lunes, 11 de julio de 2016

SI ESCARBAN “ESTO ESTALLA”

SI ESCARBAN “ESTO ESTALLA”

"Si escarban, esto estalla. Los empresarios fuimos cómplices. Hay que sacarse las caretas." (Del vicepresidente de la Cámara Argentina de Comercio, Guillermo Dietrich.)

A confesión de parte relevo de prueba
Las investigaciones de corrupción llevadas a fondo son promovidas por muchas voces que debería considerar que lo más importante es contar con una masa crítica que les dé apoyo irrestricto y duradero, ya que los pueblos en cuanto reciben algunas mejoras suelen olvidarse de los momentos ingratos que les tocó vivir; pero lo más importante es que una decisión de esta naturaleza implica cambiar gran parte de las estructuras institucionales de la Nación ya que son éstas las que permiten todo tipo de tropelías en desmedro del Estado Argentino. La decisión política del Ejecutivo Nacional debe ser acompañada por una justicia que tendrá que comenzar por reconocer sus propias falencias y decididamente estar al servicio de la verdad y la justicia y no subordinada a algún poder de turno antes de impartir dictamen alguno al resto de los poderes de la Nación. Esto quiere decir en criollo básico que no habrá justicia para nadie si quienes nos tienen que juzgar, o quienes nos tienen que gobernar no son capaces de promover políticas de Estado que apunten a erradicar definitivamente la corrupción de los estamentos del Estado Nacional. Otro tanto debe promoverse en sectores importantes como son el empresariado y el sindicalismo, en donde también se producen actos delictivos de carácter financiero.
Esto sucede porque en las distintas ramificaciones en las cuales opera la corrupción estructural en nuestro país se involucra prácticamente a todos los sectores de nuestra comunidad, lo cual hace sumamente difícil ejercer algún tipo de prevención que amortigüe los escandalosos focos de corrupción que echan mano a los valores que manejan algunos ministerios sin control y sin auditoría posible que los controle.  

Es así como las declaraciones del Vicepresidente de la Cámara Argentina de Comercio Guillermo Dietrich acerca de la corrupción, son prueba irrefutable de la participación activa que tuvieron distintos sectores de la vida nacional y empresarial en el desfalco más grande de la historia perpetrada sobre un estado democrático. La corrupción estructural como la que se ha instalado en nuestro país requiere algo más que hombres probos, necesarios por cierto, pero junto a ellos debemos encontrar la fórmula que difunda la ejemplaridad como valor imprescindible para alcanzar las más altas jerarquías políticas ya que en un país sin justicia solo queda la venganza.  

Las razones por las cuales se pide mesura en el tratamiento que se le da al flagelo de la corrupción que afecta en general a gran parte de la sociedad global y a nuestro país en particular, es que la investigación en paralelo realizada por los  medios de comunicación  ha agudizado la problemática hasta llevarla al límite de la tolerancia social. La corrupción no dejó resquicio alguno en donde no haya un foco de la letal enfermedad que afecta en forma continua a casi todos los gobiernos democráticos del planeta. La amenaza latente que se observa en el tratamiento de cada uno de los episodios delictivos en general es la de dejar al Estado sin instrumentos incontaminados, para que cada poder de La Nación inicie una reconversión institucional dentro de sus propias filas, alejando a sus integrantes más cuestionados, sin dejar que por ello se lleve puesto lo poco que queda en pie de un Estado que, como el nuestro, ha sido dañado excesivamente. El vacío institucional dejado por los poderes de la Nación con relación a la corrupción en general ha sido ocupado hoy en día por el llamado periodismo de investigación que por una norma que estos tienen no pueden revelar sus fuentes, a menos que así lo determine un juez, cosa que cuando sucede los principales jefes o ideólogos de los múltiples delitos que se cometen a diario en nuestro país, terminan siendo sobreseídos por falta de mérito que los involucre en cada delito, quedando así la mayoría de estos graves casos impune; en realidad, no es que la justicia siempre llega tarde, lo que sucede es que se activa cuando el hecho ya ocurrió resultando engorroso para Fiscales y Jueces realizar tareas preventivas.

Finalmente como suelen decir en el ámbito de la justicia “a confesión de parte relevo de prueba” los dichos de Dietrich cobran en el contexto actual, un significado sustantivo a la hora de emitir juicios de valor solo sobre la dirigencia política, en todo caso y como dice el título de un libro del Tata Yofre al menos reconozcamos como Dietrich que: “fuimos todos”.  


VICENTE SCORDAMAGLIA