sábado, 30 de abril de 2016

EN DEFENSA DEL SALARIO Y EL TRABAJO

EN DEFENSA DEL SALARIO Y EL TRABAJO
El nuevo frente de tormenta que deberá enfrentar el ingeniero Macri comenzó este viernes cuando una multitudinaria manifestación de las cinco centrales gremiales (la tres CGT y las dos CTA) marcharon juntas en el primer cruce de fuerzas contra el flamante gobierno y sectores empresarios. Estos últimos, cada vez que hay que arrimar el hombro para sacar a la economía del estancamiento en la que se encuentra, reaccionan negativamente en resguardo de sus intereses. Este es un fenómeno que se da en nuestro país cada vez que la economía pega un vuelco hacia atrás en su crecimiento, los sectores financieros no quieren correr ningún riesgo y deciden por el camino más fácil y seguro: achicar su planta laboral y aumentar los precios de los productos que comercializan. Este perverso sentido de la defensa de su patrimonio produce en nuestra sociedad un daño letal a la economía de los sectores medios y la clase más empobrecida que está al límite de la indigencia; golpeados por el ajuste, angustiados por la pérdida de su fuente laboral, los trabajadores son los que más sufren las consecuencias de los ajustes de las economías basadas solamente en las leyes del mercado.

Este escarpado camino que eligió el gobierno nacional, y que arrancó con una falla de origen, nos lleva inexorablemente hacia zonas peligrosas de la economía y conlleva en sí mismo una serie de perjuicios que repercuten negativamente en todos los sectores de la producción. En particular destruye la columna vertebral de la economía interna que es su mercado interno, compuesto mayoritariamente por la clase media argentina, única capaz de mantener a raya los desaciertos y vaivenes del mercado. Los sectores medios en definitiva son la rueda de auxilio de la economía en general, ya que, con su consumo constante corrige los desajustes económicos de nuestro país con serias falencias para crecer y generar riqueza genuina.
En este caso, el sector gremial cuenta con un propósito legítimo y altamente sensible como lo es la defensa del trabajo y sus alicaídos salarios, luego de que el gobierno llevó adelante un brutal ajuste que impactó violentamente sobre las economías familiares de la clase media y los sectores más vulnerables de la sociedad. 

La inflación es un flagelo que atenta contra los pueblos y su economía de bienestar, arrasa con las expectativas de los trabajadores y promueve una reacción en cadena que comienza por los despidos, privando a las familias de su necesario poder adquisitivo, aniquilan sus ahorros y disminuye al mínimo su capacidad de consumo que se ve reflejado en el comercio y la producción; un  verdadero retroceso que hace inviable las consignas de pleno empleo o el “hambre cero” en Argentina, consigna que vaticinaba el Macrismo en su campaña electoral. En este sentido y en el corto plazo, toda la Nación se verá afectada por el virus de la inflación demoliendo así el verdadero motor de la economía y eliminando al principal ordenador social de los pueblos: ¡el trabajo!

Los inmensos beneficios fiscales otorgados por este gobierno a los empresarios argentinos, todavía no se ven correspondidos. Tampoco se ve con claridad los beneficios de la salida del default, es más, todavía las calificadoras de riesgo mantienen altos su índices sobre nuestro país, entonces ¿a quién se le podría ocurrir invertir en nuestro país si las tasas de interés bancario oscilan entre el  30% o en algunos casos el 40 % anual?, en todo caso vendrán una vez más a especular como lo han hecho en otras épocas, en ese caso contaremos con el trabajo de calidad prometido por Macri al cual solo accederán unos pocos. 
Todo el mundo sabe ya que sin control de los mercados que solo se guían por la rentabilidad conducen a catástrofes económicas y sociales, sin embargo el actual gobierno persiste en el intento.  
Razones hay entonces para que los gremialistas se unan, solo sucede cuando perciben el peligro de que la economía decide sobre la política; a los políticos solo les cierra un modelo cuando el alcance del programa económico incluye en el proyecto a todos los sectores laborales, en cambio a los gerentes, solo satisfacen sus expectativas cuando les cierran sus balances.  

VICENTE SCORDAMAGLIA

lunes, 25 de abril de 2016

BAILANDO POR UN SUEÑO

BAILANDO POR UN SUEÑO
Durante dos semanas los argentinos volvieron a sentir un vértigo que parecía olvidado desde las últimas elecciones presidenciales. Lo que se vio en Comodoro Py o en las inmediaciones del Congreso de la Nación parecía obra de la visita de alguna estrella rutilante del cine o la televisión seguida por sus fans allá donde ella tuviera que exhibirse; la caracterización cabe a partir de los bailes en que incurría el personaje del balcón de la calle Uruguay (en el barrio de Recoleta) que no era ni más ni menos que la ex Presidenta de la Nación que contorneando su cuerpo con exóticos movimientos de baile animaba a sus seguidores; en todo caso, la ex Presidenta con este operativo propio de un estado paralelo (guardia propia por sus militantes) trató de camuflar con sus desbordes simbólicos, el verdadero motivo de su visita por estos lares, esto es, la presentación frente a la Justicia que la involucra en un ilícito de su gobierno con relación al dólar a futuro.

La actividad desarrollada por la ex Presidenta con ese poder de convocatoria exhibido en las puertas de Comodoro Py la ubicó en el centro de la escena nacional; todo comenzó como un murmullo los días previos a su presentación judicial pero con el transcurrir de las horas y la enorme cobertura que tuvo en todos los medios de comunicación, la fantasía de un sector de la sociedad se hizo realidad ¡Cristina volvió!. Este no es un dato menor ya que habían quedado muchas dudas acerca de su continuidad en la política desde que viajó a su terruño en el sur luego de que Daniel Scioli (su candidato) había perdido las elecciones presidenciales. 
Renovada, bailantera y desenfadada como siempre, Cristina comenzó a desplegar su repertorio habitual asistida por sus dotes de actriz y con una oratoria y contenido ya conocido, la ex Presidenta presentó a todos los argentinos y a sus partidarios, un pobre e insólito esquema político para volver al poder: a la militancia, artistas e intelectuales, a los Diputados, Senadores y movimientos sociales les planteó la necesidad de comenzar a estructurar un nuevo Frente Ciudadano (así se llamará) que permita convocar a todos los argentinos, sin distinciones partidarias, a la nueva épica Kirchnerista que será la de recuperar el poder para defender los logros alcanzados por su gobierno en la remanida  “década ganada”.

Hasta aquí nada debería sorprendernos, es el derecho de todo político de convocar a sus partidarios a un acto político para anunciar sus próximos pasos en la política, pero lo que si llama la atención es que se haya elegido el edificio de los Tribunales de Justicia para su realización. Escapar de la corrupción con ideología tarde o temprano acaba con la credibilidad de quien abusa de ella, sobre todo, sabiendo que la gran deuda ideológica es erradicar la corrupción de la política como así también cualquier forma de delito que tenga que ver con la utilización de los dineros públicos para fines personales, políticos o de facción. Esto es así en Argentina o en cualquier lugar del mundo como estamos viendo con los casos de la  FIFA, Petrobras o Mubarak presidente de Egipto hoy derrocado y acusado de desviar mil millones de dólares de fondos oficiales y otros tantos denunciados por organismos internacionales en donde se investigan estos aberrantes casos de políticos o empresarios que se enriquecen con los dineros públicos de sus contribuyentes.

Conociendo la historia política de nuestro país no nos debería sorprender que muchas de las imputaciones que se vienen realizando contra funcionarios del gobierno anterior no prosperaran y seguramente queden impunes; entre otras cosas porque en algunos casos, estos ilícitos, están cruzados con empresarios muy cercanos al gobierno actual.  
La salida del default y la posibilidad de nuevos préstamos que oxigenen el quebranto de las provincias argentinas entusiasman a los gobernadores, la suerte dirá  si la utilización de dichos fondos es para un desarrollo sostenido de sus riquezas o para tapar nuevamente la ineficiencia de sus gobernantes. La mesa ya está servida (y por lo que sabemos será una mesaza) el nuevo orden dependerá de cómo se acomoden las piezas del nuevo rompecabezas del poder ya que el poco tiempo que separa la asunción del gobierno de Macri y las elecciones intermedias del próximo año 2017 conspiran contra el desarrollo de proyectos que verdaderamente les cambie la vida a los argentinos. 

Todas las fuerzas políticas ya preparan a sus posibles candidatos entre ellos la propia Cristina que decididamente salió a competir por un nuevo ciclo de bailando por un sueño.

VICENTE SCORDAMAGLIA