Artículo de opinión
SUEÑOS COMPARTIDOS; ESFUERZOS DESIGUALES
Por: Vicente Scordamaglia
Confucio:
“es el hombre el que
hace grande a la verdad, y no la verdad la que hace grande al hombre”
El gobierno argentino
insiste en continuar profundizando un plan económico en donde los únicos que
ponen el esfuerzo para salir de la crisis son los trabajadores y sus familias.
Continúa con la eliminación de puestos de trabajo y avasalla conquistas obreras
que significaron años de luchas y
sacrificio de miles de trabajadores, sosteniendo una falacia histórica de que
el costo laboral es el problema argentino y los representantes de los
trabajadores su decadencia. Nada le importa al grupo gobernante el nivel de
sufrimiento que le están infligiendo a miles de familias al saber que han perdido su trabajo, fuente de
sustento elemental para mantener un mínimo proyecto y una expectativa de vida
que mejore su condición de cara al
futuro.
Mientras tanto un Presidente
ausente, alejado de la realidad de su pueblo cree que las mejoras vendrán por
obra y gracia del derrame que solidariamente proveerá el mercado, sigue
hundiendo cada vez más las esperanzas de una clase media que creyó que con el
voluntarismo de un grupo de empresarios en el poder podía alcanzar niveles
socioeconómicos más altos y una mejora en su condición de vida.
A dos años de gobierno
de la alianza Cambiemos, solo han cambiado las condiciones existentes de las
tres cuartas partes de la población que vieron diezmado su salario, la pérdida
de su capacidad adquisitiva y el aumento de los servicios elementales de
subsistencia. Los empleos de calidad brillan por su ausencia, la mejora
institucional es solo a los efectos de despedir trabajadores aumentando
drásticamente la tasa de desempleo, y el hambre cero se quemó en el fondo de la
olla popular de los más pobres.
Sin trabajo no hay
consumo, sin consumo no hay inversión, sin inversión no hay exportaciones, sin
exportación no se crece y si no se crece el país se hunde en la miseria y la
decadencia.
¿Cómo conciben un país
estos insensibles que nos gobiernan? Una Nación no es una empresa privada que
puede manipular sus productos hasta que las cuentas cierren un balance satisfactorio;
un país está poblado por seres humanos de carne y hueso, trabajadores con
familias: hijos, padres y abuelos que con su sacrificio cotidiano construyen
nuestra Nación; desconocer este conjunto de conceptos simples pero elementales
es desconocer el sentido común que debe tener un Jefe de Estado para conducir
los destinos de La Nación Argentina.
Las elecciones
legislativas del pasado año marcaron un punto de inflexión, un antes y un
después de la gestión del Ingeniero y sus “equipos” (lo mejor que hemos tenido
según Macri) que vinieron a cambiar las prácticas políticas según fue su
compromiso de campaña electoral, pero los hechos están demostrando lo
contrario: el caso Santiago Maldonado, la cobarde y absurda muerte por la
espalda de Rafael Nahuel, el submarino ARA San Juan, la militarización de la
ley previsional y el detonante final, la descarnada verdad de la vil conducta
del Ministro de Trabajo Triaca, en donde el Presidente se mantuvo ajeno; deja a
partir de estos hechos una indiferencia brutal que la gente comienza a
preguntarse si el combate contra la corrupción en todos los niveles, incluyendo
la del mismo gobierno no es una gigantesca tapadera para ocultar la abrumadora
crisis que atraviesa la economía de nuestro país y la ineficiencia manifiesta
del equipo gobernante.
Como diría mi abuela
el cambio empieza por casa, el nuevo ejemplo que nos dejan los nuevos
moralizadores de la política luego de justificar al “bueno del ministro Triaca”
y el intento de pasar por encima de las facultades que tiene el Congreso de La
Nación y querer aplicar un mega decreto (DNU) que implica derogar 19 leyes y
modificar otras 140, muestra sin tapujos que el Gobierno Nacional está
dispuesto a forzar y crear, de cualquier modo posible, condiciones casi de
remate para que las empresas extranjeras inviertan en la Argentina, Y si usted
cree que estoy exagerando detengámonos un momento en algunas de las frases
filosóficas que está dejando nuestro hombre de Estado en la cumbre de Davos: “jugar al fútbol es más difícil que
gobernar” o esta otra que lo pinta de
cuerpo entero: “ ¡nosotros vamos a cortar el pasto, ustedes hagan los goles!”:
¡Sin palabras compañeros!.