lunes, 12 de julio de 2021

 

Artículo de opinión

LA HORA DE LOS MODERADOS

Por: Vicente Scordamaglia

La conquista por la vacuna se ha convertido en el elemento central en la lucha de los pueblos por sobrevivir a la pandemia y sus consecuencias colaterales. Lo poco que se sabe de ellas es que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico creando anticuerpos que disminuyen los efectos mortíferos del covid19. El mundo, sus gobiernos y la ciencia toda, corre contra reloj para evitar la mutación que dé origen a nuevas cepas haciendo inútiles las vacunas existentes, tomando medidas insuficientes y esperando con incertidumbre las próximas olas expansivas  de contagios que den origen a nuevas y peligrosas formas de la enfermedad que en poco menos de año y medio recorrió el planeta entero y afectó a todos los países por igual.   

En este contexto más que dramático, se van a desarrollar en nuestro país elecciones legislativas de medio término. A diferencia de otras habría que destacar que estas tienen algunos componentes que las convierten en más relevantes que otras a la hora de medir las fuerzas políticas que se proyectan al futuro inmediato. La oposición debate asuntos fundamentales para su supervivencia estratégica en la política nacional, no solo hacia adentro sino también hacia afuera esto es: disputa un liderazgo que posicione un candidato presidencial para el relevo del 2023 y para ello debe realizar una buena campaña en las próximas elecciones obteniendo un buen número de Diputados que le permita presionar al oficialismo bloqueando toda labor parlamentaria y obligándolo así a limitar su despliegue para que este tenga que consensuar con la oposición medidas de construcción política destinadas a ser usadas en la campaña presidencial. 

A su vez el oficialismo intenta llegar con el menor desgaste posible originado no solo por efecto de la pandemia sino porque mecanismos institucionales desarrolla un plan que estimule la economía nacional en el corto y mediano plazo que saque a la Argentina de la paralización económica política y social en la que hoy se encuentra. El valor agregado que deben enfrentar los dos frentes políticos es la duración de la pandemia, el desgaste incesante lo sufre no solo el oficialismo que debe dar cuenta todo el tiempo por la toma de decisiones, sino también la oposición que solo se limitó a cuestionar la acción de gobierno vacía de propuestas alternativas que mejoren las condiciones sanitarias, políticas y económicas que sufre nuestro país.

Es indudable que el déficit de nuestro sistema político es la falta de diálogo entre gobierno y oposición, o si se quiere entre su clase dirigencial de cualquier signo; el diálogo implica involucrarse con otros con intenciones de aclarar conjuntamente situaciones difíciles y complejas para nuestro país con la intención de multiplicar las propuestas y las posibles soluciones y no para ver quién tiene razón buscando en ello la derrota del oponente, para ello, la búsqueda de consensos se hace imprescindible aún en tiempos electorales; fíjense que la imagen de los políticos creció en la medida en que se juntaron para resolver en común acuerdos destinados a la complejidad de la crisis sanitaria, por el contrario, se derrumbó cuando “las palomas quisieron ser halcones”.

El desgaste atraviesa a toda la dirigencia por igual, fórmulas que fueron útiles para otras situaciones que vivió nuestro país han sido erosionadas por la magnitud de la crisis y ya no se ajustan a la realidad cambiante de nuestro tiempo lo que me obliga a hacerme una pregunta crucial: ¿será la hora de los moderados?  ¡No sé! pero sí hay algo cierto en todo este embrollo reinante en nuestro país y esto es: ¡las cosas cambian con nuestro ejemplo no con nuestra opinión!