SI ESCARBAN
“ESTO ESTALLA”
"Si
escarban, esto estalla. Los empresarios fuimos cómplices. Hay que sacarse las
caretas." (Del vicepresidente de la Cámara Argentina
de Comercio, Guillermo Dietrich.)
A confesión de parte relevo de prueba
Las investigaciones de
corrupción llevadas a fondo son promovidas por muchas voces que debería
considerar que lo más importante es contar con una masa crítica que les dé
apoyo irrestricto y duradero, ya que los pueblos en cuanto reciben algunas
mejoras suelen olvidarse de los momentos ingratos que les tocó vivir; pero lo
más importante es que una decisión de esta naturaleza implica cambiar gran
parte de las estructuras institucionales de la Nación ya que son éstas las
que permiten todo tipo de tropelías en desmedro del Estado Argentino. La
decisión política del Ejecutivo Nacional debe ser acompañada por una justicia
que tendrá que comenzar por reconocer sus propias falencias y decididamente
estar al servicio de la verdad y la justicia y no subordinada a algún poder de
turno antes de impartir dictamen alguno al resto de los poderes de la Nación. Esto quiere
decir en criollo básico que no habrá justicia para nadie si quienes nos tienen
que juzgar, o quienes nos tienen que gobernar no son capaces de promover políticas
de Estado que apunten a erradicar definitivamente la corrupción de los
estamentos del Estado Nacional. Otro tanto debe promoverse en sectores
importantes como son el empresariado y el sindicalismo, en donde también se
producen actos delictivos de carácter financiero.
Esto sucede porque en
las distintas ramificaciones en las cuales opera la corrupción estructural en
nuestro país se involucra prácticamente a todos los sectores de nuestra
comunidad, lo cual hace sumamente difícil ejercer algún tipo de prevención que
amortigüe los escandalosos focos de corrupción que echan mano a los valores que
manejan algunos ministerios sin control y sin auditoría posible que los
controle.
Es así como las
declaraciones del Vicepresidente de la Cámara Argentina
de Comercio Guillermo Dietrich acerca de la corrupción, son prueba irrefutable
de la participación activa que tuvieron distintos sectores de la vida nacional
y empresarial en el desfalco más grande de la historia perpetrada sobre un
estado democrático. La corrupción estructural como la que se ha instalado en
nuestro país requiere algo más que hombres probos, necesarios por cierto, pero
junto a ellos debemos encontrar la fórmula que difunda la ejemplaridad como
valor imprescindible para alcanzar las más altas jerarquías políticas ya que en
un país sin justicia solo queda la venganza.
Las razones por las
cuales se pide mesura en el tratamiento que se le da al flagelo de la
corrupción que afecta en general a gran parte de la sociedad global y a nuestro
país en particular, es que la investigación en paralelo realizada por los medios de comunicación ha agudizado la problemática hasta llevarla
al límite de la tolerancia social. La corrupción no dejó resquicio alguno en
donde no haya un foco de la letal enfermedad que afecta en forma continua a
casi todos los gobiernos democráticos del planeta. La amenaza latente que se
observa en el tratamiento de cada uno de los episodios delictivos en general es
la de dejar al Estado sin instrumentos incontaminados, para que cada poder de La
Nación inicie una reconversión institucional dentro de sus propias filas,
alejando a sus integrantes más cuestionados, sin dejar que por ello se lleve
puesto lo poco que queda en pie de un Estado que, como el nuestro, ha sido
dañado excesivamente. El vacío institucional dejado por los poderes de la
Nación con relación a la corrupción en general ha sido ocupado hoy en día por
el llamado periodismo de investigación que por una norma que estos tienen no
pueden revelar sus fuentes, a menos que así lo determine un juez, cosa que
cuando sucede los principales jefes o ideólogos de los múltiples delitos que se
cometen a diario en nuestro país, terminan siendo sobreseídos por falta de
mérito que los involucre en cada delito, quedando así la mayoría de estos
graves casos impune; en realidad, no es que la justicia siempre llega tarde, lo
que sucede es que se activa cuando el hecho ya ocurrió resultando engorroso para
Fiscales y Jueces realizar tareas preventivas.
Finalmente como suelen
decir en el ámbito de la justicia “a
confesión de parte relevo de prueba” los dichos de Dietrich cobran en el
contexto actual, un significado sustantivo a la hora de emitir juicios de valor
solo sobre la dirigencia política, en todo caso y como dice el título de un libro
del Tata Yofre al menos reconozcamos como Dietrich que: “fuimos todos”.
VICENTE SCORDAMAGLIA