martes, 16 de abril de 2013

CUANDO LAS AGUAS BAJAN TURBIAS

CUANDO LAS AGUAS BAJAN TURBIAS

Montesquieu
“Ningún poder sin límites podría ser legítimo”
“En cada Estado hay tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo de las cosas pertenecientes al derecho de gentes, y el ejecutivo de las que pertenecen al civil”

Mientras los inundados se recuperan de la adversidad que los condena, la dirigencia política volvió a sus prácticas mezquinas. No se demoró ni una semana después de haberse bañado en las aguas de la solidaridad (como los baños hindúes de purificación en el río sagrado Ganges) disputándose la autoría de ese gesto humano de quienes participaron en forma anónima y aquellos que quisieron sacar algún beneficio de tal noble tarea.

Como de costumbre, la política llegó tarde, esto es, llegaron después de que la sociedad civil ya se había abocado a las tareas de salvataje con los pocos recursos disponibles a su alcance. ¿Se preguntará nuestra clase política alguna vez cuál es el orden de prioridades para gobernar un país, una provincia o un municipio?.
La falta de planes estratégicos hace inviable una planificación, aunque más no sea de corto alcance. La pregunta de rigor que haría cualquier lego en materia de planificación sería ¿cuáles son las prioridades? para luego ver con qué recursos se cuenta. Por lo visto este procedimiento no es propio de nuestros gobernantes, ya que de haber establecido prioridades todo el dinero gastado por los gobiernos Nacional, Provincial y el de la Ciudad (que fueron afectados por las inundaciones con víctimas fatales y pérdidas materiales millonarias) entre publicidades y festivales inútiles hubiera alcanzado para realizar las obras correspondientes que evitarían estas lamentables tragedias.  

Entre tanto, en vez de planificar alguna forma de método que se anticipe a las futuras “catástrofes”, en conjunto con las autoridades de las zonas afectadas por el temporal, la estrategia oficial no se detuvo ni un momento en seguir delineando los trazos finos de su objetivo central, esto es, ocupar los últimos territorios de independencia real que le quedan a la República. 
El proyecto presentado por el poder ejecutivo llamado  “Democratización de la Justicia” apunta (mas allá de poseer algunos fundamentos genuinos para su análisis) fundamentalmente a alinear a los tres poderes que deben ser independientes (ejecutivo, judicial y legislativo) en función  de intervenir a discreción en los tres poderes de la Nación a favor de sus estrategias en el poder.

La democracia argentina, resentida hasta el límite como consecuencia de la manipulación de su Carta Magna, se ve afectada en este caso por el avasallamiento de uno de los tres poderes indispensables para garantizar el equilibrio de una verdadera República.   
Si a partir de esta reforma no hubiera más división de poderes, y en su lugar  quedara el unicato del poder legitimado por el voto de las mayorías como pretende el gobierno de turno ¿Quién garantizará la libertad de los individuos frente a un Estado todopoderoso? ¿A quién podremos recurrir cuando no estemos de acuerdo con los designios emanados desde la cúpula de una facción política encaramada en el poder? Y lo que es más importante con esta reforma ¿Intentará el Ejecutivo avanzar sobre alguna innovación de la Constitución antes del  recambio legislativo de las próximas elecciones para habilitar a la Presidenta a un nuevo mandato?

Todos estos son interrogantes que merecen ser evaluados antes de avanzar sobre una reforma profunda que modificará las reglas de juego del sistema de vida tal cual la conocemos. Si así fuera, como vemos, los tiempos que maneja el gobierno son escasos con relación a las transformaciones más importantes que requieren el estudio y la participación del conjunto de los argentinos de buena voluntad para mejorar la vida institucional de nuestro país.  
Para finalizar, no puedo soslayar el fuerte impacto que tuvo en la sociedad  la denuncia del periodista Jorge Lanata que involucra  a parte del gobierno nacional en general y al matrimonio Kirchner en particular; a la luz de estos acontecimientos cabe preguntarse con legítimo derecho si el gobierno, a sabiendas de lo que iba a ocurrir con este episodio, apresuró ex profeso el tratamiento del controvertido proyecto, esperando una catarata de denuncias en las puertas mismas de las elecciones legislativas nacionales.

Si por alguna razón perciben que este escueto análisis está influenciado con un poco de imaginación sobre nuestra realidad, recordemos que: “nuestra imaginación construye simulacros de la realidad que a veces terminan por ser ciertos”.

Vicente Scordamaglia