martes, 1 de noviembre de 2011

ELECCIONES PRESIDENCIALES 2011

ELECCIONES PRESIDENCIALES 2011


Crónica de una muerte anunciada
Las recientes elecciones presidenciales del 23 de octubre se parecen más a una novela  política que a la realidad de un país que intenta construir una democracia duradera. Así como los gobiernos están sujetos a los ciclos del tiempo que les toca gobernar (nacimiento, desarrollo y muerte) a la oposición le cabe la misma regla inexorable del tiempo (les toca construir una alternativa) y la implacable decisión de la gente.

Hagamos un poco de historia para poner un punto de partida y ver desde dónde arrancan las expectativas de la oposición para proyectarse hacia las recientes elecciones presidenciales.
Para poner en contexto, debemos resaltar que la elección legislativa de 2009, despertó un interés en la política, como hacía tiempo no sucedía en Argentina; la coyuntura internacional comenzaba a mostrar sus primeros barquinazos económicos avisando que podía convertirse en un monstruo de cuatro cabezas (crisis financiera, política, laboral y alimentaria).
Ante el desgaste económico del gobierno y fuertes enfrentamientos con sectores relacionados con el campo, el gobierno decide adelantar las elecciones legislativas planteadas originalmente para octubre.  A partir de allí, todo se precipita; la oposición dividida emprende su calvario de encontrar una fórmula que le permita convertirse en alternativa al gobierno Kirchnerista.
La oposición comienza a dibujar un jeroglífico de alianzas de inexplicable comprensión para la gente, que, a poco de andar, demuestran su verdadero propósito, la lucha por el poder. 
El conflicto entre campo y gobierno, instala en la discusión a nuevos actores que hasta ese momento no tenían peso alguno en el ámbito político operando a partir de allí en los distintos sectores de la oposición. Mientras todo esto sucedía, el gobierno apurado por retomar la iniciativa política, convirtió a esta elección en un referéndum para el modelo y su gestión a escasos dos años del mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Finalmente, motivada por la crispación generada desde el gobierno nacional, la ciudadanía, decide darle el voto a los distintos sectores de la oposición  produciéndole al gobierno una derrota que se ve reflejada en  el ámbito del Congreso Nacional. Así, se fortalece a algunos sectores de la oposición y se debilita al oficialismo conformando un parlamento con mayoría opositora con el que los Kirchner deberán convivir hasta el 2011.

Como el ave fénix
Esta breve novela no termina aquí; contra lo que todos esperaban sería ya una declinación progresiva del Kirchnerísmo hasta llegar a las próximas elecciones nacionales, éstos se hacen fuerte en su derrota desarticulando cada una de las operaciones de la oposición produciéndole un desgaste prematuro (división) de sus líderes con alguna pretensión presidencial.
Un año después de la derrota del gobierno en las elecciones legislativas, un hecho inesperado sacude a propios y extraños, fallece el ex presidente Néstor Kirchner. Este episodio por si solo se transforma en un punto de inflexión en la conducta de la sociedad argentina y sus instituciones políticas. La razón que motivaba acciones determinadas, ya no gozaban de un argumento que las justificara; aquellos dirigentes que pensaban que con sólo oponerse a Néstor Kirchner sería necesario para llegar al poder se dieron cuenta demasiado tarde que este argumento ya no alcanzaba y que había que superar el “modelo” que el gobierno venía desarrollando desde hacía algunos años.
Así, con estos antecedentes comenzó la simbiosis del gobierno por un lado y la debacle de la oposición por otro.
En el término del año restante (año electoral) hasta las elecciones presidenciales, la oposición se desmembró de tal manera que en su inicio comenzó con cerca de doce candidatos a presidente y terminó escasamente con seis aspirantes (sin capacidad de alianzas) que luego de las primarias de agosto llegaron sin ninguna posibilidad. No supieron, no pudieron, no quisieron; lo cierto es que la oposición develó en este caso no estar a la altura de los acontecimientos, sin propuestas superadoras y peleados entre sí, y como resultado de esa actitud mezquina sufrieron la indiferencia de la gente.

Cristina,  Reinvención y Liderazgo
En cambio el gobierno, desde el fallecimiento de su líder, asumió el desafío de continuar profundizando el “modelo” y tras un breve período de duelo, la presidenta Cristina Fernández, contra todos los pronósticos adversos que vaticinaban las peores perspectivas para su gobierno, comenzó una construcción sistemática de su figura que tiene el valor de su propia reinvención transformándolo así  en un nuevo liderazgo sin atenuante. 
Cristina, por ese tiempo, descubrió que el poder que había acumulado junto a su esposo, era todavía superior al que imaginaba; el apoyo de la gente y sobre todo de los sectores más jóvenes que masivamente se incorporaban a la política sumado al ingreso de una importante masa de dinero proveniente de las retenciones e impuestos, produjeron una caja que, con fervor, determinación y discrecionalidad la usó para construir su propio triunfo.
No necesitó colgarse de nadie para su ascenso sino por el contrario, fue ella quien ayudó a que otros ganaran (intendentes y gobernadores)

Si hacemos un mínimo esfuerzo por comprender la realidad que nos circunda, nos daremos cuenta que Néstor Kirchner contribuyó con su deceso a crear el clima épico y la leyenda de un pasado romántico que los jóvenes y los intelectuales se encargaron de transformar en símbolo y bandera de lucha; si bien esto es cierto aceptemos que embellecen el pasado reciente pero no deciden el voto popular que es más sabio y reflexivo de lo que todos pensamos.

Finalmente el epílogo de esta novela podría desarrollarse así: la legitimidad que acaba de darle el pueblo argentino al segundo mandato de Cristina Fernández, incluye en este contundente acto eleccionario, la legitimación de su gestión actual consolidando su liderazgo indiscutido e instalando la lucha de su esposo definitivamente en el plano de lo simbólico (terminando con el doble comando) constituyendo así un movimiento de envergadura y alcance histórico en tiempos de democracia.
Los votos así lo demuestran, por ello creo que quienes intenten mezclar el razonamiento descriptivo de los hechos con los intereses de sector o facción política, seguirán navegando a la deriva sin entender que el pueblo solo vota realidades y no quimeras.

Si coexiste ¡El! (símbolo y bandera) existe ¡Ella! (liderazgo y gestión)
¿Abra nacido a partir de aquí el Cristinismo puro?


VICENTE SCORDAMAGLIA