ARTÍCULO DE OPINIÓN
POR: Vicente Scordamaglia
La revelación de los
nombres de los ministros y equipos que acompañen al presidente electo Alberto
Fernández el 6 de diciembre próximo terminará con las especulaciones de los
distintos sectores acerca de cómo se va configurando la trama del poder para
los próximos cuatro años. Construir una estructura de poder en Argentina y en
las condiciones paupérrimas en la que se encuentra su economía, no está siendo
nada fácil para un Presidente que intenta constituir una base sólida para su gobierno desde donde pararse y
desde allí comenzar a dar respuestas a las distintas demandas y expectativas de
los sectores que conforman el vasto y conglomerado escenario de un país rodeado
por naciones con serios conflictos sociales que se expanden peligrosamente por
toda la región suramericana.
Sectores
que conforman el Frente de Todos, espacio político que llevó a Fernández a la presidencia:
gobernadores, intendentes, sindicalistas, empresarios, movimientos sociales y
otros, por estas horas imponen condiciones y presionan por conseguir un lugar
en la estructura de poder que de apoco se va configurando como un hecho
irreversible, pero, en su conformación, va dejando jirones de un poder que
todavía no obtiene el equilibrio necesario para poner en marcha un proyecto
enfáticamente anunciado que promueva un rápido desarrollo económico y
social.
Argentina
no está exenta de posibles estallidos, de allí que las primeras medidas deberán
llegar con urgencia y cargadas de contenido. El nivel de tolerancia a la espera
de nuestra sociedad es tan paupérrimo como la economía que deberá multiplicarse
(como los panes de Cristo) para dar respuestas tanto a los sectores más
postergados de nuestra sociedad como así también a los organismos
internacionales que no dejan de monitorear los movimientos de la nueva
administración en Argentina.
Unidad,
diálogo, consensos, acuerdo económico y social, oposición constructiva, pueden
ser solo consignas olvidadas en los cuadernos de campaña si se pierde de vista
el principal objetivo que tiene nuestro país, que es sin duda estimular
rápidamente el mercado interno a través de una creciente demanda laboral. La
creación de un escenario que propicie mejor humor social será indispensable
para llegar a los objetivos propuestos y en este sentido la prensa independiente
puede tener un rol decisivo cuando tenga que dar información que pueda ser
sensible para la población. Ser cuidadoso y responsable no significa ser
partidario de nadie, con ser objetivo alcanza para no exaltar los ánimos ya
caldeados de los argentinos.
El
10 de diciembre asume un nuevo gobierno que conducirá el destino de los argentinos por los próximos
cuatro años, estemos en el oficialismo o en la oposición todos seremos
beneficiarios si esta vez acertamos en las medidas que hay que tomar para buscar
juntos el camino de la grandeza nacional; ¡si así no lo hiciéremos que Dios y
la Patria nos lo demande!