jueves, 3 de septiembre de 2015

MIGRAR O MORIR

MIGRAR O MORIR
El fuerte impacto que produjo la foto del niño Sirio (ahogado) en las playas Turcas, en el fallido intento de migrar junto a su familia escapando del horror de la guerra en la tierra que lo vio nacer, estremeció la fibra humana, aún hasta la de los más indiferentes, que se preguntan, cómo la especie humana puede permitir que se cometan tales atrocidades hasta permitir que ocurran sucesos tan dolorosos de sobrellevar sobre  la conciencia humana que se jacta de haber alcanzado el punto más alto de la “civilización” de toda la historia de la humanidad.
Las atrocidades que se cometen contra la especie humana y que las imágenes muestran con elocuente realismo, develan a un mundo en constante conflicto; personas escapando de las guerras, hambre y persecuciones políticas, abruman nuestra conciencia que no consigue librarse de pecados concebidos por tolerar la insensibilidad de quienes tienen la responsabilidad de evitar que semejantes atrocidades se sigan perpetrando contra la especie humana, provenga de donde provenga.
Verdaderas organizaciones que se dedican al tráfico de personas como en los comienzos del siglo XIX, con la complicidad de gobiernos que miran para otro lado mientras se cometen verdaderos genocidios de personas en estado de extrema necesidad. La infamia, que resume todo el horror y el drama humano que se vive en las costas europeas, está dando cuenta de la parálisis que todavía impera en gobiernos, muchos de los cuales son los que han provocado estas crisis producto de la lucha de intereses que mantienen en esos focos de conflicto.
La actitud de Europa frente a los refugiados, debe cambiar inmediatamente dando solución a la grave crisis migratoria que amenaza con desbordarse provocando un verdadero éxodo a nivel internacional de difícil solución.
Según las estimaciones de La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) la cifra de migrantes que podrían morir en el intento de salvar sus vidas puede llegar a las 30.000 personas en el curso de 2015 convirtiéndose así en el mayor genocidio de estas características de episodios mundiales. A su vez la Agencia de la ONU para los Refugiados- ACNUR informa que los movimientos masivos totalizan en lo que va de 2015 mas de 60.000.000 de personas refugiadas o desplazadas y que más de la mitad son niños.
Los gobiernos que tienen a su alcance la solución de tamaña barbarie humana, deben reaccionar para poner fin a episodios que ofenden la dignidad humana y lesionan seriamente la conciencia del mundo “civilizado”.

VICENTE SCORDAMAGLIA

martes, 1 de septiembre de 2015

LA UTOPÍA DEMOCRÁTICA

LA UTOPÍA DEMOCRÁTICA
El gran desafío de los Argentinos

Los acontecimientos que se están produciendo en el país (cercanos al recambio presidencial) entre oficialistas y opositores, muestran a las claras a una Nación escindida en el nervio más íntimo del ser nacional, y anuncia con anticipación el futuro inmediato que está por venir. El descontento del pueblo tucumano por el resultado de las elecciones en un marco de violencia y sospechas de fraude, han puesto a todos los contendientes en alerta máxima ante la posibilidad de que las elecciones nacionales del 25 de Octubre sean manipuladas en favor del oficialismo ante el temor que estos tienen de tener que resolver la elección en una segunda vuelta electoral.  
En este contexto de creciente conflictividad, (ya que se juega el poder político y económico del cual dependerá el destino de los argentinos por los próximos 20 años) la inmensa mayoría del pueblo argentino, ha comenzado a advertir que no puede permanecer en silencio y ha comenzado  a hacerse escuchar.

En este sentido, nuestro pueblo, sabe mejor que cualquier dirigente, que un gobierno insuficiente de legitimidad no podrá gobernar el próximo período constitucional con la independencia que otorga el mandato popular y en consecuencia, comienza a dar señales para instalar en la agenda electoral la necesidad de generar mecanismos institucionales para consensuar un acuerdo de largo plazo (post electoral) que incluya a todos los frentes opositores, incluyendo al oficialismo de Scioli, en un gran acuerdo nacional que garantice la gobernabilidad indispensable para el día después.
Dicho acuerdo se deberá realizar dentro de los plazos electorales que, a pesar del poco tiempo que resta para su finalización, existe aún el margen suficiente para que, así como se unieron para garantizar y proponer una reforma electoral de emergencia que garantice la legitimidad de los próximos comicios, también se podrá garantizar, gane quien gane, las bases necesarias para un futuro gobierno de unidad nacional.

Deberían saber a esta altura de los acontecimientos que el aparato oficialista no se irá a su casa el 10 de diciembre y que Cristina en este sentido pretende ser la gran guardiana de su propio modelo. Ni el oficialismo con Scioli en el gobierno, ni los opositores Massa o Macri según la eventualidad de su suerte en los comicios, podrán por sí solos gobernar los próximos cuatro años con la seguridad necesaria que implica avanzar hacia las reformas que requiere nuestra Nación, para que los argentinos estemos prestos para enfrentar los desafíos que implica consolidar una democracia plena con todos sus derechos y obligaciones, que en este caso, no solo el candidato del oficialismo estará condicionado por el gigantesco aparato Kirchnerista (Senadores, Diputados, medios de comunicación recursos financieros y movimientos sociales con capacidad de ganar la calle que permanece intacto), sino así también,  los opositores Massa o Macri, correrán con la misma suerte de ser condicionados y obstruidos sin compasión por un animal político que solo sabe alimentarse del poder para seguir subsistiendo.  

¿Será posible realizar La Unidad Nacional para garantizar una democracia sana, fuerte y solidaria? ¿O será una falsa utopía más de las tantas que movilizaron a generaciones de argentinos?
La forma en que nuestros dirigentes dilapidan los recursos fundamentales de confianza que le otorga nuestro pueblo a la clase dirigente actual, son producto de una fenomenal miopía con relación a lo que nuestro pueblo viene construyendo sin descanso; con su continuo accionar, paciente pero seguro del destino que desean construir, los argentinos se encaminan a garantizar con su voto la salvaguarda ante todo, el sistema democrático que tanto le costó conseguir y en este mismo orden no está dispuesto a entregárselo a nadie que no le garantice los derechos fundamentales de vivir en una Nación libre que permita a sus ciudadanos realizarse en su vida con su proyecto personal  junto a su familia en la tierra que lo vio nacer.  


VICENTE SCORDAMAGLIA