viernes, 20 de noviembre de 2009

CUANDO LA POLITICA DEFINE SUS INTERESES



La política es la crítica continua de la realidad.
La política es un mecanismo de cambio
no de preservación o conservación.


Cuando la política define sus intereses se aleja de los intereses de la gente.
En un marco de conflicto social sistematizado por las acusaciones cruzadas de los actores políticos; movilizaciones callejeras de organizaciones de piqueteros por el control de los recursos de la ayuda social; roscas de la dirigencia a tiempo completo por el control de los recursos de la cámara de Diputados y el Senado, sumado a todo tipo de alquimias electorales con el único fin de definir candidaturas para el 2011, configuran en nuestro país, por parte de la dirigencia política, el mayor fraude a los intereses de los ciudadanos que aspiran a tener una vida sin sobresaltos.

La inseguridad y la violencia reina en las calles cual si fuera tierra de nadie, mientras las autoridades de un bando y de otro, discuten a quién corresponde actuar para cuidar a los argentinos de las distintas modalidades delictivas que a diario se llevan la vida de nuestros seres queridos y amigos o destruyen el futuro de nuestros jóvenes marginándolos de construir un futuro entre el flagelo de las drogas y el alcohol.

La falta de acción e inoperancia del gobierno, de aplicar la ley con respecto a la inseguridad en el país, es equivalente al terrorismo de estado cometido por los militares en la lucha contra la subversión.
Los militares cometieron todo tipo de excesos y violaron la ley masacrando a mansalva a todo aquel que tuviera ideales. En cambio este gobierno deja que la delincuencia de cualquier signo actúe libremente en territorios liberados, robando, violando y matando a mansalva a ciudadanos indefensos por solo el hecho de querer ser habitantes libres de un país llamado Argentina.

Ha llegado la hora de separar la paja del trigo; los pobres no son ni delincuentes ni asesinos, solo han quedado marginados de las distintas posibilidades que ofrece la sociedad a los sujetos para desarrollarse con dignidad. Su condición no establece una identidad en sí misma, son personas que carecen de trabajo, educación y salud, elementos básicos e indispensables para desplegar su vida en libertad.
En cambio los delincuentes son sujetos que han decidido desarrollar su actividad en los márgenes de la ley que rige y normatiza a la mayoría de los ciudadanos de nuestra sociedad. En ese submundo, mezclado entre la pobreza extrema de seres sin destino, se encuentra camuflada la delincuencia que azota a nuestra nación, convirtiéndola por falta de voluntad política de las autoridades de turno, en uno de los flagelos más acuciantes de nuestro tiempo.

Entre los partidarios de la mano dura y la de los que no quieren intervenir en el asunto de la seguridad por considerarlo violatorio de los derechos humanos, existen las leyes vigentes que rigen la democracia argentina, es tiempo ya de actuar y no mirar para otro lado como sino ocurriera nada antes de que el país todo se vea dominado por las mafias y dejen a los argentinos sin destino.
Decir la verdad de lo que nos ocurre no es conspiración política ni representa una violación a los derechos humanos. Los que hemos luchado fervientemente por vivir en democracia y libertad, lo seguiremos haciendo, por que es la única manera que sabemos de honrar nuestras convicciones; convicciones que hicieron que miles de jóvenes argentinos pusieran su cuerpo y sus ideales para vivir en una sociedad más justa y no para encubrir a las mafias que plagaron nuestra sociedad de malandras y bandidos que son los mismos que en su momento se asociaron a las dictaduras genocidas.


Vicente Scordamaglia