Artículo de opinión
UN PASADO CON ERRORES UN PRESENTE SIN FUTURO
Por: Vicente Scordamaglia
Luego del contundente triunfo en las
primarias PASO del binomio Fernández-Fernández se abren los primeros
interrogantes. Una gran mayoría de los argentinos decidió su voto por un pasado
con errores en contra posición al que está ofreciendo Macri, un presente sin
futuro.
Esta reflexión que merece su
explicación, es lo que se aprecia de las propuestas del oficialismo que durante
la mayor parte de su gobierno no solo le costó elaborar un proyecto político
creíble para el presente sino que, con menos crédito en la ciudadanía después
de tres años y medio de promesas incumplidas, tampoco pudo imaginar una
esperanza para el futuro. Solo quedó del imaginario Macrista, un fallido plan
financiero con beneficios para pocos, sin presente y sin futuro con el cual
motivar a los argentinos. ¿Cómo creer en el futro si no hay beneficios en el
presente?
La oposición, en este caso, la
formula más votada, (Fernández-Fernández) promete un proyecto ya probado con
errores que en su devenir está dispuesto a corregir (volvemos para ser mejores)
lo que despierta en los argentinos una mayor expectativa de cambio en el
dramático presente y una proyección de un proyecto político para construir un
futuro venturoso para todos.
Es evidente que la urgencia somete y
empuja a la dirigencia política a realizar ingentes esfuerzos para satisfacer
las necesidades más urgentes de nuestro pueblo, pero también es cierto que al
gobierno nacional lo condiciona las exigencias de un Fondo Monetario
Internacional al cual el gobierno de Macri decidió atar su suerte, esto originó
un presente irremediable de fracaso, restricciones y sacrificios sin ningún
beneficio o resultado que pueda proyectar de cara al futuro. Esta realidad a la cual debe acudir la
política, provoca una contradicción en sí misma y genera una fricción
permanente entre los acreedores externos (FMI) y las demandas populares que,
con los escasos recursos económicos con que cuenta nuestro país no alcanzan
para dar solución inmediata a ambos requerimientos sin poner en riesgo la
gobernabilidad y con ello, se resienta el frágil andamiaje sobre el cual tiene
su base de sustento la factibilidad de nuestra incipiente democracia.
El marco de las elecciones
presidenciales y la renovación de las cámaras legislativas con un escenario
casi “terminal” de la realidad argentina puede ser la plataforma ideal para
encarar nuevos desafíos, en tanto las propuestas que realice la política en
general esté cargada de contenidos adecuados a la realidad que hoy viven la
mayoría de los argentinos y fije prioridades, la educación, el trabajo, la
salud y el desarrollo general de la actividad productiva, constituye en sí
mismo un proyecto político que debe hegemonizar la agenda estratégica nacional
para que, a través de esta fortaleza, la nación toda comience a recuperar el
sentido común que nos lleve, ahora sí con urgencia, a buscar los instrumentos
constitucionales que nos guíen en el escarpado camino para construir un país en
el cual prevalezca el bien común por encima de los intereses particulares.
A partir de
las PASO hay otro país, se visibilizó definitivamente el país que los medios
tuvieron oculto durante mucho tiempo. El gobierno y Macri en particular tienen
una visión distorsionada del concepto de modernidad, es lo que lo llevó a
disociarse de la realidad que vive nuestro pueblo, el sincericidio del
presidente cuando pidió perdón diciendo que le pidió demasiado a los argentinos
constituye una verdad irrefutable dicha por el mismísimo autor que provoco la
tragedia; no sé, si este presidente es consciente todavía que dejó a cientos de
miles de hogares argentinos en la calle sin trabajo, literalmente los dejó sin
presente y sin futuro que a la hora de emitir su voto hizo tronar el
escarmiento.
Ahora es
tarde ya, cualquier medida que se tome es insuficiente y solo servirá para
ahondar la distancia que hay entre este gobierno y el pueblo que se cansó de
sus falsedades semestrales. Solo falta que el nuevo ministro salga a pedir un
nuevo esfuerzo para llegar a las elecciones para luego después de ello seguir
con su siniestro plan de quebranto de nuestra nación; un viejo cuento que se
suele contar en esas fiestas familiares de por si aburridas: papá ¿falta mucho
para llegar a la otra costa? callate nene y seguí remando.