lunes, 4 de julio de 2016

UNA VEZ MÁS: REPENSAR LA POLÍTICA

UNA VEZ MÁS: REPENSAR LA POLÍTICA
El vértigo al que se ve sometido el ciudadano argentino solo es comparable con la adrenalina que genera nuestro organismo cuando está a punto de ser sometido a una operación de alto riesgo. La sucesión de acontecimientos vividos en los últimos meses operados por el gobierno del Ing. Macri, con el sinceramiento de la economía, tarifazos de los servicios públicos, eliminación de subsidios al transporte, devaluación e inestabilidad laboral, provocó con este brutal paquetazo de medidas dolorosas, la consecuente sensación de vulnerabilidad en donde los trabajadores y los sectores más vulnerables de la sociedad, son los que sobrellevan la mayor parte de la incertidumbre ante el temor cierto de perder sus trabajos, único medio posible que tienen estos, para conservar su modo de vida en sociedad y elemento central de su orden social y familiar.
Si a todo esto le sumamos los acontecimientos delictivos que se vienen ventilando en la justicia con relación a la corrupción vinculada con la política, la fragilidad del sujeto se torna insostenible. En este punto es donde el conflicto desatado se torna enmarañado ya que la relación entre partidos políticos y electorado nacional, agudizan su estado de desconfianza haciendo insostenible la falta de representatividad de los partidos políticos.

Desde finales del siglo pasado, los partidos políticos vienen perdiendo credibilidad frente al incesante avance de los movimientos sociales, fundaciones y organizaciones intermedias de tipo filantrópica con claras intenciones de agrupar a ciudadanos con el único interés de ayudar al semejante; los sujetos más activos de la sociedad que fueron dejando atrás las formaciones partidarias, encontraron en este tipo de organizaciones sin fines de lucro, no solo un modo para encausar su empatía personal sino que además (al encontrar aquí nuevas formas de organización social) pudieron tener la certeza de que los fines perseguidos son honestos  y transparentes. La proximidad de estas organizaciones y sus voluntarios (distinción necesaria con la del militante partidario) con la problemática cotidiana de la gente, las transformó en el reservorio de miles de voluntarios con la vocación suficiente para encarar también, en otro orden de cosas, proyectos vinculados con la política ya que, por sus valores personales, la sociedad los promueve rápidamente con la posibilidad irrefutable de convertirse en nuevos liderazgos tal cual la gente demanda para afrontar las nuevas realidades existentes. 

El avance de estas organizaciones en la vida de los pueblos es inversamente proporcional al retroceso y a la pérdida de representatividad de las organizaciones políticas que, al contrario de las ONGs, dilapidaron la capacidad de gestionar soluciones para las problemáticas actuales, convirtiendo a los partidos políticos en meros espacios de amigos para organizar tranzas espurias y aguantaderos para delincuentes. Sin perjuicio de ello, los procesos electorales de la democracia exigen herramientas idóneas para su funcionamiento y en este sentido, los partidos políticos y su ideología son su instrumento principal, de manera que repensar la política partidaria con relación a su contenido y el rol institucional que deben cumplir, resulta indispensable; esto es reformular su formato en el actual proceso democratico.
Toda esta reforma no será posible realizarla en tanto no comprendamos la confusa situación internacional que día a día nos sorprende por su espectacularidad, son procesos que nos inquietan por la escasa comprensión que tenemos de ellos mismos. Saber hacia dónde se dirigen los conflictos que se producen en un mundo globalizado y cómo evolucionan las tendencias en las que se referencia gran parte de la humanidad, es vital para no caer en el  desaliento que nos crea una mayor incertidumbre al no saber si estos episodios traerán prosperidad para toda la humanidad o seguiremos transitando el espiral destructivo de nuestras propias realizaciones.
Para las cabezas pensantes que hay en el mundo, estos interrogantes todavía son un misterio; las economías que hasta hace muy poco eran las más poderosas del planeta, hoy todos saben, también pueden colapsar y con ellas derrumbar a todo el sistema capitalista como si este fuera un castillo de naipes a la espera de un viento intenso que socave su frágil resistencia y las obligue a caer. Es preciso entonces recordar que ninguna otra ciencia como lo es la política (entendiendo que esta lo sea) está la respuesta a los grandes interrogantes de nuestra época, por ello es indispensable que esta irremplazable herramienta de los pueblos libres del mundo no caiga en manos de sujetos perversos con designios aun más siniestros empeñados en llevar a la humanidad toda a un caos generalizado con consecuencias lamentables para todos los pueblos del mundo.    


VICENTE SCORDAMAGLIA