lunes, 24 de junio de 2019

EN BUSCA DE LOS CANDIDATOS PERDIDOS

Artículo de opinión
EN BUSCA DE LOS CANDIDATOS PERDIDOS
Por: Vicente Scordamaglia

El titulo de este artículo no es ni una chicana ni una ironía, se trata simplemente de una descripción de la realidad que describe el lamentable estado del sistema partidario en argentina. La confusa búsqueda y aún más, la selección de los candidatos (previa a las primarias) por el cual transito la mayoría de las formaciones políticas antes que se agotara el plazo de inscripción de los frentes electorales y a posteriori los candidatos, parecía  una subasta de personajes que en su devenir, se iban configurando como referentes de un sector con algunas posibilidades o en su defecto, operaciones de disgregación para vueltos a juntarse en otros frentes de acuerdo a como se iban posicionando en las encuestas.
En lo que va del año y hasta la fecha, la dirigencia nacional tejió las más alocadas trenzas políticas eludiendo un sinfín de principios y valores (o si usted quiere “códigos” al fin) saltando de un lado al otro de los espacios electorales que poblaron todo el arco político nacional con la intención de posicionarse elaborando complejas alquimias inter partidarias para producir una argamasa posible que les diera como resultado, un candidato y un vice que incremente las posibilidades electorales de los actores del complejo escenario nacional argentino.  
En este contexto donde están  ausentes las ideologías y los partidos políticos, la democracia, quedo huérfana de contenido dejando a los analistas políticos y a los formadores de opinión (influenciadores profesionales) la tarea de comunicarle al electorado las bondades de uno u otro candidato.

Finalmente  cada frente electoral que ya no es lo que eran, pudo reproducir formulas a Presidente y Vice en línea con el lanzamiento anticipado por la formula Fernandez-Fernandez que revolucionó y aceleró los tiempos de las posibles alianzas electorales determinadas por las causas judiciales que pesan sobre la ex presidenta por un lado y por el incesante desgaste que viene sufriendo el gobierno nacional.
Las prácticas consumadas que se pudieron observar como método de selección que excedió los límites partidarios y todo lo visto hasta la fecha en cuestiones de alianzas electorales, excluyó por completo también, los límites ideológicos que por primera vez en la democracia argentina puso más el acento en la búsqueda de consensos entre los dirigentes de distintas formaciones en busca de la unidad que en la defensa de sus creencias  ideológicas. No queda muy claro si esta es la forma adecuada de construir nuevas alternativas de gobernabilidad, en todo caso, se verá con los resultados lo que estas formas de construcción (en la que todo vale) produzcan en argentina; lo cierto es que lo que se viene obteniendo con esta fórmula en la que ya nadie se sorprende, es la búsqueda de un instrumento más que necesario que permita renovarle el crédito a la política y sus ejecutores que al fin son, la columna vertebral de la democracia en argentina.

Hasta aquí, lo único que hemos podido ver, es la inutilidad de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASOya que en su mayoría de los frentes presentados para esa eleccion por un motivo u otro, no competirán para elegir a sus candidatos, por el cual es motivo suficiente que amerita una rápida revisión y posterior transformación del sistema electoral eliminando si fuera necesario las primarias abiertas devolviéndole el rol y la responsabilidad que deben tener los partidos políticos en la elección interna y selección de sus propios candidatos. La democracia partidaria es el instrumento que mejor alinea a las distintas corrientes que participan en el ceno mismo de los partidos políticos enriqueciendo así, su plataforma electoral y selección de los mejores dirigentes disponibles que primero deberán rendir cuenta ante sus propios pares de su idoneidad para desarrollar exitosamente un plan de gobierno.

Finalmente,  sostener la democracia sin partidos políticos dificulta hablar de una democracia plena pues ellos, son los principales articuladores y aglutinadores de los intereses sociales.