Artículo de opinión
“CUANDO
Por: Vicente Scordamaglia
Con el magro argumento de la escasez de vacunas existentes y la discusión sobre la presencialidad escolar, la oposición al gobierno nacional se ha lanzado a la caza de los votos pos pandemia dejando entrever una interna en su conglomerado de intereses difícil de satisfacer. En este conglomerado político están de acuerdo en el plano del contenido (esto es derrotar al oficialismo) pero no en el de relación; mientras una amenaza externa común los mantiene unidos, en ausencia de ella se separan por incompatibilidad ideológica. Es por ello que adoptaron una afirmación de UMBERTO ECO cuando lanzó una temeraria consigna: “Golpear al corazón del estado” y explicaba de que se trata: “no se golpea a los sistemas asesinando al rey, sino volviéndolos inestables” pero esta oposición incalificable perdió de vista la perspectiva ya que los objetos basados en la mentira pierden sentido cuando los destruye el contexto y la realidad en la que tienen vigencia.
Este conglomerado violento
mayormente conformado por resabios de derechas desquiciadas y de partidos
políticos agotados en su visión del mundo junto a sectores vinculados con
golpistas consuetudinarios visualizaron
en otras experiencias regionales que si se juntaban podían llegar al poder con
una alianza táctica entre la política, la justicia y los medios de
comunicación.
En este escenario de
confrontación y no en el de la cooperación y los consensos como hubiera sido el
ideal entre oficialismo y oposición no hay quien pueda avanzar terciando en la
política de estos tiempos ya que, los
medios de comunicación se han encargado de este trabajo dividiendo en dos (la
grieta) las expectativas del pueblo argentino. ¿Pero qué ideología tienen estos
sectores en pugna? Puede que en la disyuntiva entre globalización o
universalismo encontremos alguna respuesta que nos ayude a entender el dilema
existente. Para ello refresquemos algunos conceptos: Jean Baudrillard
diferenciaba la visión del mundo de ambos sectores de esta manera: La globalización
es el mercado, la información, la tecnología, el turismo y los bienes
de servicio, en cambio lo universal: son los valores, los
derechos del hombre, la libertad, la cultura y la democracia. Estos dos
componentes que representan una visión de la vida son los que verdaderamente
están enfrentados, esto es: ¡globalización versus universalismo!.
Por ello podemos inferir
que en este escenario universal de crisis sanitaria (pandemia) y el derrumbe de
las economías globales tenemos el ejemplo palmario en dónde y cómo se
desarrolla la mayor crisis de la modernidad. Siguiendo este escueto y sencillo
argumento y observando en qué parte de la grieta (globalización o
universalismo) se ubican los actores de la política y los factores financieros
y de poder, se puede inferir porque Argentina es el país que mejor refleja las
contradicciones y tensiones de la época.
Comprender
como está organizado el mundo es vital para entender lo que sucede en nuestro país: El 1% de los
ricos del planeta acumula el 82% de la riqueza, el acceso a la información y
los medios hegemónicos manipulan la realidad mediatizada para el consumo masivo
de los pueblos y la justicia (cómplice) al servicio de sus intereses completan
el poder sin límites del capital financiero internacional que con la pandemia
desnuda una crisis sin precedente que va a dejar afuera del reparto de las riquezas
del planeta a las tres cuartas partes de la población mundial, constituyéndose
así en la mayor desigualdad de toda la
historia de la humanidad.
La
carrera por fabricar una vacuna eficaz y buscar un equilibrio para su
distribución en el mundo esconde por lo bajo cómo la ideología y los intereses
de las tres potencias (EEUU, CHINA Y RUSIA) buscan dirimir sus diferencias,
esto es: mantener su liderazgo (geopolítica) transformando nuevamente al mundo
en el epicentro de conflictos impensados. La política y los medios de
comunicación masiva convirtieron a la vacuna en un instrumento “bélico” para
desestabilizar a gobiernos que no son afines a sus intereses mientras la
justicia cómplice, convalida cualquier atropello a la democracia y los valores
de una verdadera república democrática.
Qué
lejos está la humanidad de alcanzar aquel
viejo ideal que expresó en una
consigna con tanta claridad ROSA LUXEMBURGO: “por un mundo
donde seamos Socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”