DECISIÓN 2015
Como creo que ha llegado el momento de definiciones políticas
que determinarán la vida de la
Nación , y como consecuencia de ello, la de todos los argentinos
por los próximos veinte años, creo que todos los ciudadanos habilitados para
emitir su voto, debemos hacerlo sin presiones, miedos o prejuicios ideológicos
que menoscaben nuestro derecho de seguir trabajando por construir una sociedad
más justa y un estado de derecho que garantice el libre albedrío de todos los
argentinos por igual.
Comenzaré diciendo que lo hago a título personal, así que
este texto, más que un artículo se trata de una confesión testimonial de lo que
realizaré con el nuevo proceso político que se iniciará a partir del 10 de
diciembre del corriente año como consecuencia del resultado que arrojen las
próximas elecciones Presidenciales de la Nación.
Por supuesto que esta decisión requiere de un análisis
profundo de las fuerzas que allí disputarán el poder, dada la importancia que
tiene tal evento para nuestro país, por ello comenzaré repitiendo una frase de
Edward Snowden cuando se refiere al valor de las personas y las creencias que
las sustentan: “La verdadera medida del valor de una persona no es aquello en que dice
que cree, sino lo que hace para defender esas creencias” y en este
sentido todos, digo el conjunto de los argentinos, debemos poner lo necesario
para resguardar el sistema democrático de todo intento de subvertir su valor
principal que es el de la defensa de la liberad, los derechos individuales y
colectivos de todos los argentinos. Al menos creo que la inmensa mayoría de los
argentinos, así pensamos.
Creo en la política como un proceso ininterrumpido de sucesos
producidos por un pueblo en la búsqueda y la lucha por el bien común; la
grandeza de la patria, entendida la misma no como una entelequia vacía de
contenido, sino colmada de argentinos que, construyéndola, viven en una comunidad
libre de ciudadanos hermanados por un mismo destino. Es de esperar entonces,
que el próximo gobierno utilice estos inmensos recursos de los que dispone
nuestra Nación, para convocar definitivamente a un gran acuerdo nacional, que,
por otra parte, es un hecho esperado largamente por todos los ciudadanos que
anhelamos construir definitivamente una gran Nación.
Los acontecimientos que se producen en el mundo así lo
requieren, ya que se avizora un sinfín de dificultades e interrogantes que han
puesto a las naciones libres del mundo en estado de alerta por la defensa de
sus recursos vitales, los que utilizan para su subsistencia cotidiana y su posterior
desarrollo estratégico. El porvenir, desde este punto de vista, puede aparecer
en el horizonte inmediato, sombrío y peligroso para aquellos países que no
hayan construido una organización nacional sólida, que los proteja de la
voracidad de los poderosos de turno, que no se detendrán ante nada cuando vean
peligrar la estabilidad de sus economías y la escasez de los recursos
necesarios que garantizan su confort y su alto nivel de vida.
Hasta ahora, debo confesar con alguna tristeza, no he
escuchado a ningún candidato hacer referencia alguna a estos temas, para mí,
estratégicos para el futuro de la
Nación ; “solo se trata de vivir” dice la
letra de una canción popular y en ese devenir se deleitan con promesas que no
hay que cumplir diría el español (“las mejores promesas son aquellas que no
hay que cumplir”). Desde esta
mirada, lo cotidiano, es de muy escaso valor cuando se lo compara con el
destino que pueden tener al menos, dos generaciones de argentinos si seguimos
pensando que la resolución de los grandes problemas nacionales se pueden
remediar por separado del pueblo y sus necesidades; me pregunto, alcanza con la
honestidad de Stolbizer?, con las denuncias de Carrió?, con la ética Radical de
Sanz?, con la gestión de Macri y su lluvia de dólares?, las incongruencias
discursivas y el seguidismo de Scioli? o con el cambio justo que Massa
promete?; creo que todas estas cualidades separadas unas de otras no alcanzan
ni para empezar. Sin embargo, cabe la esperanza de que a partir de la decisión
que tome el pueblo promueva un nuevo escenario político capaz de señalar con
fuerza el camino adecuado para que nuestra dirigencia transite sin desvíos y
sin flaquezas.
Debo confesar, ya lo dije, frente a esta incertidumbre, que
jamás pensé vivir, que me siento hoy
parte de esa masa de indecisos que estoy seguro esta vez, son más de lo que
creen los especialistas en intención de votos; lo cual, me parece que la tan
ansiada polarización que describen los analistas de moda, todavía no se
visualiza claramente, provocando aun una incertidumbre mayor.
Las próximas elecciones nacionales se encaminan a un difícil
dilema para los argentinos que según mis cálculos, será de triple empate entre
los candidatos que postula el Frente
para la Victoria
(Scioli) el frente Cambiemos (Macri) y el Frente Renovador (Massa), si esto es
así, los votantes argentinos estarán forzando un nuevo escenario para nuestra
democracia y señalando una imperiosa necesidad de que aquellos políticos que
estén a la altura de los acontecimientos logren, después de las PASO, el
consenso necesario para gobernar un país que tiene la tendencia a entrar en
conflictos innecesarios y a la dispersión de sus esfuerzos más que a la
valoración de sus virtudes.
VICENTE SCORDAMAGLIA