Artículo de Opinión
LOS CUADERNITOS DEL SEÑOR CENTENO
Por: Vicente Scordamaglia
Una vez más los
moralizadores de la política defraudan al pueblo argentino. El escándalo que
envuelve al actual gobierno con los aportes truchos y los desaciertos de la
gestión económica (fuga de divisas, timba financiera, lebac letes y otros
tantos papeles pintados) deja descolocados a los principales denunciantes
seriales que tiene el gobierno nacional. La Diputada Elisa
Carrió encabeza la nómina junto a la titular de la Secretaría
Anticorrupción Laura Alonso, y Graciela Ocaña que frente a
los hechos de corrupción de su gobierno practican un silencio sospechoso.
Seguramente consideran que lo que su
gobierno realiza no son actos de corrupción sino que son acciones investidas de
un aura celestial que limpia y purifica sus maniobras delictivas por el bien de
las instituciones, de la política y el país todo.
La avería en la política económica del gobierno es de tal
magnitud que un sector de la justicia cómplice y algunos medios de
comunicación, han tenido que adelantar una operación que estaba preparada para
el próximo año electoral (2019) por las dudas que el gobierno de Macri siga
cayendo estrepitosamente (como viene
sucediendo) en las encuestas y Cristina, su oponente principal, resulte
convertirse en el proceso contrario, esto es, un ascenso sorpresivo e
impensado.
Quizás convendría hacer aquí una aclaración teniendo en
cuenta que cualquier análisis que se haga en contra de este gobierno o el anterior,
los fanáticos que cultivan una “lealtad” u oficialismo extremo, convierten
inmediatamente al mensajero en Kirchnerista o en su contrario Macrista.
Entiéndase bien, no estoy diciendo que los cuadernos del
señor Centeno no sean veraces, no poseo ningún elemento ni para afirmar y mucho
menos para negar tal relato, en todo caso, lo que estoy diciendo es que dicha
investigación se venía consumando con minuciosidad y que la aceleración de la
crisis política económica del gobierno obligó a sus mentores a blanquear la
investigación fuera de tiempo.
En griego, remedio y veneno se dicen con la misma palabra:
(PHARMAKON), ambos espacios políticos que intentan polarizar nuevamente la
política para desgracia de los argentinos, están sufriendo la misma enfermedad
que ha comenzado a carcomer sus entrañas, la corrupción y sus derivados impiden
a la gente conservar algún grado de esperanza para terminar con este flagelo
que azota a la Argentina
desde el reinicio de la democracia y más allá de los tiempos. Y esto es así ya
que todo dirigente junto a su plataforma electoral se siente obligado a poner
énfasis en una consigna electoral que ya no pueden soslayar: “la lucha contra la corrupción”; sin
embargo, la misma corrupción que vinieron a combatir estos éticos de cartulina,
anida y se desarrolló en sus propias entrañas haciendo inviable cualquier
intento de terminar con ello.
Siempre que se siga mezclando el remedio con el veneno y
sobretodo quien lo suministre, sea también un corrupto, se seguirán socavando
los anticuerpos de la sociedad, única reparación posible para eliminar de raíz
el cáncer que sigue corroyendo a nuestra sociedad confirmando la vieja regla
que dice que: en definitiva, es peor el remedio que la enfermedad.
¿Qué le queda a los argentinos después de saber que son pocos
los dirigentes que hablan con la verdad y construyen una realidad
diferente?. El filosofo Darío
Sztajnszrajber nos recuerda que: “Somos los que necesitamos un orden para
sobrevivir al abismo anárquico que al mismo tiempo nos libera” tomando este
concepto me pregunto ¿será por eso que nos pasamos todo el tiempo construyendo
certezas relativas que nos ayuden a superar la compleja trama de la vida?
Los argentinos vivimos una época en donde la mentira se
aprecia más que la verdad y la corrupción más que los valores éticos. Desde
hace algún tiempo la sociedad ha dejado de creer en una clase dirigencial
(política, empresarial, gremial) que no está a la altura de los acontecimientos
construyendo caminos alternativos para configurarse desde otros lugares menos
nocivos. La realidad está siendo escamoteada por los constructores de relatos y
en consecuencia vivimos las alternativas de la vida según sean los intereses de
poderes ajenos que no representan los intereses del pueblo, pero que ni bien
estos se ponen en juego haciendo peligrar el patrimonio de los poderosos no
dudan en crear acciones desestabilizadoras de los mercados que redundan en
perjuicios a la nación. ¿No resulta sospechoso el apuro de algunos empresarios
arrepentidos?
Solo un ejemplo nos muestra la voracidad de estos grupos de
poder: los bancos ganaron en el mes de julio 14 mil millones de pesos mientras
los argentinos viven una crisis brutal por donde la miren. El riesgo país de
las calificadoras internacionales está en los 700 puntos, demasiado riesgo para
los inversores que buscan mercados más seguros; este plan económico solo atrae
a los especuladores que en el reboleo de la economía argentina está su
verdadero negocio.
En la política del escándalo (en la cual vivimos los argentinos)
ya no es la realidad que crea la imagen sino que son las imágenes que crean las
realidades presentes. La televisión que media entre los acontecimientos y la
gente distorsiona la realidad en la que la percibimos, la trivializa y la
degrada. La sensación que me queda a
partir de esta triste realidad que vive nuestro país entre, cuadernos, bolsos
de dinero, empresarios arrepentidos, operaciones de descrédito y corrupción en
todos los niveles, es que Argentina se encuentra a punto de estallar. La desconfianza
que profesa la población sobre su clase dirigencial de todos los sectores de
nuestra vida nacional, anuncia que se producirán grandes cambios, cambios que
deberán contar con el apoyo masivo de nuestro pueblo para que estos sean verdaderos y duraderos y
no un mero maquillaje que nos hunda aun mas en las tinieblas del fracaso
perpetuo.
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