lunes, 19 de agosto de 2019

UN PASADO CON ERRORES UN PRESENTE SIN FUTURO

Artículo de opinión
UN PASADO CON ERRORES UN PRESENTE SIN FUTURO
Por: Vicente Scordamaglia

Luego del contundente triunfo en las primarias PASO del binomio Fernández-Fernández se abren los primeros interrogantes. Una gran mayoría de los argentinos decidió su voto por un pasado con errores en contra posición al que está ofreciendo Macri, un presente sin futuro.
Esta reflexión que merece su explicación, es lo que se aprecia de las propuestas del oficialismo que durante la mayor parte de su gobierno no solo le costó elaborar un proyecto político creíble para el presente sino que, con menos crédito en la ciudadanía después de tres años y medio de promesas incumplidas, tampoco pudo imaginar una esperanza para el futuro. Solo quedó del imaginario Macrista, un fallido plan financiero con beneficios para pocos, sin presente y sin futuro con el cual motivar a los argentinos. ¿Cómo creer en el futro si no hay beneficios en el presente?
La oposición, en este caso, la formula más votada, (Fernández-Fernández) promete un proyecto ya probado con errores que en su devenir está dispuesto a corregir (volvemos para ser mejores) lo que despierta en los argentinos una mayor expectativa de cambio en el dramático presente y una proyección de un proyecto político para construir un futuro venturoso para todos.  

Es evidente que la urgencia somete y empuja a la dirigencia política a realizar ingentes esfuerzos para satisfacer las necesidades más urgentes de nuestro pueblo, pero también es cierto que al gobierno nacional lo condiciona las exigencias de un Fondo Monetario Internacional al cual el gobierno de Macri decidió atar su suerte, esto originó un presente irremediable de fracaso, restricciones y sacrificios sin ningún beneficio o resultado que pueda proyectar de cara al futuro.  Esta realidad a la cual debe acudir la política, provoca una contradicción en sí misma y genera una fricción permanente entre los acreedores externos (FMI) y las demandas populares que, con los escasos recursos económicos con que cuenta nuestro país no alcanzan para dar solución inmediata a ambos requerimientos sin poner en riesgo la gobernabilidad y con ello, se resienta el frágil andamiaje sobre el cual tiene su base de sustento la factibilidad de nuestra incipiente democracia.     

El marco de las elecciones presidenciales y la renovación de las cámaras legislativas con un escenario casi “terminal” de la realidad argentina puede ser la plataforma ideal para encarar nuevos desafíos, en tanto las propuestas que realice la política en general esté cargada de contenidos adecuados a la realidad que hoy viven la mayoría de los argentinos y fije prioridades, la educación, el trabajo, la salud y el desarrollo general de la actividad productiva, constituye en sí mismo un proyecto político que debe hegemonizar la agenda estratégica nacional para que, a través de esta fortaleza, la nación toda comience a recuperar el sentido común que nos lleve, ahora sí con urgencia, a buscar los instrumentos constitucionales que nos guíen en el escarpado camino para construir un país en el cual prevalezca el bien común por encima de los intereses particulares.

A partir de las PASO hay otro país, se visibilizó definitivamente el país que los medios tuvieron oculto durante mucho tiempo. El gobierno y Macri en particular tienen una visión distorsionada del concepto de modernidad, es lo que lo llevó a disociarse de la realidad que vive nuestro pueblo, el sincericidio del presidente cuando pidió perdón diciendo que le pidió demasiado a los argentinos constituye una verdad irrefutable dicha por el mismísimo autor que provoco la tragedia; no sé, si este presidente es consciente todavía que dejó a cientos de miles de hogares argentinos en la calle sin trabajo, literalmente los dejó sin presente y sin futuro que a la hora de emitir su voto hizo tronar el escarmiento.


Ahora es tarde ya, cualquier medida que se tome es insuficiente y solo servirá para ahondar la distancia que hay entre este gobierno y el pueblo que se cansó de sus falsedades semestrales. Solo falta que el nuevo ministro salga a pedir un nuevo esfuerzo para llegar a las elecciones para luego después de ello seguir con su siniestro plan de quebranto de nuestra nación; un viejo cuento que se suele contar en esas fiestas familiares de por si aburridas: papá ¿falta mucho para llegar a la otra costa? callate nene y seguí remando.