viernes, 18 de diciembre de 2020

 

Artículo de opinión

UNA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA Y LOS TOTALITARISMOS

POR: Vicente Scordamaglia

 

La principal preocupación de los países sigue siendo la pandemia y sus consecuencias colaterales que conlleva entre ellos, como valor impostergable, la preservación de la vida y la economía como sostén de las instituciones básicas de los pueblos, en su devenir social, económico y político. La prolongada lucha contra la pandemia, (desigual por el desconocimiento que aun se tiene acerca del comportamiento del covid-19) que está aniquilando la voluntad de la especie humana del planeta, consume sin pausa las esperanzas que se tiene en un conjunto de vacunas y junto a ello, en el mismo nivel, la incertidumbre que produce la endeble respuesta en el caso en que, en el corto plazo, no se  encuentre el remedio eficaz que termine con esta verdadera tragedia humanitaria.

 

En este escenario pesimista y bastante desalentador  de las perspectivas humanas de cara al futuro, podríamos decir a su favor  que los esfuerzos por cortar la cadena de contagios son bastante auspiciosos generando expectativas en una buena cantidad de vacunas que alientan la esperanza para que en el mediano plazo la sociedad mundial comience con la inmunización colectiva en pos de alcanzar la tan ansiada normalidad, esto es: ¡la  inmunización de toda la humanidad!   

Dicho esto es oportuno entrarse en algunos aspectos políticos, económicos y sociales.  La mayoría de las naciones comienzan a mostrarse impotentes frente a un ataque prolongado a sus economías y por ende a todo el sistema democrático que no consigue asimilar el impacto de las pérdidas generalizadas. Mientras Trump busca votos hasta en las alcantarillas que alimenten su locura para perpetuarse en el poder, “la mayor democracia de occidente” muestra la punta del iceberg del decadente imperio americano sin saber todavía (después de varias semanas de la votación en EEUU) quien gobierna en la “primera potencia del mundo”.

La evidencia de lo que está en juego entre las distintas concepciones del mundo que sostienen los modelos posibles que aspiran gobernar los pueblos en las próximas décadas, están mostrando todas las cartas en la mesa del “juego” internacional y dejan en claro hasta donde están dispuestas a llegar las potencias y los totalitarios en pos de mantener el poder por tiempo indefinido para alcanzar sus siniestros designios.

Ni la “extrema derecha de Donald Trump ni la extrema izquierda” de Nicolás Maduro ofrecen modelos que despierten alguna esperanza valedera en los pueblos para hacerle frente a los grandes desafíos que afronta la humanidad.  ¿Será la pandemia el enemigo común que oficie ser el catalizador para unir a las naciones que no encuentran soluciones adecuadas a los grandes desafíos de la época? ¿O la incapacidad de la clase dirigencial dejará su huella en un nuevo intento fallido?. Sea lo que fuere que ocurra con el destino de la humanidad lo cierto es que como dice  MARY SHELLEY en su novela “el último hombre”: La voluntad del hombre es omnipotente, esquiva las flechas de la muerte, alivia el lecho de la enfermedad seca las lágrimas de la agonía ¿y qué vale cada ser humano si no aporta sus fuerzas para ayudar a su prójimo?

 

  

lunes, 16 de noviembre de 2020

 Artículo de opinión

LA REGION SURAMERICANA EN LLAMAS

Por: Vicente Scordamaglia

 

Los episodios que se están sucediendo en la región suramericana (Ecuador, Bolivia, Chile, Brasil, Colombia Perú y otros de una larga lista) están determinando para bien o para mal la vida y el futuro de los argentinos. Una serie de conflictos se detonaron con una virulencia inesperada en esta parte del mundo. No porque no supiéramos lo que aquí se está dirimiendo entre las potencias que dominan el mundo sino por el nivel de violencia con la que han cargado los distintos sectores en pugna por el poder. Es evidente que el campo de batalla elegido para dirimir los conflictos internacionales en esta etapa de la globalización es el continente suramericano y en él, se están desarrollando con modalidades propias (de cada nación) una serie de conflictos destinados a fijar el rumbo de los acontecimientos nacionales en el contexto de las tensiones que la globalización y los poderosos imponen.    

Ya nadie se sorprende al ver el despliegue de elementos destinados a desestabilizar (de un lado y otro) a gobiernos legítimamente constituidos por elecciones libres de los pueblos, sino lo peligroso de ello es su naturalización y aceptación del avasallamiento sistemático de las leyes que rigen el bien común de los pueblos y su modo de vida en democracia.      

Los intereses de las potencias: económicos comerciales, políticos y militares desplegados en distintas partes del mundo, explican con claridad los episodios que se están sucediendo en gran parte de nuestra región suramericana. Ya nadie se sorprende al saber que estamos frente a la injerencia extra territorial desplegada sobre nuestra soberanía y mucho menos no nos sorprende ver quiénes son sus socios locales que en contra posición de metodologías del pasado ahora intervienen dentro de las mismas reglas democráticas lo que les permite desde este lugar, la construcción de un relato en derredor de sus intereses económicos y estratégicos con un plus favorable ya que cuentan con un significativo apoyo de sectores afines a su proyecto de inclusión para pocos en desmedro de las mayorías  postergados de nuestra sociedad.

Esta es la experiencia del PRO (para tomar un caso paradigmático) que junto a otros partidos tradicionales con escaza representatividad en elecciones pasadas (tal el caso del Radicalismo) prestó su estructura territorial en nuestro país permitiendo así construir una alianza que llego al poder y gobernó durante los últimos cuatro años con los resultados catastrófico que hoy tenemos a la vista.

Es necesario destacar que las reformas (reforma previsional y reforma laboral) que plantea el neoliberalismo cada vez que llega al poder por los métodos que sea, son incompatibles con las necesidades de los trabajadores. Las conquistas de los pueblos y sus trabajadores son derechos adquiridos que luego de comprobar que tales medidas no son para su beneficio, emprenden la lucha destituyendo cualquier orden preestablecido. Crear comunidades humanas como lo hacen las redes, puede servir para movilizar al pueblo y crear un escenario de inestabilidad continua ya que estas apelan a visibilizar a un enemigo común, este, es el mejor catalizador para unir a una nación que no encuentra soluciones adecuadas a los grandes desafíos de la época.

Estamos en presencia de un periodo de la historia en donde dos interrogantes interpelan la razón humana: una es el cuidado del medio ambiente que esta sufriendo el peor ataque a sus recursos naturales fundamentales para la subsistencia humana y el otro es el aumento desmesurado de la pobreza que amenaza toda planificacion posible. El capitalismo globalizado se encuentra en una disyuntiva historica: o  funda junto a los trabajadores un nuevo contrato social para los proximos cincuenta años distribuyendo equitativamente el valor de la riqueza (creando nuevos consumidores) o se verá obligado a gobernar sobre su  propia ruina.   

 

lunes, 9 de noviembre de 2020

Artículo de opinión

¡NO SÉ DE QUÉ SE TRATA PERO ME OPONGO!

Por: Vicente Scordamaglia

 

¡No sé de qué se trata pero me opongo! Este parece ser el lema  que sintetiza el proyecto de los opositores al gobierno en Argentina. Pasaron raudamente sin escalas del ¡Sí se puede! al ¡No se puede!: pero no se confunda, no están proponiendo medidas relacionadas de cómo resolver la pandemia que asola al mundo en general y a nuestro país en particular, (todavía nadie lo pudo hacer) tampoco están sugiriendo medidas para encauzar los efectos del daño que producen las restricciones en la economía producto del prolongado aislamiento preventivo y obligatorio, (en cuatro años de gobierno dejaron una economía en terapia intensiva), pero ni siquiera se trata de pedirles esfuerzos adicionales para que ayuden al gobierno a encontrar una salida rápida y coherente de una crisis que nos incluye a todos y nos aleje de un escenario de conflicto que de seguir así, nos va a llevar puestos a todos los argentinos por igual, por el contrario, solo se le está pidiendo que dejen a un costado la polítiquería berreta de obstrucción por cualquier cosa que haga el gobierno y asuman de una vez por todas el digno rol que tiene que tener la oposición en un sistema democrático. Desde que asumió la coalición gobernante, los opositores no han hecho otra cosa que obstruir deliberada y sistemáticamente las medidas que fue tomando el gobierno nacional (sanitaria y económica incluida) en la presente y prolongada crisis mundial.      

Dicen ser democráticos y se pasan el día junto a los medios de comunicación adeptos, creando condiciones y alentando la posibilidad de un cambio institucional antes de que se cumplan los plazos electorales. Son detractores por excelencia y su difamación constante es una tapadera para esconder perversas intenciones destituyentes. A decir verdad, esta oposición no califica como tal ya que ni siquiera tienen el decoro que deberían tener quienes gobernaron cuatro años y fracasaron y siguen por la vida sin realizar autocrítica como si nada tuvieran que ver con la crisis económica que padecemos los argentinos y sin presentar nuevas propuestas que pudieran hacer pensar en un nuevo comienzo.   

Dice un refrán boliviano: “En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso” por eso es una falacia cuando dicen estar a favor de la república y son ellos mismos quienes la destruyen día tras día oponiéndose al accionar de las instituciones, piden tener  libertad y son junto a algunos sectores marginales de la sociedad los únicos que marchan por las calles libremente sin que nadie los reprima, es más, han sido ellos quienes impiden el libre acceso a la información agrediendo a periodistas para que no informen objetivamente del acontecer político y social, por lo general, apañados por una serie de medios y periodistas afines que manipulan la información y justifican todos sus atropellos; a pesar de todas las provocaciones ejercidas por estos detractores profesionales en contra del gobierno actual todavía tienen libre circulación, aun a riesgo de seguir contagiando al pueblo con un virus que hoy se sabe está produciendo una cantidad de muertes impensadas, vaya a saber que hubiera ocurrido si no hubiéramos realizado el sacrificio de privarnos de algunas cosas en nuestras vidas cotidianas y realizar determinados sacrificios adicionales.

Argentina padece una importante crisis económica que no le permite salir más o menos bien perfilado de la pandemia sin pagar un enorme costo económico, político y social. La cobertura económica que se le dio a la pandemia no fue hecha con recursos genuinos ya que al no haber los suficientes fondos disponibles no le quedó otra opción al gobierno nacional que emitir moneda artificialmente (sin respaldo) para enfrentar la pandemia. La mayoría de los países del mundo han tenido que echar mano a sus reservas y hacer lo mismo con la diferencia de que el gobierno de Macri dejó a la Argentina con una economía desbastada sin recursos, sin hospitales y sin ministerio para hacerle frente a la contingencia. Hoy la oposición se rasga las vestiduras exigiéndole al gobierno una pronta resolución de los innumerables problemas que persisten en nuestro país olvidándose que hace apenas once meses gobernaron el país durante cuatro años. La hipocresía que destilan los opositores al gobierno, es la falta de propuestas nuevas que sorprenda a algún desprevenido simulando sus propios fracasos, mintiendo una vez más acerca del acontecer mundial y nacional que nos muestra todos los días las enormes dificultades que tienen los países del mundo para ordenar sus economías y evitar que la pandemia siga con su macabro plan de exterminio.

Una vez más frente a situaciones límites a los argentinos nos divide la ideología por encima de las necesidades comunes. La visión del mundo que tienen los que están de un lado y otro de la grieta parece ser el problema, las posturas parecen irreconciliables cuando emergen desde el fondo de la historia, ya que  basta que el gobierno tome alguna medida para que la oposición esgrima su consigna preferida: ¡no sè de què se trata pero me opongo! 

jueves, 17 de septiembre de 2020

 

Artículo de opinión

¿A DÓNDE NOS ARRASTRARÁ TANTA TURBULENCIA?

Por: Vicente Scordamaglia

 

En el actual contexto en que vive el conjunto de la humanidad se hace difícil encontrar una respuesta precisa al interrogante que nos plantea el tÍtulo de este artículo; mucho menos que deje conforme a todos los sectores en pugna en la convulsionada sociedad mundial. Lo cierto es que cuando los conflictos se agudizan y nadie los conduce, estos, comienzan a obedecer sus propias leyes y construyen sus propias lógicas, de allí que  nos cueste encontrar una salida adecuada a una realidad tan dinámica y cambiante al mismo tiempo que nos obliga a ver e interpretarlo todo de nuevo.

Siguiendo la lógica de Tomas Gray cuando decía que: “donde la ignorancia es una bendición es una locura ser sabio” podemos inferir que el mundo (cada vez más globalizado) transita un período incierto de su proceso evolutivo, ignorante de los riesgos que corre (en el corto y mediano plazo) el conjunto de la especie humana.

 El terrorismo internacional, las guerras en distintos puntos álgidos del  planeta, los crímenes que se cometen a mansalva en nombre de la libertad, las hambrunas, inundaciones y pandemias; el calentamiento global, el estancamiento, la pobreza y los refugiados. "situaciones dramaticas en todos lados" fue lo que respondió una mujer en la calle cuando la radio pública sueca le pidió que describiera el estado del mundo.

Esto es lo que vemos en las noticias, y parece ser la historia de nuestro tiempo. Antes de la víspera de año nuevo de 2015, en el periódico Financial Times se publicó un artículo sobre el Zeitgeist con el siguiente titular: "Golpeado, magullado e inestable: el mundo entero está al límite".

No ha habido otro momento de estas características en la historia de la Humanidad.  Así lo asegura el prestigioso intelectual y activista estadounidense Noam Chomsky, quien dijo que la pandemia del coronavirus ha hecho de estos tiempos los más oscuros de los que se tenga memoria. Chomsky explicó que el presente, representa un "punto de confluencia de distintas crisis muy graves", entre las que se incluyen una amenaza de guerra nuclear, cambio climático, la pandemia del coronavirus, una gran depresión económica y una contraofensiva racista que tiene como epicentro a los Estados Unidos.

Desgraciadamente las noticias que provienen de los centros de poder mundial, confirman palmariamente estas afirmaciones. Si hacemos un paneo  rápido por distintas naciones, veremos una similitud de episodios que se repiten una y otra vez con características propias, que hacen pensar en un agotamiento del pensamiento humano en pos de dar respuestas a los múltiples problemas que afligen al conjunto de la humanidad. Las personas se contagian (y mueren) las economías colapsan y las instituciones creadas por el hombre de poco sirven ante el avance incesante de los conflictos ante la incertidumbre de los hombres que deben liderar los procesos de cambio que requiere la sociedad global. 

La civilización humana desde su misterioso comienzo, está sufriendo un retroceso aterrador de todos los logros alcanzados por el hombre, que en su devenir, olvidó lo elemental que es cuidar el hábitat en el cual se desarrolla su vida y construye su historia, por ello es preciso alertar a todos tomando prestada una frase de Soledad Voulgaris: “No todas las cosas cuando se rompen hacen ruido, hay algunas cosas que se derrumban por completo en el más absoluto de los silencios” 

 

 

Artículo de opinión

¿A DÓNDE NOS ARRASTRARÁ TANTA TURBULENCIA?

Por: Vicente Scordamaglia

 

En el actual contexto en que vive el conjunto de la humanidad se hace difícil encontrar una respuesta precisa al interrogante que nos plantea el tÍtulo de este artículo; mucho menos que deje conforme a todos los sectores en pugna en la convulsionada sociedad mundial. Lo cierto es que cuando los conflictos se agudizan y nadie los conduce, estos, comienzan a obedecer sus propias leyes y construyen sus propias lógicas, de allí que  nos cueste encontrar una salida adecuada a una realidad tan dinámica y cambiante al mismo tiempo que nos obliga a ver e interpretarlo todo de nuevo.

Siguiendo la lógica de Tomas Gray cuando decía que: “donde la ignorancia es una bendición es una locura ser sabio” podemos inferir que el mundo (cada vez más globalizado) transita un período incierto de su proceso evolutivo, ignorante de los riesgos que corre (en el corto y mediano plazo) el conjunto de la especie humana.

 El terrorismo internacional, las guerras en distintos puntos álgidos del  planeta, los crímenes que se cometen a mansalva en nombre de la libertad, las hambrunas, inundaciones y pandemias; el calentamiento global, el estancamiento, la pobreza y los refugiados. "situaciones dramaticas en todos lados" fue lo que respondió una mujer en la calle cuando la radio pública sueca le pidió que describiera el estado del mundo.

Esto es lo que vemos en las noticias, y parece ser la historia de nuestro tiempo. Antes de la víspera de año nuevo de 2015, en el periódico Financial Times se publicó un artículo sobre el Zeitgeist con el siguiente titular: "Golpeado, magullado e inestable: el mundo entero está al límite".

No ha habido otro momento de estas características en la historia de la Humanidad.  Así lo asegura el prestigioso intelectual y activista estadounidense Noam Chomsky, quien dijo que la pandemia del coronavirus ha hecho de estos tiempos los más oscuros de los que se tenga memoria. Chomsky explicó que el presente, representa un "punto de confluencia de distintas crisis muy graves", entre las que se incluyen una amenaza de guerra nuclear, cambio climático, la pandemia del coronavirus, una gran depresión económica y una contraofensiva racista que tiene como epicentro a los Estados Unidos.

Desgraciadamente las noticias que provienen de los centros de poder mundial, confirman palmariamente estas afirmaciones. Si hacemos un paneo  rápido por distintas naciones, veremos una similitud de episodios que se repiten una y otra vez con características propias, que hacen pensar en un agotamiento del pensamiento humano en pos de dar respuestas a los múltiples problemas que afligen al conjunto de la humanidad. Las personas se contagian (y mueren) las economías colapsan y las instituciones creadas por el hombre de poco sirven ante el avance incesante de los conflictos ante la incertidumbre de los hombres que deben liderar los procesos de cambio que requiere la sociedad global. 

La civilización humana desde su misterioso comienzo, está sufriendo un retroceso aterrador de todos los logros alcanzados por el hombre, que en su devenir, olvidó lo elemental que es cuidar el hábitat en el cual se desarrolla su vida y construye su historia, por ello es preciso alertar a todos tomando prestada una frase de Soledad Voulgaris: “No todas las cosas cuando se rompen hacen ruido, hay algunas cosas que se derrumban por completo en el más absoluto de los silencios” 

 

martes, 25 de agosto de 2020

Artículo de opinión

EL REGRESO DE LA POLÍTICA

Por: Vicente Scordamaglia

 

El mundo entero está siendo desmantelado por un virus mortal, no solo porque está atacando a los humanos sino porque  además, las medidas de aislamiento que deben tomar los pueblos del mundo para no estimular el contagio masivo del covid-19 están destruyendo sus economías locales, pilar fundamental sobre el cual fue construido un capitalismo global que comienza a desplomarse ante la mirada impotente de sus gobernantes que no encuentran los instrumentos eficaces para asistir a la naciones que ven atónitos cómo se desmorona su sistema productivo, su economía nacional y con ello lo que fue hasta hace unos meses su modo de vida.   

Ya todos sabemos que el mundo actual tal como lo conocemos carece de mecanismos fundamentales para dar respuestas a los enormes requerimientos que la época nos demanda. Millones de seres humanos deambulan por el mundo en busca de alguna nación que los ampare, los asista y les de alguna oportunidad para subsistir frente a la tragedia que los aflige. La esperanza, valor fundamental que sostiene a los seres de este planeta, flaquea ante la evidencia del peligro que amenaza acabar con el sueño de los humanos para construir un futuro que nos incluya a todos por igual sin importar credos, razas, condición social o ideología política.

Realidad esta, que nos atraviesa severamente a pesar nuestro, seguimos aferrados a la esperanza de que pronto accederemos a una vacuna que nos redima de todos los pecados cometidos en nombre de una civilización que viene cometiendo las peores injusticias  en pos de la libertad, la democracia y la república. 

 El regreso de la política en el escenario nacional parece ser el punto de inflexión de la pandemia sanitaria y económica. Como si se tratara de un recipiente llenado compulsivamente hasta desbordar así, todos los días, le seguimos metiendo presión a nuestra débil democracia sin ofrecer una mínima hendija por donde se vea una luz que nos muestre el sendero por donde debemos transitar. En esta realidad dislocada de tanto horadar las contradicciones de nuestra sociedad, la Argentina se parece mucho más a un conglomerado de almas que se encamina una y otra vez hacia su destrucción masiva más que a su destino de grandeza como señalaron tantas personalidades de nuestra historia.

Desde los disparatados argumentos de algunos “intelectuales” desgastados por el tiempo buscando construir un relato con que desgastar al gobierno, pasando por los mismos políticos que fundieron al país hace tan solo nueve meses atrás y amplificado por las empresas mediáticas que utilizan a una clase de periodismo servil, buscan a diario crear las condiciones sociales, (políticas y económicas) para consumar una desestabilización suficiente como para condicionar al gobierno nacional (si logran consenso entre sectores tradicionalmente destituyentes) y los más audaces soñar con la vieja fantasía de recurrir a un golpe de estado. Las declaraciones del ex presidente Eduardo Duhalde no solo son desmesuradas sino que además están dichas en el marco en donde el gobierno metió mano en el negocio de las telefónicas, ¿esta será la respuesta? No lo sé, pero recordemos que cuando el ex presidente gobernaba en medio del desorden generalizado y el que se vayan todos, estas empresas junto a los bancos fueron los únicos beneficiados por la pesificación.

Los opositores al gobierno que todos los días intentan vender una realidad aumentada, están defendiendo sus propios intereses económicos y la de sus socios mediáticos que ven peligrar sus privilegios con el temor cierto a ser juzgados por los delitos de corrupción del gobierno de Macri y sus secuaces que, con un relato ya gastado por  su uso mal habido convence apenas a unos pocos y paradójicamente va por sus cabezas. Un dicho popular dice: “El cerdo ve suciedad donde los puros ven pureza” ¿que estamos viendo los argentinos?

 

 

 

 

 

  

lunes, 15 de junio de 2020

LO PEOR DE LA HISTORIA


Artículo de opinión
LO PEOR DE LA HISTORIA
Por: Vicente Scordamaglia

ANTONIO GRAMSSI
Casi 100 años en tiempos de interregno una situación en la que lo viejo está perdiendo rápidamente su fuerza y su potencia para actuar, mientras que lo nuevo; que supuestamente podría ocupar su lugar, no ha nacido o bien es todavía demasiado pequeño como para llamar nuestra atención.

La humanidad toda está pasando por el peor período de su historia. Está exponiendo a la luz del día las infames miseria de cada época que marcaron a sangre y fuego la evolución del hombre y la sociedad a través de episodios despiadados  producidos por el hombre que comienzan a visibilizarse a partir de la incertidumbre que provoca una enfermedad que amenaza con diezmar a cientos de miles de personas en todo el planeta, y que por ahora solo le podemos oponer un aislamiento social preventivo y obligatorio. Crisis social, económica, financiera y laboral, crisis humanitaria, sanitaria y moral, tráfico de personas, drogadicción y explotación del ser humano en todos los niveles como nunca antes habíamos conocido, racismo extremo, discriminación explícita contra refugiados inmigrantes que son sometidos a condiciones de existencia brutales de una segregación dramática y descontrolada y un sinfín de calamidades más, son, sin duda, alguna de las complejidades que nos esperan por delante, no ya como naciones sino como raza humana, ¡como sociedad toda!. Esta escueta descripción es la peor síntesis de un mundo que crece en desigualdades y carece de personalidades representativas que interpreten, orienten y corrijan el rumbo que ha tomado el mundo globalizado en su peor versión de la historia de los hombres; es como si el joven siglo que hasta hace poco lo llamábamos el nuevo milenio, hubiera concentrado y hecho emerger en estos pocos veinte años, lo más nefasto de toda la historia de la existencia humana. 
Sociedades despedazadas entre un capitalismo financiero que solo le importa la evolución de los mercados basada en el único fin de acumular riquezas en forma desmesurada contra otro que se le opone (resiste) y sostiene que el capital solo es legítimo cuando es productivo y está al servicio de la gente y sus necesidades, es sin duda la indiscutible fisura que tiene el mundo globalizado al que deberá abocarse para encontrar pronta solución.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó la pandemia y ante la incertidumbre que provoca la falta de conocimiento acerca del corona virus, el mundo se debate qué hacer y cómo protegerse del contagio inesperado y en el peor de los casos, los más agravados: ¡la muerte!. Mientras todo acontece en un caos sin control, en donde las sociedades debaten formas de atenuar la crisis sanitaria y económica y sus daños colaterales, las naciones experimentan múltiples formas posibles para salir de ella con el menor daño posible.
La pandemia, sin duda, está mostrando la peor cara de la humanidad en donde los sectores sociales pelean (y reclaman) para que los gobiernos realicen una cuarentena a su medida y sus necesidades sin importar las necesidades ajenas. Desde el inicio de la pandemia los canales de televisión, radio y prensa escrita no han hecho otra cosa que llenar sus programaciones con números de infectados, muertos o recuperados. Esta suerte de campeonato mundial siniestro y perverso poco ayuda a los especialistas a encontrar alguna salida a la dramática situación, que por el contrario, se dedican a hostigar a las únicas personas que por su especialidad pueden darnos alguna solución posible a tan angustiante situación. Los opositores al gobierno de Alberto Fernández se han dedicado con exclusividad a desgastar a su gobierno que debe dar respuesta a dos pandemias: el corona virus y la deuda externa; la primera imposible saber cómo se originó y cuál es la solución posible por ahora y la segunda la monumental deuda externa creada por los mismos funcionarios del gobierno anterior que hoy critican sin cesar con Macri a la cabeza. Esta nueva falacia  instrumentada por estos personajes siniestros apoyados por una caterva de intelectuales antidemocráticos hoy se rasgan las vestiduras (dando cátedra de republicanismo) explicando cómo resolver los groseros problemas que nos han dejado sin dicimular su intento desestabilizador para con un gobierno que asumió tan solo hace seis meses intimidando a la población con el argumento sedicioso que La Argentina se encamina a imitar el modelo Venezolano.
Nada más lejos de la realidad y cada vez más expuestos ante toda la sociedad por las operaciones de las escuchas clandestinas y tantas otras mentiras estrafalarias instrumentadas desde el estado que ellos mismos destruyeron, mientras el gobierno de Alberto Fernandez trabaja denodadamente para paliar la crisis extenuante, la oposición sigue desgastando al gobierno nacional con cualquier artilugio que tenga a mano creyendo que de esa forma podrán recuperar en nombre de “la república perdida” una nación para pocos en detrimento de la mayoría de los argentinos. La gente y la historia juzgará tan miserable proceder.      

martes, 19 de mayo de 2020

DESPUES DE LA PANDEMIA


Artículo de opinión
DESPUES DE LA PANDEMIA
Por: Vicente Scordamaglia

Salir de la cuarentena y pasar a una desescalada de la crisis no será una tarea sencilla. La estrategia del gobierno de poner todos los esfuerzos en el aislamiento social preventivo y obligatorio todo el tiempo que sea posible, está dando  los resultados esperados por el gobierno nacional. La administración de la crisis conducida con riguroso control consumó un plan que en el corto plazo le dio a sus ejecutores la ventaja necesaria como para evitar que la situación se desborde y asuma su propia lógica, es decir: evitó un colapso de todo el sistema sanitario y evitó un caos comercial que de no haber actuado tempranamente sobre la economía hoy estaríamos en una anarquía de grandes proporciones; no nos olvidemos que este escenario se produce con un gobierno que recibe de su antecesor,Macri, hace tan solo seis meses con un default técnico es decir, al borde de la cesación de pagos a sus acreedores externos y una deuda interna de proporciones monumentales con índices de pobreza y desocupación (50%) como nunca se vio en la historia argentina. En este contexto de crisis económica, financiera y laboral el gobierno venía negociando una salida con todos los sectores involucrados para promover una inmediata reactivación de la  economía interna, cuando en el mundo, sucede lo inesperado: en el mundo en general y Argentina en particular se ve impactada por una epidemia de característica global (pandemia) que obliga al gobierno de Fernández a replantear toda su estrategia de gobierno y fijar nuevas prioridades. Todo lo que se tenía previsto para “fortalecer” la economía hubo que relativizarlo para darle lugar a otras urgencias y a otros actores (médicos, especialistas y científicos)  que rápidamente asumieron con absoluta responsabilidad y compromiso su rol específico para lo que fueron convocados. 

Ahora bien, en este “desconocido” escenario, que tiene pocos antecedentes en la historia de la humanidad, el gobierno de Fernández ocupó el centro de la atención de casi toda la población, asumiendo sin vacilaciones la conducción del desafío a la que se enfrenta la Argentina. Con los recursos disponibles se tomaron decisiones en el día a día, ya que y hasta la fecha, se cuenta con poco conocimiento e información del COVID-19 que permita tomar medidas preventivas, tan solo ganar tiempo y evitar el desborde del sistema sanitario e impedir así un creciente número de infectados por lo menos hasta que se descubra una vacuna.    
Dicho esto, cabe destacar que a esta altura de los sucesos globales, el gobierno y su equipo de colaboradores estuvieron y están a la altura de los acontecimientos. Lo inexplicable de todo este relato es la postura que adoptó la oposición en todo este tiempo, salvo Larreta y un buen número de intendentes bonaerenses que salieron a diferenciarse del discurso de la primera línea del principal sector de la oposición, que inexplicablemente mediante operaciones ridiculas salió a desgastar al presidente cuestionando su política de gobierno para enfrentar la crisis existente.  Con argumentos extravagantes y maliciosos tales como que hay que evitar el avance del comunismo en la Argentina o la liberación de presos peligrosos o el intento de instalar un sistema autoritario y no se cuantos disparates más la oposición intenta meter miedo (al más puro estilo Bolsonaro) y mantener activos a los sectores más reaccionarios de la Argentina (estaran pensando en las proximas elecciones) al tiempo de ver como el oficialismo se consolida mediante el estricto cumplimiento de las normas elementales de un gobierno democrático que le toca resolver dos situaciones sumamente complejas como  son la pandemia del COVID-19 y la negociación de la deuda externa como para despejar el futuro inmediato de la nación toda.      
La correcta salida de la cuarentena y el acuerdo entre todos los sectores de la política, es lo que permitirá pasar a lo que se dio en señalar como “la nueva normalidad”: salvo los países gobernados por personajes desquiciados moral e intelectualmente capaces de llevar a sus naciones a recorrer caminos peligrosos y arrastrar al mundo a confrontaciones fatales para la humanidad, son el máximo interrogante que tienen por delante los pueblos libres del mundo que deberán morigerar el avance de un desenfrenado capitalismo que arrasa valores humanos y construye naciones serviles, insolidarias y sin moral.
¿Que será la nueva normalidad?. ¿Más de lo mismo con algún maquillaje de nuevo orden global? (¿Se acuerda?) La verdad es que nadie lo sabe ya que esta versión no salió de un proyecto concebido y ejecutado por la filosofía política que revolucionó el mundo y su entorno, sino de la necesidad de sacarse de encima un virus que amenaza no solo con diezmar las fuerzas orgánicas humanas sino también arrasar con todo el orden económico y social mundial. Mientras buscaba con que cerrar semejante interrogante acudí a mi amigo Peter Sloterdijk y solicitar su opinión y me dio esta respuesta: “Los grandes relatos conocidos hasta ahora, el Cristianismo, el liberal-progresista, el hegeliano, el Marxista y el Fascista, se han revelado como intentos inadecuados para hacerse cargo de la complejidad del mundo”; ¿será así?


miércoles, 6 de mayo de 2020

PANDEMIA: COMPORTAMIENTOS HUMANOS


ARTÍCULO DE OPINIÓN
PANDEMIA: 
COMPORTAMIENTOS HUMANOS
Por Vicente Scordamaglia

Cada vez que el ser humano pasó por situaciones límites en su vida, exhibió dos aspectos bien definidos de su naturaleza humana: una es la de ser solidario para con los otros buscando el complemento  entre todos por el bien común, esto es: la defensa del conjunto por sobre lo individual (sentimiento este que lo enaltece como ser humano) y otro, que manifiesta una conducta miserable, mezquina e  insolidaria que solo piensa en el resguardo individual para sacar ventaja en medio de la desgracia de las mayorías sufrientes. Por poner un ejemplo evidente me animaría a decir que como nunca en democracia se ha visto a la clase política argentina trabajar con tanto ahínco al servicio de la gente en la búsqueda de su bienestar común por encima de otras necesidades que reclaman también ser atendidas como la economía por ejemplo. Observar este comportamiento de casi todos los principales dirigentes del escenario político argentino es alentador y merece ser destacado de la misma manera en que se debe criticar cuando en determinados episodios del país, sucede lo contrario, esto es: aquellos que solo buscan la defensa de sectores minoritarios por encima de los intereses comunes de las grandes mayorías.  
Desde que comenzó esta verdadera tragedia para la humanidad en la ciudad de Wuhan, China, cuna de la pandemia, hemos visto desarrollarse junto a esta  contaminación mundial, estas dos conductas humanas a lo largo y ancho de todo el planeta; las tendencias se manifestaron en representaciones claras en los nombres de algunos políticos como Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro, Sebastián Piñera y otros que hoy están pagando con su desprestigio por la falta de empatía que tienen con su pueblo. Atender los intereses económicos antes que la vida de la gente marca la diferencia ideológica de algunos gobernantes que están dispuestos a sacrificar cientos de miles de vidas humanas antes que dejar que sus empresas (a las cuales representan) dejen de ganar suculentos dividendos a pesar de la tragedia que vive el conjunto de la humanidad.  
Es evidente que la pandemia aceleró los cambios globales que ya se venían evidenciando bastante tiempo antes de la contaminación mundial. El corona virus le sacó definitivamente la careta a una crisis mucho más profunda que la contaminación misma en el plano social, económico y político, las políticas que se vienen implementando están llevando a la humanidad toda al borde de un colapso total en la medida en que no se encuentre una salida correcta al desborde de los mecanismos de desarrollo y contención que las naciones supieron crear en su largo recorrido en la  construcción social de toda la humanidad. 
Bastó que un virus altamente contagioso atacara al centro de defensa del homo sapiens (su sistema inmunológico) para que nos demos cuenta de lo frágiles que somos al ser atacados masivamente por cuerpos extraños a nuestro organismo adaptado al entorno que nos circundapor ello, el conocimiento esencial de esta infección será fundamental para nuestro desarrollo.
 La infodemia (como la calificaron algunos analistas) a la cual está sometido el conjunto de la población mundial revela como el establishment de la corporación mediática asociada definitivamente a las grandes concentraciones de riqueza, opera instalando o desestimando verdades parciales o verdades a medias según la conveniencia de las agencias informativas que dominan los medios de comunicación. Desde hace sesenta días nos están envenenando tanto como el corona virus con miles de recomendaciones que al poco andar son cambiadas por otras y así sucesivamente. El ranking de infectados  contagiados, muertos y recuperados entre los países del orbe, pasó a ser el campeonato mundial entre los países mientras el covid-19 realiza su trabajo de exterminio; las estadísticas son importantes, no hay duda de ello, pero solo a los efectos de quienes deben trabajar con ellas para saber la evolución del virus y no para llenar horas y horas de mentiras mediáticas que terminan sacando conclusiones fantásticas con argumentos que terminan estando al servicio de intereses perversos en momentos en que la solución requiere del esfuerzo de todos sin excepción.      
Mientras la mayoría de los argentinos junto al gobierno nacional vienen librando una batalla sin cuartel contra un demonio invisible, otros, opositores ellos, se están dedicando a debilitar a la coalición gobernante con el único propósito de que este no se consolide en el poder y así pretenden obtener algún miserable rédito político que los mantenga en la consideración de algunos descerebrados que creen que los argentinos son estúpidos; los únicos que se están desgastando con su mezquina conducta son estos piratas marginales de la política que no cesan en su afán destructivo y pagarán tarde o temprano por todo el mal que le hicieron y le siguen haciendo a los argentinos.  
No hay dudas que la ciencia terminará por derrotar a esta pandemia creando la vacuna que nos aleje de todo mal, pero por más que esto suceda más tarde que temprano no nos librará de la insensatez humana. 
Recordaba a NIETZCHE: “Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado”

lunes, 30 de marzo de 2020

LA GRIETA QUE DIVIDE AL MUNDO


ARTICULO DE OPINIÓN
LA GRIETA QUE DIVIDE AL MUNDO
Por: Vicente Scordamaglia

Una profunda y peligrosa pandemia atraviesa a toda la humanidad. El virus covid_19 que azota a toda la humanidad está poniendo una frontera entre un mundo a punto de convertirse en pasado y otro mundo nuevo que se insinúa “peligroso”, desconocido y lleno de incertidumbres que requiere que el hombre, privilegie otros valores para enfrentar los difíciles desafíos del presente y el futuro por venir. Hiso falta tener enfrente un enemigo común como lo es el coronavirus para que los seres de este planeta nos diéramos cuenta cuanto necesitamos de los otros para seguir existiendo.   
Las imágenes que nos llegan a diario junto a las aterradoras cifras de infectados y los no menos obscenos números que se multiplican exponencialmente de acuerdo a las proyecciones realizadas por los expertos, asumiendo lo que sucede en otras  naciones (China, Italia, España, EEUU y otras)  como propias, están dando cuenta de la fragilidad de nuestra existencia en este nuestro planeta tierra. Los sistemas sanitarios a nivel mundial que ya se encuentran desbordados, no están preparados para atender a un número incalculable de contaminados que día a día llenan los establecimientos hospitalarios del mundo entero.  

En este contexto lleno de incertidumbres y acechanzas, es que sabemos sobradamente que en todo orden humano las cosas que hacemos adolecen de poseer rasgos perfectos, después de todo somos humanos y no dioses, es más, yo diría para mi gusto, que las cosas que hacemos tienen demasiadas imperfecciones que con el transcurso del tiempo aprendemos a convivir con ellas y esto sucede en el mismo instante en que las naturalizamos. Hoy en día en medio de la crisis sanitaria mundial (pandemia) que se combina con la no menor crisis económica que conoce la humanidad una controversia sobrevuela la opinión de los argentinos en particular y el mundo entero en general, esto es: si hay que garantizar con todos los elementos que disponemos atender la salud de las persona o preservar la economía por sobre ellas. Menudo interrogante tiene la humanidad por delante, los argentinos tan afectos a las antinomias comenzamos a enredarnos en este viejo dilema humano para saber si es primero el huevo o la gallina; inútil es para todos resolver hoy en día el interrogante en medio de un ataque mortal de un enemigo invisible que nos quiebra la voluntad de existir, cabe entonces aceptar que  lo único cierto en este dilema milenario es que hay huevos y gallinas y ambos son parte de la misma respuesta que el mundo con elevado equilibrio tendrá que resolver.  

En este punto sin retorno es cuando vemos que la política de un país, ofrece una multiplicidad de características que se expresan en el mismo orden ya que las realizan los seres humanos y sobre todo, por su constante exposición a la demanda popular resaltan mucho más los defectos que las virtudes, sin embargo, las muestras de unidad y coraje de la clase política que se proyectan en la gente: son alentadoras.
El asunto que ocupa en este caso entonces a toda la humanidad, tiene que ver con una falla de origen que carga la historia humana sobre sus espaldas y es el injusto sistema de producción y distribución a nivel global puesto que estos dos elementos son los que deberán corregirse para construir un orden nuevo en donde la salud y la economía de las naciones valorice al hombre y sus necesidades.
La suerte está echada y la oportunidad desplegada frente a nosotros: nada se podrá realizar y todo esfuerzo será inútil si no somos capaces de crear un nuevo comienzo que valorice al hombre por sobre todas las cosas y en donde la economía solo sea un instrumento al servicio del hombre y toda la humanidad.    


miércoles, 18 de marzo de 2020

UN MONSTRUO CON CORONA (DE REY) ANDA SUELTO


Artículo de opinión
UN MONSTRUO CON CORONA (DE REY) ANDA SUELTO
Vicente Scordamaglia

Mientras el mundo asiste desconcertado a lo que parece ser una crisis humanitaria total (pandemia) un virus con “corona” de rey, está “exterminando” a los humanos provocando estragos impensados a través de infectar su sistema inmunológico y su aparato respiratorio integral. Las consecuencias están siendo catastróficas en la medida en que todavía no se ha podido encontrar ni el antídoto, ni la vacuna para prevenir su contagio, ni mucho menos detener su avance vertiginoso con un poder de exterminio que preocupa y ocupa a toda la comunidad científica mundial.   

Hasta ahora todas las medidas que han tomado los países afectados por el coronavirus, han sido defensivas e infructuosas, en tanto que este virus se propaga mucho más rápido que otros de su clase y no da tiempo a que el ser humano desarrolle los anticuerpos necesarios para su defensa inmunológica, en este sentido el aporte de la ciudadanía para disminuir sus efectos destructivos son: ¡decisivos!
Los especialistas nos han enseñado de mil formas que el coronavirus (covid 19) solo se contagia a través del contacto humano, es decir de persona a persona y se propaga a través de su huésped, el humano en contacto estrecho con otro humano. Se aloja en nuestro interior y solo contagia a otros por vía aérea, mucosa nasal, saliva, lágrimas y cualquier otro fluido que expulse nuestro organismo hacia el exterior de nuestro cuerpo. Podríamos decir que el virus covid 19 es un perfecto virus social ya que necesita otros seres vivos para seguir “existiendo” y así seguir infectando todo a su paso. Yo no soy médico pero tengo una aguda percepcion y he comprendido con claridad que el punto emblemático de esta batalla que está librando toda la humanidad, es cortarle el paso al virus disolviendo temporalmente todos los vínculos sociales que hasta ahora mantienen unido (a pesar de las diferencias) a todos los humanos de esta tierra. Evitar toda interacción física entre personas es por ahora el arma más efectiva que tenemos.
Las consecuencias colaterales de esta pandemia ya comienzan a insinuarse en tanto que la economía mundial comienza a trastrabillar frente a la incertidumbre que provoca la crisis humanitaria. Los mercados mundiales que ven perder el valor de sus activos no saben donde refugiarse hasta que pase el temblor y los gobiernos de los países desarrollados comienzan a echar culpas (para saber quien le abrió el portón al monstruo) de que este pudo haber sido un acto deliberado para equilibrar posiciones de poder comercial, militar o alguna operación de geopolítica estratégica internacional; sin embargo, cuesta pensar que una nación o algún grupo de poder pudo haber pergeñado semejante plan de exterminio, aunque nunca nadie podrá saber cuál es el límite capaz de la mente humana en defensa de intereses espurios.  
Lo cierto es que frente a la encrucijada en la que se encuentra toda la humanidad, requiere del esfuerzo y el compromiso de todos; contraer la enfermedad que provoca el coronavirus, es un hecho del azar, provocar su contagio por negligencia humana, es un acto de perversidad insolente.
Este es el mayor desafío de la raza humana, o trabajamos todos mancomunadamente para ganar esta batalla comun o como dice el libro SNOWDEN no habrá un lugar donde esconderse.   


miércoles, 19 de febrero de 2020

ARGENTINA: ENTRE BUENAS INTENCIONES Y TENSIONES PELIGROSAS


Artículo de opinión
ARGENTINA: ENTRE BUENAS INTENCIONES Y TENSIONES PELIGROSAS
Por: Vicente Scordamaglia

La negociación con el fondo monetario internacional se está llevando las escasas energías que tiene el gobierno a la hora de negociar desde una posición de “fortaleza” con los organismos internacionales que no tienen nada para perder y todo para ganar. Las distintas visiones que comenzaron a ventilarse públicamente entre sectores que conforman el mismo frente gobernante no hacen otra cosa más que dinamitar el camino que el presidente Fernández (en su primera gira por las principales naciones del mundo occidental) se encargo de pavimentar de cara a la dura negociación que le espera con el FMI. No se sabe con claridad si es una estrategia del gobierno o simplemente son expresiones de una serie de voces irresponsables que creen que con este juego infantil de dimes y di-retes (apretar por un lado y negociar por otro) tendrá algún efecto en organismos perfectamente afinados para negociar en condiciones extremas como la que se encuentra nuestro país. 
En este sentido, trabajando a destajo con el reloj del tiempo que transcurre  a toda velocidad, el Presidente Fernández y todo su equipo económico, se ilusionan en llegar a buen puerto y concretar un satisfactorio acuerdo con el FMI antes de los vencimientos de los próximos pagos que implicaría desembolsar sumas siderales que no solo son de por si impagables (todos lo saben) sino que además implicaría dejar de lado el plan de reactivación de la economía interna y calmar los ánimos alterados de una sociedad que viene pagando el costo de ajustes que son interminables. Para ello, el gobierno argentino a través de sus negociadores, está mostrando una voluntad de pago como nunca antes se había manifestado con tanto énfasis; es que ya todos saben que el no pago sumergiría una vez más a nuestra economía en un interminable default aislando a la argentina de los mercados internacionales “necesarios” estos para un desarrollo sostenido que potencie las capacidades infinitas que nuestro país posee sin explotar.   
Ahora que se sabe bien quien manda en argentina (¿se sabe?) se ve con un poco mas de claridad el resultado de no haber debatido con antelación entre los distintos sectores que componen el elenco gubernamental acerca de la cantidad de problemas sin definir que tiene nuestra economía y que aún persisten y dificultan un entendimiento duradero de las partes que conforman el escenario social, político y económico en argentina.
La política, la economía, la justicia y un plan estratégico que transforme rápidamente los recursos en capital productivo requieren un análisis más profundo y una decidida acción de gobierno más eficaz que la mera enunciación (diagnostico) de las dificultades que tienen los argentinos que esperan una pronta solución de los múltiples conflictos que padece.        
Pero como siempre ocurre cuando la solución  es corrida por la urgencia, comienzan a oírse voces temerarias convirtiendo las buenas intenciones del gobierno en  tensiones peligrosas de sectores que están esperando una fisura interna por donde filtrar sus condicionamientos y con ello se produzca un desgaste prematuro del gobierno actual disminuyendo su poder para negociar con los distintos actores de nuestra sociedad y su capacidad para gobernar.     
 La crisis económica internacional que se globaliza a la misma velocidad que el coronavirus surgida en China, no hace otra cosa que cerrar los posibles portones de salida con los que contaba nuestro país antes de la terrible epidemia que ya comienza a contaminar a los mercados internacionales.
Las derivaciones económicas y financieras internacionales que pueden devenir a partir de un posible  colapso de la segunda economía del mundo y su influencia sobre los mercados mundiales dificulta aún más hallar la fórmula que permita una pronta solución a las naciones emergentes.
Pensar en una tercera posición respecto a la polaridad que lograron las dos coaliciones que hegemonizan la política argentina (frente de todos y juntos por el cambio) es por ahora una fantasía irrealizable, ambos espacios se consolidan en posturas opuestas cada vez más radicalizadas y concentran en su interior a sectores muy definidos que en el fondo de su pensamiento refleja la ruptura ideológica que arrastran los argentinos desde el comienzo de su historia democrática. Si por lo menos hubiera un debate serio y permanente de cada uno de los temas y acordáramos que modelo de argentina queremos en este presente, aplicaríamos en un futuro inmediato las mejores propuestas que surjan de ello y evitaríamos así entonces caer cada cuatro años en la oscuridad que produce la incertidumbre de carecer con un destino común.      


jueves, 16 de enero de 2020

DOS MODELOS UNA SOLA SALIDA


Artículo de opinión
DOS MODELOS UNA SOLA SALIDA
Por: Vicente Scordamaglia

¿Acaso existen en el mundo actual más que dos modelos de gestión como lo son el liberalismo financiero y el populismo distributivo? Me animaría a decir rotundamente que no, salvo excepciones de algunas naciones que realizan un experimento de ambos utilizando como práctica, según el caso, un pragmatismo extremo ausente de cualquier ideología. Si esto es así lo más lógico sería la búsqueda de lo mejor que sostienen ambos modelos y aplicarlo a la economía de nuestro país para salir del laberinto en el que se encuentra nuestra economía; este experimento sería posible si no fuera que intereses locales y extranjeros no tuvieran otros planes para el futuro  de nuestra economía.
La situación limite en la que se encuentra la Argentina que heredó Alberto Fernández exige la búsqueda de un constante equilibrio entre quienes encarnan los intereses de estos dos modelos, esto es: consensuar la toma de decisiones para bucear juntos y ver en el fondo de este océano de incertidumbres como funcionan esos países que aplican para casos similares un pragmatismo extremo y en consecuencia, medir por los resultados.
En nuestro país acaba de asumir un nuevo gobierno y con él surge una nueva esperanza que en la medida de las posibilidades reales y a pesar de la situación en la que se encuentra la economía argentina, el gobierno intenta provocar un shock de confianza en la población que espera con gran expectativa que se produzcan cambios drásticos en la política nacional y que impulse a la economía de nuestro país a soluciones más o menos rápidas; sin embargo y a pesar de lo imperioso  de proponer cualquier “paliativo” para la emergencia, el nuevo gobierno sabe que corre contra reloj y cada minuto en que transcurra el acontecer económico de Argentina se acerca a un callejón con dos salidas: una es atar su suerte al FMI como lo hizo el gobierno de Macri y el otro es socializar los esfuerzos para evitar que nos alcance la espada de Damocles del FMI que persigue inflexiblemente al gobierno argentino para que cumpla con los pagos tal cual fueron pautados con el gobierno anterior.
El presidente Fernández y todo su equipo económico saben de las dificultades que todavía deben enfrentar más allá de haber tejido rápidamente  una red de contención y de acuerdos con cada uno de los sectores que conforman la estructura de poder en Argentina: empresarios, sindicalistas, movimientos sociales, partidos políticos y aun con los organismos internacionales de crédito que estarían de acuerdo en avanzar sobre dos ejes fundamentales para destrabar la compleja trama de dificultades en la que habría dejado al país el gobierno anterior: por un lado atender a la emergencia social con toda la complejidad que esto implica, es ni más ni menos que obtener respuestas urgentes para frenar la extrema pobreza, atender la emergencia alimentaria y sanitaria e incentivar las escasas ofertas laborales que permitan que la inmensa masa de desocupados encuentren una salida laboral y comiencen a mover la rueda “virtuosa” de la economía. En segundo lugar, la estrategia del gobierno es ganar tiempo dando señales claras de que no desea entrar en default, en todo caso lo que la Argentina quiere es reconfigurar las fechas de pagos, sobre todo en lo que hace a los vencimientos inminentes que de retrasar el calendario de pagos le permitiría alejarse de la zona de peligro apremiante antes que se caiga el acuerdo político social que hoy contiene el conflicto social en Argentina.
Lo cierto es que ni el liberalismo económico ni el populismo distributivo han podido dar respuestas duraderas a las demandas de los pueblos; el liberalismo expresado en el modelo Chileno (por tomar un caso emblemático) colapsó luego de haber dejado un tendal de pobres en el camino con el agravante de que en ese país los servicios básicos esenciales para la población (educación, salud y trabajo) son privados e inalcanzable para los trabajadores y sus familias. En el mismo orden y con el mismo rigor, hay que decir que los modelos populistas representados por gobiernos como el de Bolivia (por tomar un caso) no alcanzan a completar un círculo virtuoso de desarrollo por la falta de inversiones que le impiden pasar a una fase superior de capitalismo productivo.
La situación en el mundo es por demás preocupante. Los únicos que han podido perforar esta ecuación perversa de las democracias imperfectas son precisamente aquellas naciones que utilizan la democracia como mecanismo de legitimación de sus actos de gobierno hacia adentro de sus naciones (EEUU. RUSIA Y CHINA) pero hacia afuera ejercen presión constante con un desarrollo militar cada vez más acentuado y riesgoso para la paz mundial.     



martes, 7 de enero de 2020

POBREZA


Artículo de opinión
POBREZA
Por: Vicente Scordamaglia

El constante debate que se recicla cada vez con mayor intensidad en la cultura nacional acerca de los pobres y las consecuencias que esta realidad representa, tiene un nuevo capítulo con las declaraciones de la inefable (corista) Susana Giménez, sus dichos llenos de eufemismos acerca de la pobreza (según sus creencias) ofenden a los argentinos, tanto  a los que padecen este flagelo como así también a quienes tenemos conciencia de lo que significa para un país que sabe que mientras exista este nivel de pobreza no habrá paz social.
Es evidente que muchos sectores de nuestra sociedad no han podido librarse de los prejuicios que los persiguen a lo largo de toda la historia, y sobre todo se manifiesta en el debate cada vez que tenemos que afrontar la responsabilidad de elaborar algún proyecto o plan de emergencia que ayude a mitigar el castigo de la pobreza que hoy tenemos y lamentablemente tenemos que adicionarle el rótulo del hambre que padecen (como una estigma) cientos de miles de compatriotas. Es evidente que no es nada fácil el desafío que tienen por delante los gobernantes ya que como decía el genio Albert Einstein: “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”; de manera que la pobreza, caracterizada últimamente por muchos personajes de la política como el senador Pichetto o de la farándula la vedette Susana Giménez y opinólogos ligeros que habitan los medios de comunicación que descreen de la veracidad de ello y afirman que solo es producto del resultado de múltiples especulaciones políticas electorales en beneficio de intereses espurios con el fin de mantener cautivo a importantes segmentos de la población. Este significativo  hecho ha provocado con su ocultamiento que el flagelo de la pobreza (que no es exclusivo de la Argentina) sea reconocida y tratada por prestigiosos analistas y o economistas como Thomas Piketty, Anton Costas, Carlos Arias y otros en donde todos ellos desde distintos abordajes afirman que la pobreza representa el 40% de la población mundial. La pobreza, caracterizada como la falta de elementos básicos y necesarios para el desarrollo de cualquier ser vivo de nuestro planeta ha sido históricamente encubierta por un prejuicio básico que tiene que ver con la pérdida de dignidad, y como consecuencia de ello tanto el que la padece como así también el que la oculta establecen un pacto de silencio siniestro acerca de la pesadilla que significa este flagelo socialmente.   
Una región convulsionada, una economía de quebranto una sociedad devastada por años de esfuerzos ilógicos e inútiles que nos llevaron nuevamente a la debacle nacional y un aparato productivo obsoleto que costará años y mucho sacrificio poner en condiciones para que vuelva a ser la locomotora de la producción nacional será este el único esfuerzo legítimo para que nuestra nación encuentre el camino de la reconciliación y el crecimiento sostenido; pero muy a pesar de esta realidad que avergüenza, todavía en nuestro país persisten algunos personajes que creen que el fenómeno de la pobreza se soluciona con un gallinero, o sacándolos de la vista cotidiana, escondiéndolos en los confines de nuestro vasto territorio para apaciguar sus conciencias llenas de prejuicios, culpas y negación de una realidad que interpela a nuestra condición de ser sujetos sociales que construyen juntos el ideal de una gran nación.
Ser pobre habla de carencias y oportunidades, si a una persona que tiene carencia de alimentos, de salud, de educación y oportunidades de trabajo y no se lo margina por ello, este sujeto puede volver de esa realidad denigrante e integrarse socialmente, pero si en su defecto la sociedad lo margina culturalmente, jamás podrá integrarse y ser parte de su comunidad.