN ESTADO DEMOCRÁTICO

UN ESTADO DEMOCRÁTICO
Michael Walzer: El argumento de la sociedad civil
“Solo el estado democrático puede crear una sociedad civil democrática; solo una sociedad civil democrática puede sostener un estado democrático”.

Años de lucha interna y desencuentros en estos doscientos años de la independencia de nuestra nación, impidieron que nuestra patria construyera un sólido estado democrático. Solo en ocasiones en que los patriotas del bicentenario tuvieron que luchar contra fuerzas imperiales se logró algún acuerdo posible y la cohesión necesaria en defensa de la naciente nación,  pero este hecho tan significativo junto a esa unidad temporal no se supo aprovechar para saldar las disputas de intereses contrapuestos que subyacían ya en los inicios mismos de nuestra independencia. Una vez acabadas las luchas por la emancipación nacional, concluyeron con ello también los acuerdos logrados que permitieron la unidad nacional necesaria que hizo que nuestra patria saliera victoriosa en la compleja construcción de nuestra independencia.     
Así, determinados por este estigma, la joven nación, se erigió ante el mundo como libre y soberana permitiéndole un importante crecimiento propio entre los países más desarrollados de su época; sin embargo, en lo más profundo de aquella argentinidad, pudieron mucho más los intereses sectoriales (vinculados con los imperios que luchaban entre sí por usurpar nuevos territorios en el mundo) que las ansias de libertad sumergiendo a la nación toda en interminables guerras internas que desgarraron definitivamente el corazón mismo de los hombres y mujeres que tenían la trascendente responsabilidad de construir  una sólida democracia para consolidar estratégicamente a la emergente nación. Privilegiaron el complot sistemático (promovido y financiado desde el exterior) contra el otro bando en pugna en vez de crear un sistema institucional democrático para que dentro del mismo pudieran dirimir sus diferencias; esta fue la herramienta utilizada por ambas facciones que disputaban así sus dos interpretaciones de nación: una que quería colgarse de cualquier manera con el mundo de la “modernidad” de aquel entonces, aunque mas no sea como nación dependiente de esos poderes internacionales y la otra quería hacerlo desde una nación libre y soberana; estos desencuentros, cargados de odio y resentimiento recorrieron toda la historia de nuestra patria impidiendo que se construya y consolide un estado democrático y estratégico de nación.
Omití exprofeso personalizar los episodios señalando a los personajes que encabezaban o lideraban cada facción del conflicto y opté por describir parte del contexto y el problema en cuestión dejando de lado las disputas personales entre los hombres despersonalizando así la historia (con perdón de los historiadores) con el único fin de comprender qué dificultades impidieron que nuestra nación carezca aún hoy en día (todavía hablamos de gobernabilidad) de una democracia republicana y representativa. Por consiguiente, conviene recordar que por aquel entonces como hoy, había naciones que se disputaban la hegemonía del mundo “civilizado” tanto desde lo económico, como en lo político, hasta la geopolítica militar de esos imperios emergentes que luchaban por un mayor poder territorial (porque significaban recursos) junto a sus intereses económicos constituyéndose así en centros de poder mundial.

En este contexto, Argentina, a diferencia de  otros procesos de liberación y posterior constitución de su independencia, en donde las diferencias internas también se saldaron con crueles enfrentamientos armados (guerras civiles o de secesión) tuvieron en la mayoría de esos episodios claros vencedores que concluyeron la disputa imponiendo los términos y condiciones de su proyecto de nación aprovechando e incorporando las mejores ideas de sus adversarios internos; nuestra historia en cambio, como en otros procesos, también hubo ganadores y perdedores pero en la mayoría de los casos predominó un espíritu mal entendido de unidad nacional y una cuota (digámoslo así) de generosidad también mal interpretada para integrar a los perdedores que la historia lo sintetizó en una consigna que determinó el rumbo de casi toda la historia nacional, esta fue: “ni vencedores ni vencidos”

De esta manera, los ganadores nunca se sintieron como tal por tanto no asumieron la responsabilidad de sentar las bases estratégicas de un estado democrático y los perdedores en ese contexto, tampoco se sintieron perdedores constituyéndose en el mejor de los casos, en fuerzas opositoras constantes proyectando en el tiempo y hasta nuestros días las mismas diferencias del pasado.

En este escueto relato, intento mostrar como nuestra nación siguió un camino inverso al que recorrieron otras naciones con similares construcciones históricas, diferenciándose así de la nuestra en donde todavía seguimos discutiendo cuestiones elementales de convivencia vacías de valores republicanos que son las que nos hubieran permitido construir un estado democrático estable para toda la posteridad. 


VICENTE SCORDAMAGLIA

martes, 13 de septiembre de 2016

“REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA”

“REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA”

El gobierno actual está en un punto de inflexión, tanto por las medidas que decidió adoptar como por las consecuencias que se desprenden de ella. Según dos de los estudiosos de los procesos políticos en el mundo como Zygmunt Bauman y Carlo Bordoni analizan en un libro (Estado de crisis) la actual crisis de las democracias representativas en el mundo desde dos abordajes distintos para terminar advirtiendo casi en una misma respuesta que la actual crisis económica de las democracias se debe al divorcio entre la política y el poder, de esta manera sostienen ambos que la grieta se ahonda cada vez más y como consecuencia de ello está dejando a la política a merced de los problemas territoriales sin poder de resolución, mientras que el poder de los grupos económicos (cada vez más concentrados) están ávidos de seguir incrementando sus negocios con costos de producción cada vez más baratos dañando así a las economías regionales de los estados nación y precarizando peligrosamente los mercados laborales.
Esta separación entre la política y el poder económico que se alimenta a diario por las denuncias de corrupción que realizan los medios de comunicación y ventilada hasta el hartazgo, está dejando a la práctica política en el escalón más bajo del descrédito total, promoviendo un vacío dirigencial en el sistema democrático ocupado casi en su totalidad por el poder económico que no duda un segundo en reemplazar a una dirigencia política por otra dirigencia empresarial afín a sus intereses económicos y de espaldas a las necesidades de los trabajadores.
Desde esta perspectiva las crisis económicas y políticas del sistema democrático, parecieran no tener fin.   
Pero algo grave está ocurriendo en el trasfondo de esta problemática que está afectando sobre todo a las democracias emergentes; el espacio territorial que antes ocupaba la economía junto a la política ahora es ocupado por los varones del narcotráfico que con el dinero mal habido comienzan a tomar partido en este embrollo financiero, suministrando recursos económicos que en el mayor de los casos no solo financian campañas políticas sino también proyectos de desarrollo de gobierno a cambio de inmunidad territorial y judicial. En países de menor desarrollo económico y con una pobreza estructural, es habitual ver como proliferan los narco estados a la par de la falta de políticas institucionales que impliquen una organización política y jurídica en un estado nación que organice eficientemente las expectativas de sus pueblos.
En la teoría del vacío, práctica del Budismo, un enunciado dice que: “todo espacio vacío tiende a llenarse naturalmente” y es lo que está ocurriendo con las economías regionales desabastecidas por los estados nacionales que cada vez se alejan más de sus necesidades y sus problemáticas ahondando la brecha que ya existe entre ricos y pobres. Este escenario dramático por cierto, es el que necesitan las organizaciones que están al margen de la ley para operar a sus anchas y desarrollar todo tipo de delitos camuflados por las extremas necesidades de los pueblos marginados de los estados nación que abandonaron su rol de organizar y resolver los problemas de sus poblaciones.
En este contexto, la crisis del sistema democrático acompañada por la crisis dirigencial, se encuentra frente a una encrucijada que de no reaccionar adecuadamente asistirá al colapso total de un sistema que ha sido capaz de solucionar los grandes desafíos de toda su historia; este desafío consiste en el compromiso que deberán asumir las próximas generaciones de dirigentes políticos para promover y realizar una verdadera “Revolución Democrática” dentro mismo del sistema institucional, excluyendo de raíz a todos aquellos elementos que sigan utilizando prácticas políticas nefastas que impliquen cualquier tipo de sociedad o financiamiento espurio con las mil formas de corrupción en las que se ve involucrada la política.   
Para finalizar, citemos a Norberto Bobbio cuando se manifiesta acerca de las distintas “transformaciones” que ha sufrido la democracia sin que por ello deje de ser el sistema político que mejor representa los intereses de los ciudadanos libres de todos los tiempos, por eso, estemos atentos a sus crisis y a su devenir sin dudar de su forma de gobierno, pero tengamos en cuenta que toda forma de gobierno se legitima si es un proyecto integrador ya que todo sector representativo que quede afuera de una planificación de gobierno, se transforma inmediatamente en conspirador; por eso es bueno señalar que “un proyecto nacional crece, se fortalece y se desarrolla, cuando es de todos”


VICENTE SCORDAMAGLIA

miércoles, 7 de septiembre de 2016

EMPRESARIOS EN EL PODER

EMPRESARIOS EN EL PODER

¿La visión empresarial de la política que tiene el gobierno de Macri lo ayuda en su gestión de gobierno o lo perjudica?:
La lucha por los recursos y los negocios en un mundo globalizado exige,  por parte de las naciones, impulsar a líderes que tengan una visión del mundo que esté en armonía con las reglas de juego imperantes en un escenario global altamente complejo, hostil y competitivo. Esta conjetura en regla general no implica que el gobernante subvierta su sistema de normas y valores (si es que las tiene) por las reglas del mercado que conciben al mundo solamente como un gran negocio, dejando a un costado valores universales que deben estar muy bien asentados en gobernantes que se precien de serlo. Cuando digo que el liderazgo debe estar en armonía con las exigencias del mundo y de la época me refiero específicamente al conocimiento integral acerca de cómo se desarrollan los procesos económicos políticos (y la  incidencia que estos tienen en los países) para operar sobre ellos y no para subordinarse a sus designios. 
Si el mundo fuera tan solo un gran negocio en donde poco importa el contenido que habita en él, entonces la política poco a poco se iría transformando en una gerenciadora del capital financiero internacional, que es quien impone con sus recursos económicos las reglas de juego en un mundo cada vez menos proclive a atender las cuestiones de las personas, fabricando grandes guetos para las mayorías pobres y paraísos cerrados y aislados (del común de las masas laborales) para unos pocos privilegiados, siempre y cuando estos estén al servicio de los intereses de quienes dominan los mercados financieros, cada vez más desprovistos de valores sociales y proyectos políticos destinados a alcanzar mejoras que impliquen prosperidad para los pueblos.
Desde este punto de vista, la interpelación debe servir para que los líderes que gobiernan los destinos de millones de seres humanos y conservan una serie de valores humanos, encabecen políticas que privilegien las demandas y necesidades de la gente por sobre los negocios del capital financiero, multiplicando así el esfuerzo para que países con mayor progreso económico y tecnológico contribuyan a un desarrollo sostenido en la construcción de sociedades más justas y solidarias.
Si la historia de los pueblos (según la versión del Marxismo  clásico) es la lucha de los pueblos en contra de los imperios que intentan sojuzgarlo y la misma sigue teniendo vigencia en la actualidad desde el momento en que fue formulada hace ya más de 160 años, es porque la sociedad mundial no ha podido resolver las  viejas categorías en las que se dividió a las sociedades (división de clases) y que sustentaron las grandes luchas de la humanidad por los derechos humanos en todos los tiempos. Si este dato de la realidad es el que más se acerca a la verdad que viven las grandes mayorías, vale reformular entonces la pregunta inicial; ¿en qué beneficia a los argentinos que el gobierno tenga una visión empresarial de la política si hasta ahora se lo ve tratando de hacer buenos negocios? En nueve meses de gobierno todavía no se ven mejoras que beneficien a las grandes mayorías de nuestro país y por el contrario, solo se le sigue exigiendo esfuerzos desmesurados en la mayoría de los casos o abandonar conquistas ya adquiridas por las masas laborales. Si esto es así y el gobierno sigue sin atender los requerimientos de su pueblo, favoreciendo a los sectores vinculados con la economía y dejando a los sectores medios y la clase trabajadora afuera del reparto, el gobierno del Ingeniero Macri estará fomentando una nueva grieta que anuncia múltiples enfrentamientos por venir entre una casta minoritaria “rica” ahora en el poder y una mayoría empobrecida en lucha por sus derechos.
Frente a esta realidad incontrastable la gente se pregunta: ¿para qué sirve todo este despliegue de nuestro país frente a los países ricos y sus negocios si yo no puedo acceder a ellos?. Este experimento de querer seducir a los capitales financieros para que vengan a invertir en La Argentina tiene una parte de servil y otra de ingenuidad, comencemos por esta última; los capitales a los que se intenta convencer solo les interesa tener buenos beneficios económicos y eventualmente traerán capitales a un país como el nuestro en tanto tengan jugosos dividendos con el menor riesgo posible sin importar las demandas del pueblo trabajador, ese es (así dicen) un problema del gobierno de Macri y no de quien viene a invertir. En segundo lugar y como consecuencia del primer interrogante, el gobierno que no puede resolver las demandas laborales, se transforma rápidamente en un socio minoritario de un nuevo espejismo financiero destinado a esquilmar a millones de trabajadores que son el verdadero motor de la economía nacional.


VICENTE SCORDAMAGLIA

miércoles, 24 de agosto de 2016

LA DELGADA LÍNEA QUE SEPARA A LOS CANDIDATOS

LA DELGADA LÍNEA QUE SEPARA A LOS CANDIDATOS

Más allá del bien o del mal la política tiene un proceso inevitable de soslayar, y es que la voluntad de la población tarde o temprano va determinando la agenda de los políticos y no al revés. Las necesidades del conjunto establecen las prioridades a seguir y en el mejor de los casos, los pueblos suelen dar el tiempo suficiente a sus gobernantes en tanto perciban que su demanda esté atada a una necesidad superior que justifique la espera para resolver sus necesidades, es decir: la construcción de un proyecto que los incluya.

El proceso político argentino es singular en sí mismo, ya que a partir de la debacle institucional que sufrió en el 2001 quedaron desacreditadas todas las representaciones políticas y partidarias. Los gobernantes que se sucedieron a ese episodio desgraciado para el país, realizaron, sin lograrlo, grandes esfuerzos para restituir el valor de la política y en particular de la máxima autoridad, esto es: ¡La figura Presidencial! En este contexto y luego del período de transición en que gobernó un presidente surgido de una asamblea constituyente (Eduardo Duhalde), la democracia argentina comenzó a transitar periodos más o menos estables que confirman al proceso democrático argentino a partir de allí, como aquel que mejor refleja las grandes contradicciones de la época y  de sus democracias. A la debilidad institucional y la falta de ejercicio del poder del gobierno de De La Rúa y luego del interregno de Duhalde, le siguió un gobierno “fuerte” con grandes rasgos autoritarios como lo fueron primero el de Néstor Kirchner y después el de Cristina Fernández.
Este largo período de alternancia matrimonial de los Kirchner y luego del hartazgo de gran parte de los argentinos, sobreviene un gobierno de matices moderados, como es el del Ing. Macri que propone grandes cambios; estos cambios poco explicitados hasta ahora, tienen el voluntarismo de los grandes proyectos que se anuncian con palabras y gestos grandilocuentes pero que en la realidad por el momento, no llegan a concretarse; si esto es así, y el nuevo gobierno no consiguiera sacar a La Nación del estancamiento en el que se encuentra, no podrá trascender mas allá de hacer una buena gestión y dejar una administración un poco más ordenada que la que dejó el Kirchnerismo, en ese caso será un gobierno de transición parecido al de la presidencia de Sebastián Piñera en Chile (por tomar un caso de transición en la región)
Mientras tanto, los partidos políticos en Argentina siguen mostrando su ineficacia para abordar la problemática nacional, que a juzgar por la conducta de sus integrantes diseminados en todos los frentes existentes del país, tendrán poca incidencia en el futuro electoral inmediato, por tanto, la disputa, seguirá siendo entre las últimas tres coaliciones que disputaron la presidencia integradas por dirigentes provenientes de todos los sectores políticos del mapa electoral congregados en esos tres espacios.
Esta situación anómala, muestra con claridad la pérdida de identidad partidaria más trascendente que se ha visto en toda la historia democrática de Argentina, como consecuencia de ello, los tres emergentes de este peculiar escenario seguirán disputando el poder político de Argentina, esto es: Mauricio Macri con el frente CAMBIEMOS, Cristina Fernández con el FRENTE PARA LA VICTORIA y el FRENTE RENOVADOR liderado por Sergio Massa, destacándose en este escenario versiones políticas bastante similares con la peculiaridad que tienen estos para  remplazar a los dos partidos tradicionales y uno emergente (tal es el sistema democrático de occidente) dejando atrás al bipartidismo como lo fue en los últimos sesenta años con el Radicalismo y el Peronismo y un tercero emergente según la ocasión.
En este escenario complejo que se avecina, ya se observan distintas estrategias pergeñadas por los distintos actores de cara a las próximas elecciones intermedias del 2017. En el caso  del Cristinismo, intenta tensionar la situación política al límite de su tolerancia para negociar desde una posición de poder; apaciguar a los jueces que se lanzaron con mucho esmero activando todas las causas de corrupción que envuelven a ese espacio político y poner nuevamente en el centro de la política a Cristina Fernández confiando que todavía tiene una buena capacidad de adhesión (y movilización) de su fuerza y propiciar desde allí, un nuevo armado político que la proyecte para las elecciones del 2017.
El Frente Renovador sigue siendo en este esquema el tercero en discordia ya que si bien es quien mejor capitaliza los yerros de la nueva gestión es el Frente para la Victoria quien mejor polariza con el gobierno, siendo funcional uno  con el otro según la estrategia de sus operadores necesitándose ambos, en el futuro escenario eleccionario del 2017.
En el caso del gobierno pareciera ser que el objetivo central es no solo ganar con claridad y amplio margen, sino que atrás de esta contienda el oficialismo intentará relanzar su gestión si quiere llegar con chances a un segundo mandato luego del desgaste que le produjeron los brutales ajustes realizados en “detrimento” de los Argentinos, en particular, las clases medias bajas y los trabajadores, soporte obligado del ajuste.
En el caso de la oposición será el de encontrar acuerdos electorales con otras fuerzas para agrandar sus frentes electorales y así posicionarse de cara al futuro y ser alternativa del actual gobierno nacional.
En este sentido, los estrategas de Cambiemos comenzaron a desplegar una sutil operación en contra de Cristina para desgastarla lo suficiente como para que no pueda remontar su imagen, pero a su vez quieren mantenerla todavía activa con el propósito de antagonizar con esa fuerza que suponen desgastada y no con el Frente Renovador de Sergio Massa en permanente consideración de la gente.
Mientras la política se sigue extinguiendo y da pocas señales de recuperación como instrumento de la democracia, nuestras preocupaciones morales pasaron a ser el centro de atención de los ciudadanos. La lluvia de denuncias exhibida por los medios de comunicación (si son escandalosas mejor) parece ser el eje central de la política nacional estimulada por los medios de comunicación que siguen haciendo su negocio a costilla de ello, escondiendo detrás de esa realidad que nos avergüenza por cierto, los problemas de un país y un gobierno que no encuentra el rumbo del crecimiento hacia la prosperidad de sus habitantes mientras la dirigencia oficialista nos sigue colmando de asombro cuando vemos a un gobierno que confunde a un timbrado de militancia juvenil con una política de estado.  
Todos los caminos conducen al mismo escenario y todos los frentes políticos tienen el mismo objetivo: llegar a las próximas elecciones con las mejores chances electorales dado que es vital esta elección intermedia para llegar con mayores posibilidades  a las presidenciales de 2019.
VICENTE SCORDAMAGLIA



miércoles, 10 de agosto de 2016

LA RAZÓN POLÍTICA DE LA DEMOCRACIA

LA RAZÓN POLÍTICA DE LA DEMOCRACIA
“Si hubiera un Pueblo de Dioses, él se gobernaría democráticamente, por que un Gobierno tan perfecto no conviene a los hombres”
Jean Jacques Rousseau: El Contrato Social

Ya en los años 90 comenzó un debate en los ámbitos políticos sobre el futuro de la democracia y la interdependencia entre el estado liberal y el estado democrático, se investigaba acerca de la afinidad que podía existir entre ambos; “La democracia” concebida como sistema político de gobierno o como movimiento social en lucha contra las injusticias y “El liberalismo” entendido como sistema de libertades individuales, como cultura social en búsqueda de una sociedad abierta, plural y no la que conocemos en la actualidad, devenida en expresión económica de mercado.
Hoy, luego de aquellos años en donde el mundo político y las nuevas generaciones se cuestionaron absolutamente todo, vemos como las tensiones entre liberalismo y democracia vuelven a antagonizar sus diferencias; las manifestaciones que se suceden en todo el mundo, en las calles de las principales ciudades, en los parlamentos y en todos los organismos supranacionales son prueba elocuente de estas afirmaciones. Es así como hoy, igual que ayer,   vuelve a estar en el debate teórico de todos los foros político social e intelectual de todo el mundo, sintetizado con un solo titular “La razón política de la Democracia”.
La compleja realidad que vive el mundo con relación a la economía, el terrorismo y la lucha por los recursos, han transformado a la humanidad en un lugar hostil y peligroso en donde los nuevos desplazamientos (humanos) de comunidades enteras que escapan de sus propios países (por las guerras, dictaduras y catástrofes naturales) en busca de alguna oportunidad de subsistencia, exige por parte de los países con mayores recursos económicos una respuesta inmediata a la problemática que viven los refugiados de todas las zonas en conflicto, ya que de no ser así, esta situación dramática que está en pleno desarrollo (sin expectativa que se detenga por si sola) se convertirá en uno de los conflictos más trágicos de la historia que llevara a la humanidad a cometer nuevas y violentas injusticias.
Todo este acontecer que pone al mundo en una encrucijada, obedece a una razón fundamental que es la lucha por los recursos y como consecuencia de ello, la configuración del mundo está cambiando vertiginosamente produciendo daños irreparables al hombre en particular y a su medio ambiente en general.
Las consecuencias de estos flagelos ponen en riesgo inminente las democracias del mundo como sistema político (que otrora dio las respuestas necesarias para construir un estado de bienestar) y comienza a perder credibilidad a pasos agigantados frente a las demandas insatisfechas de los ciudadanos de todo el mundo que ya no encuentran en el sistema democrático soluciones a los múltiples conflictos de la época. Es posible entonces, que todavía no hayamos encontrado otra forma mejor de gobierno para administrar justicia en lo concerniente a los temas que el mundo tiene que resolver, pero lo que sí es seguro que si seguimos esta ruta (a mi juicio) equivocada, la humanidad entera se encamina sin escala previa a un estruendoso fracaso.
¿Cuál es entonces la razón política de la democracia en la actualidad?: Toda la literatura que hemos estudiado hasta ahora está basada en el pasado histórico reciente y lo que sabemos por ellos, es que la prosperidad que benefició a distintas naciones del mundo no alcanzó a todos los países de la misma manera; solo llego a unas pocas naciones después de la segunda guerra mundial dejando prácticamente afuera de la planificación, a las tres cuartas partes de la humanidad en que dio progreso y bienestar a la zona de Europa más desarrollada y a países como EEUU, Inglaterra y otros como Japón, Suecia, España, Grecia e Italia que accedieron más tarde  para incorporarse a un mercados comunes que ofrecieron prosperidad y bienestar a la mayoría de su población.   
Esta escueta descripción, nos lleva a pensar seriamente que la razón política de la que estamos hablando comienza a estar en crisis cuando vemos que algunos de estos países comienza a caerse del sistema de bienestar (por sus economías desbastadas) dejando expuestas en carne viva las heridas y la fatiga de un sistema que posibilitó en su apogeo el ascenso económico de sus naciones.
Si la razón política de la democracia fue la de administrar justicia en las naciones creando un circulo virtuoso entre países con un mismo origen que confluyeron en intereses comunes creando un solo mercado (MCE) de intercambio regional, económico y cultural en beneficio de su prosperidad, hoy ante la amenaza del esplendor perdido, esa gigantesca unión de países libres se ve amedrentada por la inestabilidad económica, la inseguridad terrorista y la xenofobia creciente que amenaza con destruir toda la construcción social que costó años de luchas y sacrificios de millones de seres humanos que creyeron por primera vez en su historia haber construido una democracia que garantice un sistema de estabilidad inquebrantable. 

VICENTE SCORDAMAGLIA

lunes, 1 de agosto de 2016

LA CUESTIÓN TINELLI

LA CUESTIÓN TINELLI
El dinero no tiene patria, los financieros carecen de patriotismo y decencia: su único propósito son las ganancias.
NAPOLEÓN BONAPARTE

Nadie ha cometido mayor ridiculización sobre la figura presidencial en este nuevo período institucional como el mismísimo Presidente de La Nación. Recordemos que el Ingeniero Macri debutó luego de la jura de su mandato, bailando en el balcón de la casa rosada con la banda y el bastón atributos que lo acreditan como tal y que son un símbolo institucional en sí mismo, ¿se imaginan a Perón o a Alfonsín bailando en el balcón haciendo lo mismo? O a Balbín y el mismísimo Cámpora haciendo morisquetas. A partir de allí una serie de desatinos lo ridiculizaron frente a la opinión pública, al punto tal de tener que disculparse y retroceder en medidas y métodos (de gobierno) que el propio Macri cuestionó enfáticamente de la gestión  anterior. 
Pero estos hechos que de por sí solos podrían ser pasajeros o manifestaciones de un estilo descontracturado, se convirtieron en una cuestión de estado cuando se le quiso endilgar a Tinelli la falta de consideración por ridiculizar la figura presidencial; en realidad, lo que sí me parece grave, es el “apriete” institucional que intentó realizar el gobierno con el empresario televisivo, provocando el posterior mensaje extorsivo que emitió éste, resaltando los perfiles de la caricatura de Macri. Convengamos que, aunque el “apriete” se realice con buenos modales no deja de ser un llamado de atención para quienes con una clara intención de instalar un presidente “bobo” en el sketch televisivo pretende negociar cuestiones comerciales como lo son el futbol nacional para todos. El gobierno supone una agresión al presidente solo que en vez de aplicar algún correctivo como lo hacía el gobierno anterior (quitándole la pauta publicitaria) se lo invita a una charla amistosa con el Presidente para limar asperezas.

Dicho esto, es necesario analizar el segundo tramo del caso que es la reunión en sí misma que el presidente dedicó a la cuestión Tinelli y que ocupó algo más de una hora presidencial; quisiera dejar en claro que la hora presidencial tiene un valor superior al que pueden emplear dos amigos en arreglar sus entuertos, digamos pues, que mediante pedido de disculpas por ambas partes, el encuentro transitó por carriles políticos de un lado y comerciales del otro. Y digo esto porque imagino que, ni el presidente ni el empresario, son ingenuos como para no entender que el caso está encuadrado en la próxima elección de medio término del año próximo, donde puede transformarse en un punto de inflexión para el futuro del gobierno y en el caso comercial del empresario es la oportunidad de avanzar en la toma de una de las millonarias patas del futbol nacional y hasta internacional. 
En este sentido destaquemos que son dos jugadores que saben lo que quieren y están dispuestos a competir a  fondo por el juego del poder político y el dinero. El presidente necesita ganar tiempo y cuidar su imagen presidencial para competir el año siguiente en donde los argentinos evaluaremos la gestión de su gobierno y el empresario está dispuesto a aportar con logística e ingenio  en tanto le den una parte de la torta del futbol nacional.
Siguiendo con este enfoque, pareciera que solo se trata de un simple acuerdo de partes y ya, pero la cuestión política es más compleja y encierra algunos vericuetos que con el correr de los días se irán develando un poco más. 
Por ahora la cuestión Tinelli quedará en la anécdota cotidiana de la política, el tiempo nos dirá si ambos acordaron algo más trascendente para los argentinos o simplemente fue un approach entre dos encumbrados personajes argentinos.   

VICENTE SCORDAMAGLIA

miércoles, 27 de julio de 2016

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE

En el pasado todo lo que un Rey debía hacer era lucir respetable en uniforme y no caer de su caballo. Ahora debemos invadir los hogares de la gente y consagrarnos con ellos. Esta familia se ha convertido en la más baja de todas las criaturas, ¡nos hemos convertido en actores!
De la película: El discurso del Rey

El Presidente Macri ha decidido retornar al centro de la escena política luego de una ausencia peligrosa. Le bastó para ello realizar un par de entrevistas con algunos periodistas emblemáticos de nuestro sistema de medios,  que se encargaron de tamizar todos aquellos elementos perjudiciales que suelen filtrarse del escueto discurso del Ingeniero que termina por confundir el lenguaje de un coach (arengando a sus equipos a nuevos y más grandes esfuerzos para alcanzar sus objetivos) por el discurso político del Presidente de La Nación Argentina. Pero la arenga y el estímulo a un pueblo desprovisto de ideología (sistema de ideas) no son suficientes para resolver los innumerables conflictos que padece nuestra sociedad en el ámbito político, en la economía y en el ámbito social; por ello el Presidente y sus equipos deberían saber (como dice la Biblia) que no solo de pan vive el hombre y la gente espera encontrar en el discurso presidencial, sintetizado en consignas políticas, el diagnóstico, el rumbo político y la estrategia de su gobernante para dirimir aquellos problemas de difícil solución, mediante una estructura de símbolos y relatos en donde un líder entabla una relación directa con su pueblo, hecho éste que se produce en el mismo instante en que el pueblo decidió votarlo para que administre los recursos del Estado y encare la solución de los problemas existentes; un ejemplo que ilustra lo que decimos se puede ver en una odiosa comparación: La ex presidenta Cristina de Kirchner hacía gala de enormes atributos discursivos, constituyéndose éstos en el eje central de su gobierno y la forma de hacer política; en cambio el discurso de Macri carece de contenido discursivo para constituirse en una arenga permanente de voluntarismo colectivo. 

Mucho deberá mejorar el gobierno en materia de comunicación en lo que respecta al “diálogo” que pretende entablar el presidente con el pueblo para decirle  siempre la verdad como bien dice, seguramente, la nueva Directora de Discurso Presidencial, Julieta Herrera, deberá trabajar arduamente en ello, sin embargo, déjeme que dude de su eficacia: la forzada reunión con Marcelo Tinelli y su posterior desenlace de despedida, se parece mucho más a una “joda” del empresario implicando al Presidente en una verdadera payasada con sus caras deformadas, al tiempo  que la actual gestión gubernamental le sigue pidiendo esfuerzos a los argentinos para sacar a la Nación del estancamiento en que se encuentra. Siempre es bueno recordar que en materia de política de Estado solo existe  un instante entre la discreción y el grotesco, y de allí otro entre el cielo y el infierno; por ello conviene recordar un relato más de la película “El discurso del rey”

Jorge VI: Si soy un rey, ¿dónde está mi poder? ¿Puedo formar un gobierno, puedo subir los impuestos, declarar una guerra? ¡No! Y así y todo soy la base de la autoridad. ¿Por qué? Porque la nación cree que cuando hablo, hablo por ellos. Pero no puedo hablar.


Vicente Scordamaglia

domingo, 17 de julio de 2016

LA FIESTA QUE EL PUEBLO NO DEBE PAGAR

LA FIESTA QUE EL PUEBLO NO DEBE PAGAR

La política nacional entró en un impasse. Una tensa pero desconcertante espera pareciera invadir el espíritu maltrecho de los argentinos; la espera tiene que ver con que se produzca alguna mejora en el bolsillo de los trabajadores a partir del cobro de una parte de los aumentos de salarios resueltos en paritarias, correspondientes al primer semestre del año en curso, que, junto al medio aguinaldo, significa un cierto “alivio” para los alicaídos salarios de los trabajadores que venían aguantando los tarifazos (producidos por el gobierno nacional) con la misma plata que vienen cobrando desde el año anterior. En este mismo orden, también significó un desahogo para el gobierno nacional que se encontraba arrinconado por las múltiples demandas sociales. Esta sensación de “bienestar”, se produce sin perjuicio de que las promesas (de alivio, baja de la inflación y crecimiento del trabajo de “mejor calidad”) del gobierno siguen centradas en el segundo semestre del año sin olvidar que todavía falta negociar con los gremios el tramo restante al segundo semestre de las paritarias a partir del mes de agosto próximo.  

Todo este escenario complejo por cierto, viene siendo mediatizado por la prensa nacional, es decir, son minimizados ante los escandalosos episodios de corrupción que ponen en segundo plano de la agenda nacional a las demandas laborales.
Pero los argentinos ya estamos acostumbrados a este estado engañoso de estabilidad y sabemos que los aumentos en los servicios básicos que la población necesita (luz, agua, gas, salud, expensas y alimentos básicos) siguen su curso ascendente y no se detienen ante nada (cautelares de por medio) creando mayor zozobra en las familias argentinas de cara al futuro.
Un primer cacerolazo contra el gobierno de Macri en repudio a los tarifazos de los servicios básicos que consume el pueblo, comenzó a preocupar a los gerentes del gobierno de turno y una pregunta comenzó a sobrevolar las inmediaciones de la casa de gobierno acerca de cuál es el límite de tolerancia de toda la población con respecto a los ajustes brutales (y desmedidos) de un gobierno que comenzó a perder la iniciativa política y solo avanza con puro voluntarismo, fe y esperanza.   

Es natural que un nuevo gobierno le achaque todo lo malo al gobierno anterior y mucho más cuando existen múltiples motivos para que así sea, pero cualquier ciudadano, por menos leído que sea, se pregunta: ¿por qué el gobierno actual no le reclama a los empresarios (aquellos que fueron convidados de lujo a la fiesta Kirchnerista) con la misma firmeza que utiliza para negociar con los trabajadores? Más allá de que todos sabemos que debemos aportar algo de nuestro esfuerzo, no se ve por ningún lado que lo hagan quienes cobraron voluminosas cifras de dinero en subsidios del Estado. En este sentido,  la gente no tiene las herramientas para exigirles que rindan cuentas por el destino de los subsidios transferidos por el Estado Nacional hacia las empresas de servicios, pero el gobierno si los tiene ya que cuenta con todos los instrumentos que las leyes vigentes le otorgan para que rindan cuentas y llevarlos ante La Justicia si  fuera necesario.

La primera pregunta que tienen que responder los aplaudidores de siempre, (ya que son los mismos que vuelven a recibir subsidios del  gobierno actual) es: ¿Qué hicieron con la plata que les otorgó el gobierno anterior? ¿Fue un subsidio para mejorar los servicios de luz, agua, gas, transporte, energía y otros tantos o fue para mejorar sus cuentas personales?. Los servicios subsidiados por el gobierno anterior fueron otorgados a los empresarios para que cubran la parte que no pagaban los usuarios, como consecuencia de ello, al no perder sus ganancias deberían haber mejorado los servicios para que funcionen correctamente y no esperar a que el Estado corra nuevamente en rescate de empresarios que deberían haber hecho las reformas necesarias para tener los servicios en óptimas condiciones de servicio. 
De esta manera se pensó también para que el pueblo tuviera algún alivio a sus retrasados salarios y no para que los empresarios sigan recibiendo dádivas del Estado Nacional (patrimonio de todos los argentinos) agrandando sus cuentas personales, muchos de ellos depositando ese dinero en cuentas que están en paraísos fiscales.
Todo este zafarrancho, creado por el gobierno anterior y mal manejado por el gobierno actual, ha profundizado la problemática por la ineficiencia de los funcionarios de turno, que con total desparpajo insisten en que este es el costo que hay que pagar para que estos señores realicen su aprendizaje para gobernar creando mayor irritación en la sociedad que está a punto de desencadenar junto a sus reclamos una espiral de violencia peligrosa e innecesaria.    

La descripción no es antojadiza ni mucho menos alarmista, solo hay que saber mirar un poco más allá de lo que muestran los medios de comunicación que todavía les conviene seguir metidos en una disputa personal con los restos que quedan del Kirchnerismo,  donde la contienda terminará, parece ser, cuando algún personaje emblemático del gobierno anterior sea fotografiado tras las rejas. 

Mientras todo esto sucede, el gobierno nacional no encuentra la fórmula para bajar la inflación ni mucho menos para encauzar una reactivación de la economía que oxigene el escenario social. La economía global hoy en crisis no favorece las inversiones que se esperaban, complicando aun más el supuesto programa “desarrollista” en el que Macri depositó todas las expectativas, esto es: el ingreso “masivo” de inversiones, que a decir verdad, no se ven por ningún lado y difícilmente arriben quien sabe cuando a nuestro país. 
Es que en realidad nadie se dedicó a estudiar la problemática internacional y la crisis de sus mercados financieros, pero lo que es peor tampoco elaboraron un plan de gobierno alternativo en el caso de no contar con el capital externo por venir.
Lo único cierto hoy en Argentina es que tenemos medios de comunicación muy activos, unos jueces que de golpe son muy justicieros y una política ausente, mientras los gerentes de turno no hacen otra cosa que hostigar al pueblo para que pague una fiesta que no debe pagar. 


VICENTE SCORDAMAGLIA