martes, 8 de octubre de 2013

CUANDO LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN

CUANDO LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN DEL RELATO

Argentina es un país que coexistió los últimos años de gobierno democrático entre la realidad y la ficción del relato. Es natural entonces que ante episodios de tamaña trascendencia como la salud de la Presidenta de la Nación, los argentinos conserven por lo menos una cautelosa desconfianza a priori acerca de lo que acontece en derredor del entorno presidencial, sospechando si ésta es una vil maniobra (desesperada) de sus “estrategas” frente a la segura derrota electoral del próximo 27 de octubre o en su defecto se trata de una verdadera afección de la Presidenta con la que debemos solidarizarnos, como corresponde en una Argentina madura que reacciona positivamente frente a las contingencias que le toca vivir. Este último es el caso, obremos en consecuencia.

Ha sido el gobierno y no la oposición quien nacionalizó la campaña electoral a sabiendas del  déficit dirigencial en sus fuerzas y para que, con la intervención de la Presidenta, realce la oferta electoral de sus candidatos. Ante tamaña equivocación el oficialismo reaccionó demasiado tarde,  la decisión  sumergió a la Presidenta en una vorágine imparable de episodios confusos (políticos y económicos) y en una excesiva  exposición que terminó por convertir a Cristina Fernández en el sujeto constructor de una preocupante realidad para todos los argentinos; ya nada podrá cambiar la realidad porque ésta siempre es superior a la ficción de un relato; sin embargo obligada por las circunstancias, es bueno que la Presidenta se aleje de la campaña.  

La falta de un equipo presidencial creíble, producto del pragmatismo político ejercido hasta el límite de lo recomendable, han hecho mella en el rumbo presidencial y su hoy inconsistente estructura de gobierno, que no sólo no resuelve los problemas de nuestro país, sino que por el contrario los agrava; estos son algunos de los elementos, junto a otros, por donde comienza a filtrarse el poder que el Kirchnerismo supo construir a lo largo de los últimos diez años.

Frente al hecho consumado producto de la enfermedad real de Cristina Fernández (que en otro caso se resolvería normal y tranquilamente por la vía institucional) la Nación toda, comienza a desasnarse de que, salvo la Presidenta en su figura institucional, no cuenta con dirigentes preparados para asimilar una derrota electoral de medio tiempo, sin que ésta produzca en la Nación una poderosa sensación de vacío político con efectos por lo menos preocupantes para el normal desarrollo democrático argentino.  

Más allá de  que la enfermedad  de la Presidenta no revistiera riesgo alguno según la información disponible, los mecanismos de preservación político y económico de los poderes de la  Nación han comenzado a posicionarse frente a la perspectiva del armado de un nuevo gobierno de cara a las próximas elecciones del 2015, debilitando aun más la posición del Kirchnerismo y la futura gobernabilidad en los dos años que restan de su mandato.
Los movimientos de la liga de gobernadores e intendentes así lo demuestran; que rápido de reflejos comienzan a visualizar ahora sí, que el próximo gobierno no será Kirchnerista y como consecuencia de ello emprenden una retirada silenciosa pero segura.

Solo resta decir en estas horas de vigilia sobre la salud de la presidenta Cristina Fernández, que los argentinos de verdad somos un país de buena gente y por el bien de ella misma como persona y por la investidura que representa para todos los argentinos, deseamos su pronta recuperación. 

VICENTE SCORDAMAGLIA