lunes, 29 de abril de 2019

LA COYUNTURA

Artículo de Opinión
LA COYUNTURA
Por: Vicente Scordamaglia

Argentina está en una coyuntura peligrosa en la cual el gobierno puede no llegar a las próximas elecciones o, en el mejor de los casos, llegar demasiado desgastado para ser competitivo. El deterioro de la economía y la intranquilidad de la gente sumados a los sectores productivos en quiebra, que ven asomar una hiperinflación en el horizonte (si no dominan las corridas del dólar) son la suficiente razón para que el país entre en un colapso generalizado. Esto es, claro, si no se implementan medidas urgentes que contengan a los millones de argentinos que padecen los rigores del rumbo económico que este gobierno está empeñado en profundizar pareciéndose cada vez más (con otro signo ideológico) a una Venezuela de Macri.
¿El gobierno tiene una bala de plata frente a esta situación tan desfavorable? Según los datos de algunos economistas tiene una combinación de dos salidas posibles de la coyuntura desfavorable en la cual se encuentra entrampado, una es económica: usar las reservas del Banco Central para evitar las corridas especulativas por fuera de las restricciones del fondo (FMI) y la otra medida es política algo que se ratificó en estos días por el círculo rojo que viene pidiendo (con insistencia) cambiar de candidato, esto es, el llamado plan V es decir el recambio de Macri candidato por la gobernadora Vidal. La medida económica presupone nuevos riesgos, en la medida que la incertidumbre se profundice aun más, se corre el riesgo de que se licuen rápidamente las reservas del Banco Central acelerando la crisis aún más y que ésta, a su vez, sea ingobernable, de allí que se busque restablecer con la medida política, la confianza perdida en la gestión actual apostando por una candidata (María Eugenia Vidal) mejor ponderada que el actual Presidente dando un poco de certidumbre a los mercados y generar a partir de ello alguna expectativa en los sectores medios de la población allí donde se encuentra el mayor número de indecisos que son quienes definirán la próxima contienda electoral.    
No está demás insistir en que Argentina atraviesa una situación dilemática, los proyectos de quienes encabezan las encuestas y que se presupone serán los más votados Cristina o Macri (ambos) arrastran densas falencias en su gestión de gobierno: el proyecto Kirchnerista si bien produjo importantes reformas dirigidas a solucionar problemas que padecían importantes segmentos de la población más necesitada todavía requieren la asistencia del estado nacional para encontrar alguna solución a sus demandas incrementadas por la mala gestión del gobierno actual; todavía subyacen, sobre todo, aquellas de carácter estructural como la pobreza extrema y la marginalidad que se han incrementado con las políticas implementadas por el gobierno actual, sin embargo y a pesar de la gran problemática social, política y económica importantes segmentos de la población está dispuesta a votarlos aun con la carga de corrupción y falencias que sobrellevan en sus mochilas los dos actores principales que confrontarán en el próximo acto eleccionario nacional. Es evidente entonces que el festival de denuncias vertidas de un lado y otro  de la grieta actual, no logran mellar la confianza de quienes todavía conservan una cierta confianza de vastos sectores de la población sobre aquellos que lideran la intención de votos para el próximo acto electoral.
Si esto es así, la desconfianza puede no ser para este caso un elemento determinante a la hora de otorgar el voto para encarar un programa de gobierno en tanto y en cuanto el candidato encarne un objetivo superior a todas las bravatas de mentiras vertidas para conseguir votos y obtenga así un porcentaje de confianza relativa para favorecer intereses sectoriales. Cabría preguntarse entonces, ¿existen los límites? Claro que existen los límites, yo tengo muchos y no estoy dispuesto a hacer ninguna transacción con ellos en tanto y en cuanto el beneficio de la salida de la crisis sea mayor al daño que esta pueda ocasionar, por ello los medios de comunicación terminan siendo una herramienta decisiva a la hora de definir el voto de los indecisos.
A pesar del espacio ocupado por las redes sociales en detrimento de los medios tradicionales de comunicación, siguen siendo ellos un núcleo duro de periodistas estrella, quienes instalan la agenda nacional convirtiéndose en los grandes influenciadores de la opinión pública para “arrear” el voto del electorado.
La verdad es inentendible lo que nos pasa; Argentina con su enorme potencial para producir alimentos para millones de personas y  siendo uno de los países con mayor número de cocineros per cápita tiene a la mitad de su población infante sumida en la miseria y otras tres cuartas parte de los niños mal alimentados; la misma contradicción la tenemos al observar la cantidad de economistas que circulan  por los medios de comunicación (cada uno con sus verdades relativas) sin poder acertar con algún programa económico o medida de gobierno que resuelva (como lo han hecho otros países) el creciente deterioro financiero de nuestro país.
Cada vez que se habla de coyuntura política o  económica nos referimos a una etapa del desarrollo estructural de un proyecto o de un plan de gobierno. La coyuntura a la cual nos referimos es la descripción de un momento de la historia en la cual los actores sociales asumen un rol decisivo en dicha  coyuntura. 
Las últimas siete elecciones provinciales en donde el oficialismo salió tercero, comienzan a marcar una tendencia peligrosa para el gobierno que desespera a distintos sectores afines al gobierno nacional que no dudan en tomar partido y amedrentar a los ciudadanos desde distintos mecanismos de persuación, lo patético de estos días lo protagonizó la señora Mirtha Legrand insuflando su miedo para que toda la sociedad tome nota del riesgo que corren los argentinos si deciden votar a Cristina Fernández. Lo cierto es que con todo lo que puedan decir de los gobiernos populares, estos sectores cercanos al liberalismo financiero son y fueron los que en mayor medida se han beneficiado de sus políticas económicas. Los ricos siguieron siendo ricos, las capas medias tuvieron acceso a mejoras que permitieron obtener una clara posición ascendente y los sectores más postergados de la sociedad obtuvieron una mejora en su calidad de vida, lo que equivale a decir un poco de justicia social. La coyuntura política que vive la Argentina entonces, exige un compromiso mayor de todos los sectores activos de la sociedad ya que lo que decida la población en Octubre nos tiene que permitir salir de la mediocridad y el fracaso perpetuo. Las sociedades inmaduras crean una serie de “monstruos” para combatir a otros, la actual crisis terminal que nos muestra la coyuntura actual ¿nos permitirá madurar y construir un mejor porvenir para todos?