lunes, 19 de abril de 2021

 

Artículo de opinión

A FALTA DE PROYECTO: BELIGERANCIA TOTAL

Por: Vicente Scordamaglia

El hostigamiento al que está sometido el gobierno argentino por parte de los opositores de las distintas fuerzas políticas, en especial todos aquellos agrupados en Juntos por el Cambio, no tiene explicación conceptual, salvo que con ello, están demostrando que se trata del único argumento que tienen para ofrecerles a los argentinos como alternativa al poder actual. Toda la dirigencia opositora de Juntos por el Cambio ejerce a diario una dañina metodología que establece fijar en agenda mediática una abrumadora cantidad de quejas a cada paso que da el oficialismo causando un importante desgaste a su gestión de gobierno.

Ninguna propuesta existe en una queja permanente, la queja es un desahogo sin sentido, solo exhibe  la falta de proyecto, en cambio, la crítica, es un acto de esperanza que estimula y promueve el mundo de las ideas. Cuanto más virulenta es la queja, en forma recíproca y equivalente es la ausencia de ideas superadoras. La peligrosa escalada de violencia promovida por los opositores está llevando a la Nación toda a ejercer actos irracionales como forma de hacer política para llegar a alcanzar por medio de la violencia lo que no pueden realizar por la vía democrática, esto es, esperar el veredicto de la voluntad popular en las próximas elecciones.

Parece ser a esta altura de los acontecimientos que poco importan los modos y las formas; un sector de la oposición (los libertarios que conduce Patricia Bullrich) están lanzados a crear un clima de violencia social, transformando cada acto del gobierno en un golpe de estado virtual aupados por una buena cantidad de medios de comunicación que salieron a poner todos los elementos a su disposición para debilitar la imagen presidencial y en especial la de la vice presidenta para evitar que el oficialismo alcance la mayoría parlamentaria en las próximas elecciones de medio término. Patricia Bullrich  con un historial político que va desde la extrema izquierda a la derecha reaccionaria y en todos los casos vinculada con la muerte, está llevando a la coalición que lidera y a los argentinos todos a un punto límite y sin retorno del cual la más perjudicada no solo es la gente sino también es la democracia argentina. Por cada acto del gobierno la oposición responde con una sarta de mentiras descomunales tratando de alcanzar notoriedad (de cualquier forma) merced a una forma de hacer política, esta es de las más bajas y nefastas que se ha visto en tiempos democráticos en la República Argentina.  

La brutalidad de este siniestro  personaje que no tiene límites (Patricia Bullrich) que de guerrillera devenida a ser jefa de la oposición  de una derecha desquiciada, sorprende a diario a los argentinos con propuestas destituyentes en medio de una emergencia sanitaria (pandemia) que no detiene su avance de contagio y muerte. Mientras un escuadrón de periodistas oficiando de voceros de esta  oposición golpista (Lanata, Longobardi, Leuco, Feinmann y todas las crías de mercenarios de los periodistas de guerra) que se esmeran por disimular y legitimar las intenciones de los jóvenes libertarios conducidos por Patricia Bullrich. El objetivo es bien claro: golpear al oficialismo todas las veces que se pueda y desde todos los medios públicos que se han puesto a su disposición. El plan es simple pero muy eficaz, mientras los voceros mediáticos instalan la agenda diaria en la gente, los revoltosos (libertarios) ganan la calle para que  finalmente su dirigencia intente capitalizar políticamente la discusión y el conflicto social. 

Nuestro país está viviendo una descarnada lucha por la supervivencia, el gobierno está siendo atacado por distintas fuerzas políticas, mediáticas y judiciales con el único fin de facturar de cualquier modo y posicionarse de cara al futuro; la beligerancia escala con la proximidad de las elecciones en donde tanto el oficialismo como la oposición no solo dirimen fuerzas para las distintas legislaturas sino que juegan algo más importante que es la lucha por el poder en la Argentina mediante las elecciones del 2023.

 El próximo testeo electoral sentará el precedente válido y dirá con claridad quien gobernará la Argentina de la pospandemia. La oposición poco tiene para ofrecer solo su Hipermetropía creciente (son los que tienen mejor visión de lejos que de cerca) Es lo que les sucede a quienes ven lo que pasa en otros países pero no ven lo que pasa en el nuestro: en cambio el oficialismo tiene la enorme responsabilidad de convocar a un gran proyecto de Nación que supere las antinomias y construya en paz y unidad las expectativas de todos los argentinos. Si pudiera dejar un mensaje de esperanza y paz al tiempo precente que nos toco vivir, diría sin dudar: “Lo malo no es cometer errores sino tratar de justificarlos; jamás pares de aprender, la vida no para de enseñar”.