viernes, 11 de septiembre de 2009

EL TIEMPO SOLO ES LA TARDANZA DE LO QUE ESTA VENIR

ANÁLISIS DE OPINIÓN

“El tiempo solo es la tardanza de lo que está por venir”

Las últimas elecciones han dejado algunas actitudes de los políticos, dignas para el análisis de quienes tenemos la manía de querer saber todo lo que ocurre con el proceso político de nuestro país y su dirigencia.
El pueblo se expresó y por más que le den vueltas algunos ilusionistas de los números, objetivamente lo hizo en un setenta por ciento en contra del gobierno.
Ahora bien, la diversidad del voto a nivel nacional, ofrece algunas aristas que debemos poner en claro.
Así son los números gruesos a nivel nacional de como votó la gente:
Acuerdo Cívico y Social + Aliados: 30,9%
Kirchnerismo + Aliados: 30,7%
PRO + PJ Disidente: 18,7%
PJ No kirchnerista: 8,2% -
Otros: 11,1%

La lectura que debemos hacer con los números en la mano, apunta a dos cosas; la primera es que el oficialismo objetivamente perdió la mayoría en las dos cámaras del congreso, esto es, Diputados y Senadores, por lo cual el gobierno a partir del próximo periodo legislativo se verá sujeto a buscar acuerdos para poder legislar proyectos a su medida; y la segunda es que la diversidad del voto confundió a la oposición y dejó de manifiesto la falta de liderazgo en ese segmento dirigencial; esto es quizás lo más interesante para analizar en el breve tiempo que resta hasta la asunción de los nuevos integrantes del congreso en diciembre de 2009.

En el lapso que va desde las últimas elecciones del 28 de junio hasta la fecha, el oficialismo ganó tiempo para reorganizarse luego de la derrota electoral; lo hizo mediante el trillado método de convocar a la oposición al diálogo. Había algunos rumores que sobrevolaban el ámbito político; todos pensaban que luego de la derrota del gobierno, se produciría un vacío de poder que aceleraría las condiciones de ingobernabilidad en el país y nadie quiso hacerse cargo de semejante hipótesis procediendo, gobierno y oposición, con la responsabilidad que la situación requería. Si hasta se pensó que un nuevo tiempo encontraría a los argentinos buscando consensos para no sucumbir.

Pero nada de esto fue así, ni vacío de poder ni acuerdo entre las fuerzas políticas ocurrió y como se dice habitualmente el mundo siguió andando.
Este tiempo muerto de la política, solo le sirvió al gobierno para retomar la agenda prefijada al darse cuenta que la confusión reinaba en la oposición.
Todas las agrupaciones constituidas con objetivos preelectorales, al finalizar éstas, se debaten entre asumir el liderazgo que ofrece la coyuntura o el armado estratégico de constituirse en alternativa de poder, sobre todo cuando el gobierno dejó entrever la endeblez de su potencial electoral con respecto a la proyección de las próximas elecciones presidenciales. La respuesta que dio la gente es contundente, se le puede ganar al oficialismo e instalar un nuevo proyecto para el país.

El pueblo votó para generar las bases y dar nuevas condiciones sociales a los partidos políticos, son éstos quienes deben descifrar el mensaje y proceder para organizar la expresión popular con vistas al 2011 y por lo que se ve en este corto plazo no se visualiza una decisión clara y contundente de la clase dirigencial.
En el escenario político figuran ya candidatos que se ofrecen para la contienda futura; no me refería precisamente a ellos, sino a aquellos líderes capaces de conducir un verdadero proyecto político de dimensiones estratégicas para la nación en el cual el conjunto del pueblo se vea identificado.

En cuanto a que es pronto para hablar de esto y el pueblo solo espera que la dirigencia gobierne, es una verdad a medias; la gente quiere que los políticos resuelvan los problemas cotidianos pero también aspira a que se realice en el marco de un proceso que garantice la continuidad institucionalidad.

Ser alternativa de gobierno no se equipara con ser alternativa dirigencial; ser alternativa de gobierno significa preparar las bases de un Proyecto Nacional que contemple los intereses y aspiraciones de todos los argentinos. Reemplazar a un gobierno que se metió en las entrañas del poder con un modelo político que intentó cambiar las reglas de juego de los argentinos, la relación que debemos tener con el mundo y como debemos resolver nuestros problemas internos, no es lo mismo que cambiar a meros gestionadores de un gobierno de turno. Para cambiar, hay que ofrecer un modelo distinto de país y eso requiere estudio, preparación y una convocatoria generosa a los mejores dirigentes que tiene el país, y para eso solo quedan dos años por delante.
Ni apresurados ni retardatarios, solo debemos tener cuidado de no llegar demasiado tarde, porque “El tiempo solo es la tardanza de lo que está por venir”



VICENTE SCORDAMAGLIA