miércoles, 25 de septiembre de 2013

LAS PASO DECIDIERON EL FIN DE CICLO

LAS PASO DECIDIERON EL FIN DE CICLO
ENTRE EL BARQUERO Y EL GRAMÁTICO
Muy pocas veces se puede ser objetivo sobre un hecho tan reciente como las elecciones celebradas el pasado 11 de agosto del corriente año, mucho menos se puede realizar un análisis más o menos adecuado para sacar algún elemento relevante del mismo. Para poder ser objetivo se debe mirar en perspectiva y aprovechar las enseñanzas que nos brindan los acontecimientos en su transcurso; por ello, es preferible tomar distancia de los hechos y dejar pasar al menos el tiempo suficiente para que éste sea capaz de revelar sus verdaderos secretos de los episodios, despojando a los hombres de pasiones y dejándonos la verdad liberada de crueldades.
Con absoluta legitimidad usted se preguntará ¿pero si apenas pasaron unos cuantos días de las elecciones? Es que en nuestro país los tiempos de la política se aceleraron de tal manera que, lo que debería ser una elección de medio término como se dice habitualmente para elegir Diputados y Senadores, se transforme eventualmente en una primaria presidencial a tiempo completo.
La política es quien acapara todas las expectativas de los argentinos. Esta afirmación contrasta decididamente con la de aquellos que quieren hacer creer que al común denominador de las personas no les interesa lo que suceda en el país, otra cosa es que no crean en su representación partidaria, diezmada por años de corrosión y maltrato dirigencial. Si nos fijamos con atención lo que ocurrió con la convocatoria hecha por las redes sociales tres días antes de las internas abiertas (la cual fue un rotundo fracaso de concurrencia) nos daremos cuenta que la gente utiliza todos los mecanismos a su alcance para hacer visible su reclamo y sus expectativas, siempre y cuando éstos no se constituyan en un factor de condicionamiento a la hora de tomar decisiones en democracia; es decir que a pesar del desgaste que ostenta la dirigencia política a la hora de decidir en las urnas, el pueblo exhibe con su voto, una alta conciencia democrática.   
Más allá de las distintas elucubraciones realizadas sobre la salud de la Presidenta (psico- físico- mental o cualquier otro juicio de valor personal que disminuiría el valor de las ideas) y la ineficacia de su entorno camporista, se hace necesario comprender la derrota del gobierno en las primarias abiertas (PASO) previas a la elección de Octubre, como una verdadera encuesta nacional de carácter plebiscitario, esto es, la gente se expresó sin condicionamientos para marcar una tendencia que se orienta decididamente a establecer los límites institucionales al actual gobierno y autorizar en este mismo orden la conformación de alternativas de gobierno a otro(s) grupo de poder.
La magnitud del desgaste sufrido por el gobierno de Cristina Fernández desde el 54% de votos alcanzado que significó la renovación de su mandato por otros cuatro años, pasó al  26% a nivel nacional en la mitad del mismo período, producto de los desaciertos en los  temas estratégicos de la Nación (educación, trabajo, salud, crecimiento, producción, política exterior etc…) que llevó al país a perder en cada uno de ellos la oportunidad de resolver de una vez y para siempre, problemas estructurales que nuestro país arrastra como lastre de una nación sin rumbo ni estrategia para el logro de sus objetivos, desde hace por lo menos medio siglo. 
Los intentos desesperados (luego del aviso sin retorno enviado por el pueblo el 11 de agosto) por parte de Cristina de enderezar su fracaso político y económico durante estos dos años de su mandato, indican a las claras el rigor de la política cumplido su ciclo vital; este hace estéril el esfuerzo cuando no se fue capaz de utilizar el poder que otorgó el pueblo con su voto y emplearlo para el bien común en vez de perseguir enemigos y sospechosos detrás de las cortinas.  
Es indudable que la Presidenta le está poniendo el cuerpo ella sola al desgaste de su gobierno, tratando de desviar la atención de la opinión pública hacia otro lado (con calzas incluidas) con tal de que no se hable de la posible derrota de octubre y sus dificultades que conllevan profundas dudas acerca de la gobernabilidad si la economía del país empieza a desbarrancarse;  en este sentido dos tendencias comienzan a configurarse en el horizonte democrático: una con características de vendetta, esto es forzar una salida apresurada del gobierno actual utilizando los mecanismos institucionales de acefalía, y la otra contener y acompañar al gobierno democrático para que este concluya su mandato en los tiempos electorales como fija la ley.
Finalmente nos queda por definir el posible escenario y los actores que van a dirimir sus propuestas para formar gobierno en el 2015. Sin duda que el sujeto político más importante de nuestro sistema de poder es la figura presidencial, en este caso es la Presidenta Cristina y eventualmente quien emerja como potencial rival, pero debemos destacar aquí que no son los partidos tradicionales quienes van a confrontar (y llevar a sus figuras más relevantes) sino frentes electorales como nunca se ha visto en nuestra joven democracia; frentes que son un conglomerado de prominentes personajes de distintas ideas políticas y filosóficas que decidieron amucharse con el fin de ofrecer a los argentinos una oferta electoral un poco más segmentada en posiciones ideológicas que programáticas; de manera que tenemos una izquierda moderada conformada por socialistas, radicales y  la alianza de Lilita-Pino; una derecha también moderada con sectores del PRO, Peronistas y fundamentalmente intendentes que basan su propuesta en la gestión y un centro fuerte (que está en el poder) hegemonizado por el Frente para la Victoria (FPV) conformado mayoritariamente por sectores peronistas, organizaciones sociales y progresistas porteños, y sostenido por una buena parte de gobernadores de todo el país.  Nos queda entonces un centro emergente desde el frente Renovador conformado mayoritariamente por Peronistas disidentes, intendentes que privilegian la gestión, sectores laborales y adhesiones como la de Reutemann y sectores del campo, Lavagna y sectores de la economía nacional, espacio éste que se viene configurando como potencial ganador de las próximas elecciones legislativas que le conferiría la autoridad política necesaria para (como una pelea de fondo por el título mayor) condicionar primero  al oficialismo y disputar después el poder en las elecciones presidenciales del 2015.
Como se ve en este análisis político en general, en todos los frentes hay un poco de todas las ideas que produjo el sistema democrático hasta la fecha, salvo matices, todos piensan más o menos igual; faltaría entonces por resolver quien construye el liderazgo suficiente para convocar a todos los argentinos a formar el próximo gobierno nacional.
Con relación a recientes discusiones sobre la década “ganada” o en su defecto “perdida” los primeros sostienen que en nuestro país se operó una revolución y que por consiguiente quienes no estuvieron con este gobierno se perdieron una parte de la historia, discusión esta que seguirá por mucho tiempo más, hasta que la historia la ubique en el lugar que corresponda por el grado de importancia que nuestro pueblo le asigne; al respecto quisiera recordar una vieja leyenda.
Cuenta la leyenda que un Gramático era trasladado por un barquero hasta una ciudad a orillas del río, cuando este le preguntó al barquero: ¿sabes algo de gramática? A lo que este respondió, ¡no! entonces te has perdido la mitad de tu vida le dijo éste; unas horas más tarde por una turbulencia de las aguas la barcaza naufragó, entonces el barquero interpeló al Gramático mientras luchaba por sobrevivir: ¿Sabes nadar? El Gramático angustiado respondió ¡no! entonces te has perdido toda tu vida.
¿Aprenderemos alguna vez  la lección entre el barquero y el gramático?
VICENTE SCORDAMAGLIA