Artículo de opinión
EN BUSCA DE LOS CANDIDATOS PERDIDOS
Por: Vicente Scordamaglia
El titulo de este artículo
no es ni una chicana ni una ironía, se trata simplemente de una descripción de
la realidad que describe el lamentable estado del sistema partidario en
argentina. La confusa búsqueda y aún más, la selección de los candidatos (previa
a las primarias) por el cual transito la mayoría de las formaciones políticas
antes que se agotara el plazo de inscripción de los frentes electorales y a posteriori
los candidatos, parecía una subasta de personajes
que en su devenir, se iban configurando como referentes de un sector con algunas
posibilidades o en su defecto, operaciones de disgregación para vueltos a
juntarse en otros frentes de acuerdo a como se iban posicionando en las
encuestas.
En lo que va del año y
hasta la fecha, la dirigencia nacional tejió las más alocadas trenzas políticas
eludiendo un sinfín de principios y valores (o si usted quiere “códigos” al fin)
saltando de un lado al otro de los espacios electorales que poblaron todo el
arco político nacional con la intención de posicionarse elaborando complejas
alquimias inter partidarias para producir una argamasa posible que les diera como
resultado, un candidato y un vice que incremente las posibilidades electorales
de los actores del complejo escenario nacional argentino.
En este contexto donde
están ausentes las ideologías y los
partidos políticos, la democracia, quedo huérfana de contenido dejando a los
analistas políticos y a los formadores de opinión (influenciadores profesionales)
la tarea de comunicarle al electorado las bondades de uno u otro candidato.
Finalmente cada frente electoral que ya no es lo que eran,
pudo reproducir formulas a Presidente y Vice en línea con el lanzamiento
anticipado por la formula Fernandez-Fernandez que revolucionó y aceleró los
tiempos de las posibles alianzas electorales determinadas por las causas
judiciales que pesan sobre la ex presidenta por un lado y por el incesante
desgaste que viene sufriendo el gobierno nacional.
Las prácticas consumadas que
se pudieron observar como método de selección que excedió los límites
partidarios y todo lo visto hasta la fecha en cuestiones de alianzas
electorales, excluyó por completo también, los límites ideológicos que por
primera vez en la democracia argentina puso más el acento en la búsqueda de
consensos entre los dirigentes de distintas formaciones en busca de la unidad que
en la defensa de sus creencias ideológicas.
No queda muy claro si esta es la forma adecuada de construir nuevas
alternativas de gobernabilidad, en todo caso, se verá con los resultados lo que
estas formas de construcción (en la que todo vale) produzcan en argentina; lo
cierto es que lo que se viene obteniendo con esta fórmula en la que ya nadie se
sorprende, es la búsqueda de un instrumento más que necesario que permita renovarle
el crédito a la política y sus ejecutores que al fin son, la columna vertebral
de la democracia en argentina.
Hasta aquí, lo único que
hemos podido ver, es la inutilidad de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) ya que en su mayoría de los
frentes presentados para esa eleccion por un motivo u otro, no competirán para
elegir a sus candidatos, por el cual es motivo suficiente que amerita una
rápida revisión y posterior transformación del sistema electoral eliminando si
fuera necesario las primarias abiertas devolviéndole el rol y la
responsabilidad que deben tener los partidos políticos en la elección interna y
selección de sus propios candidatos. La democracia partidaria es el instrumento
que mejor alinea a las distintas corrientes que participan en el ceno mismo de
los partidos políticos enriqueciendo así, su plataforma electoral y selección
de los mejores dirigentes disponibles que primero deberán rendir cuenta ante
sus propios pares de su idoneidad para desarrollar exitosamente un plan de
gobierno.
Finalmente, sostener la democracia sin partidos políticos
dificulta hablar de una democracia plena pues ellos, son los principales
articuladores y aglutinadores de los intereses sociales.