EL NUEVO ORDEN: “LA GLOBALIZACION”
La globalización es el mercado, la
información, la tecnología, el turismo. Lo universal son los valores, los derechos del hombre, la
libertad, la cultura y la democracia.
Jean Baudrillard
En un contexto caracterizado por la
insensibilidad hacia el semejante, la destrucción sistemática del planeta y sus
recursos no renovables, y los niveles de corrupción en todas las variantes en
que se manifiesta en forma directa, no solo en el núcleo duro del poder político, sino
también en el corazón mismo de la sociedad de
las naciones;
todo vestigio de institucionalidad alcanzado por las democracias en el mundo,
está siendo desmantelado por la sinrazón de su clase dirigencial, afectando
principalmente a los sectores más vulnerables de la sociedad que pagan con su
sacrificio personal todos los ajustes y los cambios de modelos económicos que impactan
de lleno a la gran mayoría de la población mundial; así, la falta de trabajo genuino
se va convirtiendo en un dilema sin solución y se transforma en el botín más
preciado y en un bien escaso a repartir.
La relativización de las certezas con
relación al presente y al futuro inmediato de los países y la
fragilidad de sus economías, comienzan a transformar el paisaje de ese estado
de bienestar al que supieron acceder (principalmente de Europa) de la mano de
la modernidad en beneficio de sus naciones y la prosperidad para su gente.
La concentración de la riqueza en manos de unos pocos grupos de poder financiero en detrimento de estados
que en su momento fueron económicamente fuertes, hoy quebrados, se ven sin
capacidad para distribuir equitativamente los recursos entre sus habitantes,
mientras comienzan a desvanecerse los efímeros esfuerzos
de unos pocos (para parar la crisis generalizada) con resultados insuficientes,
ante las necesidades y expectativas de sus pueblos.
Las nuevas realidades de los países, que como consecuencia de los avances
de la tecnología configuran una nueva ética entre el trabajo y la masa laboral,
delimitan un nuevo mapa del mundo y sus recursos, impactando sus consecuencias en
el eje mismo de toda la población en general.
Sin perjuicio de la incertidumbre que conlleva la actual crisis global
en el aspecto moral y económico, la crisis de valores va dejando paso a
“éticas” que todavía no sabemos descifrar, complejizando aún más nuestra
percepción de la realidad del tiempo presente. Hoy, es poca la
conciencia adquirida ante el tamaño de la problemática actual, ya que si el planeta
fuera una vasija y la miráramos por dentro, la veríamos medio vacía después de
haber derramado un poco de su preciado contenido; siguiendo la metáfora: la vasija
ha comenzado a vaciarse aceleradamente asumiendo su propia
lógica sin que nada ni nadie haga algo por detener su cometido preparando el
terreno a futuras calamidades con mayores zozobras para la población mundial como
nunca antes se han conocido en (el orden natural, social, político y económico)
toda la historia de la humanidad.
A su vez, el vacío de poder que se
está generando por las débiles economías nacionales, al sucumbir ante los nuevos
fetiches: “La globalización” y “El mercado” están dejando a la política a
merced de los grupos financieros internacionales que especulan sin escrúpulos
con las necesidades de los pueblos, siendo este elemento el caldo de
cultivo en donde se desarrollan los grupos marginales que proliferan y operan a
nivel global con el claro objetivo de crear estados permisivos en donde
blanquear sus enormes volúmenes de dinero (procedente de múltiples negocios
ilegales conseguido a sangre y fuego) sobornando todo cuanto se cruza en su camino, aniquilando
la voluntad de una sociedad que creyó fervientemente que la “modernidad” trajera
niveles de progreso sostenidos y condiciones de vida más dignas para todos sus
habitantes.
Los nuevos fetiches solo admiten
adoradores, jamás se arrepienten de sus siniestros planes y esparcen por el
mundo “la maldad insolente” porque solo quieren que vivamos “revolcaos en un
merengue y en el mismo lodo todos manoseaos”.
Nota: La palabra globalización, se
usó por primera vez en 1983, en un artículo de la Harvard Business, por Thomas
Lewit, bajo el titulo de Globalization of Markets, para hacer referencia a la expansión de los mercados.
VICENTE SCORDAMAGLIA