Artículo de opinión
BAJO EL ESTIGMA DE LA GUERRA
Por: VICENTE SCORDAMAGLIA
“Todos los
líderes deben saber que quien le haga la guerra al mundo, el mundo le hará la
guerra a él”.
Escribir no siempre es dar
respuestas, sino por el contrario la mayoría de las veces es hacerse preguntas.
Las preguntas abren interrogantes en nuestro sistema de ideas y creencias
porque interpelan las certezas que ya
tenemos, aquellas que sostienen nuestra estructura psíquica y social, a su vez,
estas (preguntas) nos promueven angustia e incertidumbre que nos mueven a
buscar nuevas respuestas que remplacen a las anteriores, aunque sepamos a
priori que estas, serán provisorias.
Convendría entonces en este
caso hacer una aclaración que me parece pertinente, este escueto análisis no es
una toma de posición, mucho menos pretende dar respuestas definitivas, más bien
se trata de la búsqueda de algunos indicios que nos lleven a comprender qué
intereses se están disputando en el mundo y cómo se planta cada uno de los
países que hegemonizan algún tipo de liderazgo internacional sea este
comercial, militar o territorial en el juego de equilibrio de fuerzas que mantienen la paz en el mundo, alejada del riesgo de entrar en
una escalada bélica de características planetarias con consecuencias
catastróficas que arrastraría a toda la humanidad por el uso insensato de armas
nucleares; en todo caso, digámoslo así, el presente análisis, se parece a una
descripción más que a una interpretación.
Dicho
esto: mientras los poderosos del mundo fanfarronean, exhibiendo su poderío
bélico con el que estarían dispuestos a matar a cientos de miles de personas en
cualquier parte del mundo, sobre todo a aquellos que no se sometan a (sus
designios de “negociar” bajo sus nefastas reglas) la entrega de las riquezas
que los pueblos conservan como patrimonio estratégico para su subsistencia, la
sociedad mundial comienza a tomar conciencia de lo que sucede, percibiendo que
vuelve a quedar atrapada en medio de dos frentes que dicen ser su mecenas y que
los van a librar de los gobiernos populistas y totalitarios por un lado, o por
el liberalismo salvaje que los esclaviza
por el otro. En la medida que estos dos frentes que gobiernan el mundo se
radicalizan, los pueblos perciben que la única manera de detener este nuevo
latrocinio que se viene consumando sobre los pueblos libres del mundo, es
enfrentar juntos la amenaza que se yergue sobre ellos ya que no se observa
ningún atisbo de solución “negociada”, que sea más justa, entre las naciones
más “poderosas de la tierra” y el resto de los países del mundo que no han
alcanzado todavía la tecnología y el el conocimiento suficiente que los
encamine hacia un desarrollo sustentable para sus pueblos.
La
brecha tecnológica existente en la actualidad (entre unos y otros) es de tal
magnitud, que la dependencia que tiene gran parte del mundo con las nuevas
tecnologías hace difícil un desarrollo independiente y soberano de su proceso
de producción, y, como consecuencia de ello, su crecimiento y desarrollo; la
mayoría de los pueblos se mantienen anclados en el pasado ya que ni bien
alcanzan un punto óptimo de avance en los sistemas de producción los nuevos
progresos de los países que hegemonizan el conocimiento tecnológico de punta
dejan obsoleto cualquier intento de independencia en materia de producción, de
desarrollo económico sustentable y aplicaciones tecnológicas.
Desde
finales del siglo XX las potencias mundiales vienen produciendo, dentro mismo
de su núcleo duro, cambios muy profundos movidos por el ingreso de China a los
mercados internacionales; el sistema capitalista Chino, mezcla de una agresiva
política comercial internacional y prácticas de producción y distribución interna
de explotación similares a las del siglo XIX, produjeron en el mundo entero un
terremoto financiero y comercial, obligando a las empresas multinacionales a
reconvertir sus sistemas de producción para poder competir en el mercado
internacional, episodio este que viene impactando de lleno sobre la realidad de
los trabajadores del mundo y su perspectiva de progreso. La reciente reforma
laboral que se acaba de instalar en Brasil es una muestra de cómo los poderosos
pretenden resolver la encrucijada que les plantea la crisis financiera
internacional, que por lo visto recae una vez más sobre las cabezas de las
masas laborales del mundo globalizado.
El liderazgo del poder
mundial por parte de los EEUU comienza a mostrar signos de fatiga frente al
creciente despliegue del gigante asiático, que asume los riesgos de ocupar sin
prisa (con paciencia oriental) pero sin pausa todos los espacios vacantes que
van dejando Rusia y EEUU fundamentalmente; esto quiere decir que hoy ya estamos
en la antesala de un mundo globalizado bajo la influencia del multipoder con un
protagonismo creciente de China en todas las áreas sensibles de la economía
mundial.
Los cambios en la
estructura del poder económico mundial anuncian que ya estamos parados en un
mundo multipolar, por lo que el nuevo mapa geopolítico de este poder
fragmentado entre varios países comienza a configurarse con naciones que tienen
a su vez la capacidad de proyectarse
internacionalmente y transformarse en poco tiempo (si es que ya no lo
son) en potencias planetarias así, podemos comenzar a visualizar como se van
alineando en el nuevo mapa mundial. En la cúspide podemos ver a tres naciones
con capacidad de operaciones planetarias económicas, militares y territoriales,
a saber: China, EEUU y Rusia; un segundo poder con las mismas capacidades pero
sin el poderío militar global se encuentran: Alemania y Francia hegemonizando
el mercado común Europeo, y en la misma línea compitiendo con este mercado se
encuentra Inglaterra, alineado estratégicamente con EEUU que, para equilibrar
el poderío alemán que ejerce en Europa occidental (y gran parte de Europa
oriental) fundamentalmente en el mercado
común Europeo, renuncio al mercado común creando el Brexit como modo de
defender el valor de su moneda como valor de cambio internacional; finalmente siguiendo
con esta cartografía en pleno desarrollo, el resto del planeta se encuentra
todavía dentro de lo que son los estados nación, con escasa capacidad para
operar en este escenario planetario por la brecha tecnológica cada vez mayor
que separa a países ricos de países
pobres, con excepción de algunos como Japón, Israel y otros que si bien cuentan
con poderío militar y conocimiento tecnológico solo lo pueden utilizar
circunscriptos a operaciones de corto alcance, sobre todo en el aspecto regional.
Quizás convendría agregar aquí que
naciones como Corea del Norte, Irán, Afganistán, Cuba o Venezuela y otros
tantos más, están siendo considerados en
este nuevo mapa como países marginales en tanto alguno de ellos no desistan de
sus planes de independencia económica y soberanía política a través de su
desarrollo nuclear; finalmente por fuera de toda planificación posible, se
encuentran los estados considerados terroristas.
Ahora bien, si este mapa
es el que se corresponde con la realidad, ¿qué perspectiva tienen el resto de
los países del mundo si amenazan con sacar los pies del plato de este nuevo
orden? y ¿qué capacidad tienen de concentrar poder junto a otras naciones que
están excluidas del nuevo mapa mundial?
En el pasado reciente una
tendencia continental llamada tercer mundo se organizó bajo el argumento de la
defensa común y desafió el avance de los imperios de EEUU y La Unión Soviética
que salieron victoriosos de la segunda guerra mundial (mundo bipolar)
dividiéndose el mundo en dos grandes áreas de influencia, estos fueron
consumados en los tratados de Potsdam y de Yalta.
Si bien la formación de
una tercera posición no fue la herramienta totalizadora para conseguir una
liberación estratégica y definitiva de los pueblos, al menos tuvo la virtud de
conformar un sólido bloque de países en vías de desarrollo para evitar el
saqueo en masa que pretendían realizar estos dos imperios que se dividieron el
mundo bajo su área de influencia. Solo La Guerra Fría en la que se embarcaron
las dos naciones en pugna y su alocada carrera armamentista pudo atenuar el
saqueo que pretendían realizar. En este escenario denominado La Guerra Fría,
hubo figuras descollantes en el bloque tercermundista que supieron aprovechar
esta fisura entre los dos imperios consolidando posiciones de independencia en
el aspecto interno de sus países siendo de escaso éxito a nivel internacional
con excepción del caso Cubano que logró perforar sus fronteras ideológicas pese
al intenso boicot desplegado por el imperialismo Yanqui, hecho este que duró
hasta el colapso del mundo Soviético dejando a Cuba a la intemperie para
encontrar en Venezuela a su sustituto ideal a cambio de petróleo por protagonismo
ideológico.
Siguiendo
con esta línea argumental observemos entonces que en los últimos veinte años,
una renovada tendencia sacudió la inercia de los pueblos del continente
americano, en donde comenzó a expandirse la idea de países que claman y luchan
por su liberación; desde Cuba pasando por Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil,
Chile, Uruguay y Argentina por nombrar alguno de ellos, se alinearon en la
creación de una renovada consigna de construir la Patria Grande, esto es la
conformación de un bloque regional político, comercial y cultural para contener
cualquier intento de avasallamiento a la autodeterminación de los pueblos y su
pretensión de independencia. Sin embargo el avance de este nuevo episodio
histórico duró lo que tardó el imperio Norteamericano en reorganizar una nueva
escalada sobre un continente (Americano) que considera es de su influencia
estratégica en sus planes hegemónicos e imperialistas. Así fue quebrando uno a
uno la voluntad de países de nuestro continente, destituyendo en algunos casos
a sus gobiernos elegidos por la voluntad de las mayorías con episodios
jurídicos políticos que llevaron, como es el caso de Venezuela, a sobrellevar
una intensa campaña de desgaste para aplastar quizás el último intento de
soberanía regional y comercial en nuestro continente. Quizás convendría
recordar para encontrar las razones de lo que ocurre en Venezuela que este país tiene una de las reservas petroleras
más grandes del planeta según datos internacionales y es el quinto país que
provee de petróleo a EEUU, un 40% de lo que importa para el desarrollo de su
economía nacional, pero si a esto le sumamos razones estratégicas, lo que trata
de hacer EEUU es evitar que Venezuela copie el modelo Cubano para mantenerse en
el poder influenciando a otros pueblos a recorrer el mismo camino.
La
lucha del presente y futuro inmediato comienza a librarse en todos los frentes:
militar, económico, territorial y tecnológico, y a decir verdad la delicada
situación mundial comienza a configurarse como la madre de todas las batallas,
ya que aquí, en esta disputa, se define la apropiación de los recursos
fundamentales para el desarrollo del siglo XXI, hecho este que puede marcar
definitivamente el destino trágico de muchas naciones o tal vez, en el peor de
los casos, el de toda la humanidad.
Nota:
he omitido exprofeso para esta nota, nombres propios de líderes o personajes
significativos de esta etapa histórica, como así también episodios ocurridos en
la política interna de los pueblos en el transcurso de este periodo para evitar
todo tipo de personalismo o toma de posición facilitando la comprensión y dejando
al lector, su libre interpretación acerca de ellos.