jueves, 11 de febrero de 2021

 

Artículo de opinión

CRUJE EL IMPERIO

Por: Vicente Scordamaglia

Mientras el mundo todavía aun recuerda con estupor lo que parece ser el fin del sueño americano, un peligroso movimiento de masas incitado por un “líder” irresponsable, se abalanzó sobre el Capitolio recordando el intento de golpe en España (el 23 F) episodio que inmortalizó Javier Cercas en su libro “Anatomía de un instante”

Dos mundos muy diferentes parecen estar emergiendo a medida en que nos adentramos en el siglo XXI. Lo que hemos visto en el traspaso del poder de los EEUU entre Demócratas y Republicanos nos está mostrando la punta del iceberg mientras no cesa  el continuo crujir del imperio Yanqui, y con él, la principal democracia de occidente.

La revolución tecnológica y la lucha mundial por los espacios comerciales que se viene librando (aún en un mundo atravesado por una feroz pandemia) entre las potencias existentes, están acelerando las crecientes tensiones que este fenómeno produce entre una minoría rica y una mayoría pobre, dividiendo en dos modelos incompatibles cada vez más enfrentados en “el mundo civilizado”.

 Los signos de la desintegración social se hallan expuestos en todas partes del mundo globalizado entreviendo un escenario de crecientes tensiones con consecuencias inimaginables. 

 Los medios de comunicación y de operación políticos, al servicio siempre de las élites, intentan camuflar lo sucedido en la violenta transición política de EEUU señalando solamente como responsable de la implosión del imperio (desde lo económico, político y social) al ex presidente Donald Trump sin advertir que lo que allí sucede es mucho más que un episodio fortuito.

La extrema derecha norteamericana quiere reinventar la democracia para sus propios intereses y lo que hemos visto el 6 de enero de 2021 en el traspaso del poder es la gestación de un movimiento a su imagen y semejanza.

Estos movimientos peligrosos en su accionar por su falta de homogeneidad, son derechas alternativas activas mezcladas con nacionalismos blancos y xenófobos dispuestos a todo por controlar el poder.

La grieta ya no es patrimonio de algunos países sudamericanos como hemos visto hasta ahora, por el contrario, la grieta es un fenómeno de la globalización que día tras día se va llenando de contenido nocivo (odio) muy volátil preparada para explotar.