miércoles, 27 de noviembre de 2019

LA DIFÍCIL TRAMA DEL PODER


ARTÍCULO DE OPINIÓN
LA DIFÍCIL TRAMA DEL PODER
POR: Vicente Scordamaglia

La revelación de los nombres de los ministros y equipos que acompañen al presidente electo Alberto Fernández el 6 de diciembre próximo terminará con las especulaciones de los distintos sectores acerca de cómo se va configurando la trama del poder para los próximos cuatro años. Construir una estructura de poder en Argentina y en las condiciones paupérrimas en la que se encuentra su economía, no está siendo nada fácil para un Presidente que intenta constituir una base  sólida para su gobierno desde donde pararse y desde allí comenzar a dar respuestas a las distintas demandas y expectativas de los sectores que conforman el vasto y conglomerado escenario de un país rodeado por naciones con serios conflictos sociales que se expanden peligrosamente por toda la región suramericana.

Sectores que conforman el Frente de Todos, espacio político que  llevó a Fernández a la presidencia: gobernadores, intendentes, sindicalistas, empresarios, movimientos sociales y otros, por estas horas imponen condiciones y presionan por conseguir un lugar en la estructura de poder que de apoco se va configurando como un hecho irreversible, pero, en su conformación, va dejando jirones de un poder que todavía no obtiene el equilibrio necesario para poner en marcha un proyecto enfáticamente anunciado que promueva un rápido desarrollo económico y social.   
Argentina no está exenta de posibles estallidos, de allí que las primeras medidas deberán llegar con urgencia y cargadas de contenido. El nivel de tolerancia a la espera de nuestra sociedad es tan paupérrimo como la economía que deberá multiplicarse (como los panes de Cristo) para dar respuestas tanto a los sectores más postergados de nuestra sociedad como así también a los organismos internacionales que no dejan de monitorear los movimientos de la nueva administración en Argentina. 

Unidad, diálogo, consensos, acuerdo económico y social, oposición constructiva, pueden ser solo consignas olvidadas en los cuadernos de campaña si se pierde de vista el principal objetivo que tiene nuestro país, que es sin duda estimular rápidamente el mercado interno a través de una creciente demanda laboral. La creación de un escenario que propicie mejor humor social será indispensable para llegar a los objetivos propuestos y en este sentido la prensa independiente puede tener un rol decisivo cuando tenga que dar información que pueda ser sensible para la población. Ser cuidadoso y responsable no significa ser partidario de nadie, con ser objetivo alcanza para no exaltar los ánimos ya caldeados de los argentinos.

El 10 de diciembre asume un nuevo gobierno que conducirá el  destino de los argentinos por los próximos cuatro años, estemos en el oficialismo o en la oposición todos seremos beneficiarios si esta vez acertamos en las medidas que hay que tomar para buscar juntos el camino de la grandeza nacional; ¡si así no lo hiciéremos que Dios y la Patria nos lo demande!  

lunes, 11 de noviembre de 2019

EL MALESTAR EN LOS PUEBLOS

ARTICULO DE OPINIÓN
EL MALESTAR EN LOS PUEBLOS
Por: Vicente Scordamaglia

El malestar en los pueblos que perturba y se  manifiesta en la mayoría de las ciudades del mundo, está corroyendo vertiginosamente los cimientos de las democracias occidentales. Los episodios que se vienen sucediendo en distintos países del mundo en general y en nuestro continente en particular, están dando cuenta de un hartazgo de las desigualdades de los pueblos y una desconfianza manifiesta a una dirigencia (sea esta de derecha o de izquierda) que con políticas vetustas no alcanzan a resolver la problemática existente de las grandes masas populares y sus clases medias empobrecidas (bisagras estas del sistema democrático) que ven como retroceden en sus derechos adquiridos en sacrificadas luchas realizadas a lo largo del tiempo de la construcción de condiciones de vida más favorables para los trabajadores y sus familias.
Los disparadores que movilizan hoy en día a grandes segmentos de la población mundial, son múltiples, pero hay un denominador común que atraviesa a todos: es la pobreza y la desigualdad creciente de grandes sectores (40 %) de la población del mundo globalizado.  
Es curioso ver que ni siquiera países europeos que supieron construir mejores condiciones de vida a través de un estado de bienestar hoy en día comienzan a sentir el mismo rigor y la misma falta de oportunidades y de crecimiento que las naciones en vías de desarrollo.
Los movimientos sociales que se movilizan con escaso grado de organicidad y sin una conducción visible no responden a un plan de lucha que obedezca a una planificación preconcebida, más bien son un sujeto social que expresa el malestar social y lo hace con los instrumentos que dispone (en la calle) y en ese devenir va configurando una nueva clase política que tiene que estar a la altura de los acontecimientos para legitimar su capacidad dirigencial.
Si bien los movimientos sociales se producen y se reproducen en gran parte de las ciudades del mundo tienen un epicentro en nuestro continente: Brasil, Chile, Ecuador, Bolivia, Venezuela y muchos más que irán detonando en la medida en que no se atiendan las demandas populares que ya saben estas que en el desenlace de nuestro continente está sellada su suerte y su  futuro.      
Lo preocupante en todos estos episodios, como el que se está produciendo en Bolivia es la injerencia foránea para precipitar eventos desestabilizadores con el objetivo de “voltear” (literalmente) a gobiernos legítimamente constituidos. Las distintas metodologías utilizadas para este fin van desde el armado de causas sobre procedimientos de corrupción de funcionarios, ahogamiento financiero a través de préstamos asfixiantes y hasta injerencias directas como la que estamos viendo en Bolivia con el potencial peligro de una guerra civil, hecho lamentable para una nación que ha sabido en pocos años transformar su desarrollo y su calidad de vida.
Finalmente, queda por analizar (con mayor serenidad) que está sucediendo con dos naciones como Bolivia desde la izquierda y Chile, desde la derecha, países  que han sabido revertir su condición económica (exhibiendo los mejores índices de crecimiento de todo y desarrollo del continente) hoy se encuentran al filo de semejante conflicto político y social.   


viernes, 8 de noviembre de 2019

UNA NACIÓN QUEBRADA EXIGE UNA DIRIGENCIA EQUILIBRADA


Artículo de opinión
UNA NACIÓN QUEBRADA EXIGE UNA DIRIGENCIA EQUILIBRADA
Por: Vicente Scordamaglia

Cuando todo parecía encaminarse por los carriles más o menos normales (desayuno mediante) hacia una transición civilizada el diablo metió la cola y al gobierno saliente (envalentonado en el fin de su mandato) se le ocurrió elaborar un documento de 8 puntos haciendo alarde de dejar un estado “ordenado” producto de una gestión exitosa dejando una herencia apropiada para que la próxima administración que asuma el 10 de diciembre pueda comenzar su gobierno sin sobresaltos para enfrentar una crisis económica financiera descomunal, de la cual este gobierno saliente sigue negando y haciéndonos creer que la debacle en la economía argentina no fue producto de su ineficiencia administrativa institucional sino las pésimas condiciones en la que el Macrismo encontró  el estado argentino. Es la primera vez que se ve con tanto descaro como el oficialismo se las arregla para ser gobierno y oposición al mismo tiempo. Las mentiras expresadas en el relato Macrista a cargo del pequeño Maquiavelo ilustrado, Marcos Peña, plasmado en 8 puntos (relato que ni ellos se lo creen) pareciera no tener fin y sobre todo a la hora de negar la realidad de lo que su propio gobierno produjo con su mala praxis en el transcurso de gobierno, a modo de recordatorio: dejó al paso de cuatro años por el poder, un país desfinanciado con un 40% de argentinos en el umbral de la pobreza, alarmantes índices de niños mal alimentados al borde de la emergencia alimentaria y un país endeudado por varias generaciones con un aparato productivo destruido y sin capacidad de recupero en el corto plazo con una desocupación descomunal que llevará sangre sudor y lagrimas para recuperar los miles de puestos de trabajo destruidos como consecuencia del proyecto neoliberal instalado por este gobierno de dirigentes irresponsables.  La desfachatez de una clase de funcionarios que no dejaron de exteriorizar una  mentira tras otra que involucró inclusive a sus propios votantes a quienes convencieron que venían a cambiar las prácticas caducas  de la política  y no hicieron otra cosa que perpetrar un espectacular saqueo de las arcas públicas en nombre de una republica que solo existe en su breviario perdido.
Las mentiras de este conjunto de dirigentes no tienen límites. Si para proteger una cuota del poder perdido es necesario confundir a la opinión pública con un relato que algunos medios de comunicación se empeñan en mantener vivo, es porque muchos de ellos temen alguna represalia que en la realidad, no existe; insisto en esto, la persecución mediática al cual está siendo sometido  un “gobierno” que todavía no lo es tal, no tiene antecedente en la historia democrática argentina. La opinión pública solo observa cómo se interpela el discurso de hipotéticos ministros y funcionarios fantasmas que todavía no están en funciones. 

Es trascendental entender el desafío que tenemos por delante con la oportunidad que genera un nuevo gobierno, nuestro país a partir del 10 de diciembre tendrá otro Presidente y otro equipo de gobierno para administrar una nación literalmente quebrada, la situación exige entonces la máxima responsabilidad de su clase dirigente tanto de los que se van como los que están llegando para empezar a transitar un camino plagado de obstáculos y en su devenir deberán encontrar los acuerdos necesarios para dar respuestas a los argentinos. Por si todavía hay quienes no percibieron la gravedad de la situación que vive la argentina les recuerdo que el horno en el mundo no está para bollos, las tensiones acumuladas comienzan a estallar una tras otra y cada vez más cerca de nuestras vidas eso hace presagiar conflictos inevitables que requerirán urgentes consensos entre la política y la sociedad toda: o los argentinos nos unimos en una lucha resuelta por el bien común transformando la crisis en un ciclo virtuoso de cara al futuro o la bandera Argentina una vez más flameará sobre sus ruinas. 

viernes, 1 de noviembre de 2019

UNA COMPLEJA TRANSICIÓN

Artículo de opinión
UNA COMPLEJA TRANSICIÓN
Por: Vicente Scordamaglia

Las respuestas más buscadas días después del acto eleccionario que desvela tanto a la prensa argentina (y foránea) se desarrolla en tres planos fundamentales: el primero tiene que ver en cómo el presidente electo resuelve el atolladero en el cual se encuentra la economía argentina después del irresponsable manejo  que tuvo el presidente Macri junto a sus colaboradores en donde dilapidaron los recursos financieros provenientes del Fondo Monetario Internacional, destinados estos a equilibrar la balanza de pagos y en su defecto fueron utilizados a discreción para la campaña electoral y otros menesteres poco ventilados todavía. Quizás si este punto, que es el más importante y una vez resuelta en parte la economía de los argentinos, el resto comience con el devenir, a disiparse por añadidura.      
El segundo punto no menos importante tiene que ver con el armado que el nuevo gobierno que se instale después del 10 de diciembre próximo pueda contar con la base suficiente de poder político y margen de tiempo como para poder realizar  las mínimas reformas necesarias para conformar las expectativas de la gente por un lado y las exigencias del FMI por el otro, hecho este no menor, ya que si la economía no está encuadrada en un plan estratégico de gobierno comenzará su gestión corriendo atrás de las urgencias tapando agujeros y perderá de vista la oportunidad de capitalizar el margen de tolerancia que todo gobierno tiene en el comienzo de su gestión.
El tercer punto que se debe tener en cuenta y sobre todo como una peculiaridad por tratarse de un gobierno que si bien ganó las elecciones todavía no asumió su mandato constitucional, es que en el trasfondo de este hecho singular de la política y en tiempo de transición, encubre una peligrosa operación de desgaste prematuro. Obsérvese como una serie de editorialistas de algunos medios de comunicación intentan abordar sus análisis de la realidad política por demás compleja, planteando que en realidad no es que el gobierno saliente perdió las elecciones por sus desmanejos y falta de proyecto político sino más bien fue porque la gente no se bancó el sacrificio de construir con su esfuerzo una sociedad para pocos.
Es notable ver la actitud agresiva con la que se persigue mediáticamente a los candidatos electos y con la minuciosidad con la que se analiza el pasado de posibles integrantes del próximo gobierno (recuérdese que todavía no asumió) con el único propósito de dejar entrever el resquicio por donde construir ahora desde la oposición, un relato que le permita al Macrismo mantener la cuota de poder  necesaria para que no se diluya en el tiempo el apoyo de los diferentes segmentos sociales que sirvieron de base de apoyo para que este gobierno realizara (a mi modo de ver) en nombre de un republicanismo mentiroso, el peor gobierno de toda la historia democrática de nuestro país. Esto está debidamente fundamentado y solo alcanza con ver como se han expresado sectores adversos al peronismo para explicar en pocas palabras los prejuicios que se mantienen vivos cada vez que un gobierno popular se acerca al poder.
Todavía se mantiene presente el efecto Cristina cuando esta de una sola jugada, le arrebató al oficialismo (otorgándole a Alberto Fernández para encabece la formula) el argumento falaz de tener que enfrentar nuevamente al Kirchnerismo (llámese en otros tiempos aluvión “zoológico”); Cristina, con esa estratégica decisión, expuso al gobierno frente a toda la sociedad su falta de logros y le quitó el argumento y la  figura tenebrosa del “enemigo” tan temido. 
Argentina se complejizó en el mismo momento en que: en las elecciones primarias quedó sellada la suerte del gobierno actual; cuatro meses es mucho tiempo para una transición, mucho más para un país que se encuentra sumido en una crisis económica y al borde del default con sus acreedores, pero la situación es más dramática aun cuando el país carece de una conducción tangible.
Cabe entonces preguntarse: ¿hasta cuándo los argentinos seguiremos haciéndonos zancadillas sin percibir el daño que se le hace a la república?
Es natural que ahora sí con los resultados electorales a la vista y a sabiendas quienes gobernarán los próximos cuatro años se produzcan una serie de reacomodamientos, tanto en los que dejan el poder como así en los que asumen el mismo, pero más allá de todas las especulaciones políticas  y económicas que se barajan a diario amplificadas por los medios de comunicación, existe un pueblo que espera con grandes expectativas respuestas perentorias que traigan un poco de alivio a toda la sociedad para enfrentar así los grandes problemas que afligen a todos los argentinos por igual.  


martes, 1 de octubre de 2019

EL DESBORDE DE LAS MASAS

Artículo de opinión
EL DESBORDE DE LAS MASAS
Por: Vicente Scordamaglia

El desborde de las masas en el mundo está dando cuenta del agotamiento del sistema político y económico que gobierna hoy la mayoría de las democracias del mundo. El contrato social que forjó y contuvo a las grandes capas medias de las democracias occidentales se encuentra en crisis y sin reflejos frente a los múltiples reclamos de millones de trabajadores que ven caer sus salarios y como consecuencia de ello su expectativa de vida de cara al futuro inmediato. La movilidad ascendente con la que se beneficiaron millones de trabajadores en los países del mundo libre, hoy ven con pesar como ese contrato social comienza a recorrer el camino inverso.
Es el turno de las reformas laborales que se quiere imponer desde el liberalismo financiero para recortar de una sola vez, todas las conquistas laborales (mejores salarios, vacaciones, aguinaldo, jubilación y sistemas de salud) que con tanto sacrificio costó obtener en la que cientos de miles de luchadores sufrieran cárcel, torturas y entregaron su propia vida por el bien común de la clase trabajadora.  
En nuestro país como en otros, (llamados países emergentes) gobernados por modelos neoliberales, se pretende llevar adelante una reforma laboral que retrotraiga las conquistas de los trabajadores a simples contratos temporarios con atributos patronales de comienzo del siglo pasado en donde los trabajadores solo percibían un magro salario exento de beneficios sociales elementales para alcanzar una vida más justa y digna junto a su grupo familiar. Si bien es cierto que la ciencia, la tecnología y la robótica  construyen una sociedad del conocimiento que está impactando sobre el trabajo manual tal como lo conocemos, no es menos cierto que este hecho significativo, se desarrolla a expensas  de la oferta laboral a nivel global, que en su devenir hace que el trabajo sea un bien escaso a repartir.  
La guerra comercial por los mercados que se libra en la superficie entre los gigantes (China, EEUU y Rusia) que operan a nivel global, revela conflictos todavía aun más profundos como lo es la lucha por los recursos (finitos) básicos para la subsistencia humana que, en su acontecer, preanuncian conflictos aun mayores.
La dimensión de la problemática a la que debe enfrentarse la humanidad, es equivalente al despliegue que vienen desarrollando las naciones que tienen su economía globalizada, esto es, aquellos en los cuales su desarrollo  depende de la capacidad que tengan para obtener las materias primas indispensables para su desarrollo general y el bienestar de su población.      

El futuro ya está aquí y para construir sobre él, no depende solamente tomar las prevenciones necesarias para alcanzar niveles de vida dignos sino que además, se necesita crear condiciones favorables para un desarrollo científico tecnológico que sitúe al país en los niveles más altos de conocimiento para hacerle frente a los grandes desafíos que hoy enfrenta toda la humanidad.            

Crear comunidades de naciones como lo hacen las redes, con el fin de establecer relaciones de confianza entre países que tienen el mismo perfil y persiguen un mismo fin será necesario para alcanzar juntos los mecanismos para un desarrollo sostenido. Esta sencilla propuesta nos cobijará para estar al amparo de las embestidas de los más poderosos de la tierra que en su incesante avance, no están dispuestos a conceder ninguna concesión para obtener y satisfacer sus desmesuradas necesidades.

Un enemigo común contra un mundo injusto es el mejor catalizador para unir a un conjunto de naciones, que no encuentran soluciones adecuadas a los grandes desafíos de la época, en especial, aquellos países como el nuestro que todavía no logran salir del flagelo que provocan las crisis económicas recurrentes con peligrosos índices de pobreza y marginalidad. La peor cara que está mostrando el capitalismo financiero como rasgo que lo distingue en la actual etapa globalizadora, es la profunda desigualdad que genera una elevada concentración de la riqueza en pocas manos y un alarmante crecimiento de la pobreza del 40% y en ascenso, esto hace que las masas populares a las que se van sumando amplios sectores de la clase media empobrecida desconfíen  aun más de su clase dirigencial y provoquen (en su lucha contra la desocupación, la injusticia y la falta de oportunidades) escenarios de profunda inestabilidad social, política y económica. La historia política nos dice que la desigualdad es el combustible que pone en marcha peligrosos conflictos que impactan y debilitan a los procesos democráticos; cada vez que la humanidad transitó por los niveles de inequidad tan escandalosos (40% de pobreza) como sucede en la actualidad, sobrevino una larga noche que arrastró con todo el orden preestablecido. Ya nadie se llama a engaños, la desigualdad es la peor cara del capitalismo; no esperamos nuevos y mejores tiempos por venir, más bien deberíamos estar ocupados en ver como detenemos a tiempo un mal todavía mayor.      

miércoles, 18 de septiembre de 2019

DOS CAMINOS DIVERGENTES

Artículo de opinión
DOS CAMINOS DIVERGENTES
Por: Vicente Scordamaglia

Dos caminos divergentes cruzan peligrosamente el horizonte democrático argentino: la consolidación de la democracia como sistema de convivencia y el aumento sostenido (escandaloso) de la pobreza (con hambre). Ambos caminos deberían converger en un mismo fin y transitar con un mismo propósito el camino de la igualdad y la disminución de la alarmante pobreza que padece nuestro país, sin embargo, la democracia por si sola, no alcanza para revertir el flagelo con el que está siendo sometida un número significativo de la población que según los organismos de medición (UCA y el mismo gobierno a través del INDEC) sostienen que quince millones de personas son pobres en un país que obtiene la categoría para alimentar a cuatrocientos millones de personas: esta aberrante calificación es la argentina mal llamada “granero del mundo”.  
¿Es la democracia o es la política?. La Democracia es la cancha (el sistema) donde se juega el partido y la política es la que llevan adelante los hombres dentro del sistema creado para desarrollar proyectos y políticas públicas destinadas a resolver la problemática común de los argentinos. La afinidad entre sistema, proyecto y ejecución debe contemplar el cuidado del bien común y sobre todo el cuidado de los sectores más vulnerables que en periodos de grandes cambios estructurales del estado nacional, son los que más sufren las consecuencias de la inestabilidad política, económica y social. 
El rotundo fracaso económico del gobierno de Macri y sus políticas de ajuste permanente, han aniquilado la cadena de contención que significaba para millones de argentinos la de obtener un trabajo digno, con la pérdida de su vital sustento, el trabajo, principal organizador social de la vida de los pueblos, el gobierno de Macri dejó a la intemperie sin cobertura social y sanitaria a gran parte de las familias argentinas con el serio riesgo ya no solo de la emergencia alimentaria sino también el peligroso emergente de un gran estallido social que contamine (habida cuenta del tiempo que resta) el normal tránsito hacia las próximas elecciones presidenciales que en un eventual cambio de gobierno, genere nuevas expectativas y oxigene las necesidades más urgentes de la población cambiando las prioridades.
La pérdida de confianza sumada a la falta de perspectiva que tiene el gobierno de Macri de resolver lo que no pudo (o no quiso) en tres años y medio, se ve representada en la imagen de un presidente abatido por la gigantesca tarea que significa revertir un revés cantado que a medida que  pasan los días de incertidumbre nacional, se encamina a perder en primera vuelta economizando así la democracia, el tiempo de asunción de un nuevo gobierno y disminuya todo riesgo posible que se insinúa en la medida que no llegue algún paliativo con rapidez que alivie las necesidades más urgentes.
Los caminos se bifurcan y en su devenir, están creando un escenario peligroso que la dirigencia toda debe asumir con los riesgos que esto implica o un desorden social puede arrastrarnos a un abismo anunciado. Muchos se dedican a criticar a la dirigencia social por salir a la calle con la gente y reclamar soluciones urgentes, por el contrario, yo creo que son los únicos que están a la altura de los acontecimientos ya que sin esa contención el caos nos hubiera alcanzado a todos.   
Tomo las recomendaciones de los ecologistas cuando dan la definición de riesgo: “algo está en riesgo cuando las amenazas son mayores que los recursos que se tienen disponibles para la defensa de esa amenaza”. Si esto es así, la realidad nos dice que existe un riesgo potencial de estallido social y las herramientas  disponibles para evitarlo, nos demuestran que los recursos comienzan a ser escasos. 

             

lunes, 19 de agosto de 2019

UN PASADO CON ERRORES UN PRESENTE SIN FUTURO

Artículo de opinión
UN PASADO CON ERRORES UN PRESENTE SIN FUTURO
Por: Vicente Scordamaglia

Luego del contundente triunfo en las primarias PASO del binomio Fernández-Fernández se abren los primeros interrogantes. Una gran mayoría de los argentinos decidió su voto por un pasado con errores en contra posición al que está ofreciendo Macri, un presente sin futuro.
Esta reflexión que merece su explicación, es lo que se aprecia de las propuestas del oficialismo que durante la mayor parte de su gobierno no solo le costó elaborar un proyecto político creíble para el presente sino que, con menos crédito en la ciudadanía después de tres años y medio de promesas incumplidas, tampoco pudo imaginar una esperanza para el futuro. Solo quedó del imaginario Macrista, un fallido plan financiero con beneficios para pocos, sin presente y sin futuro con el cual motivar a los argentinos. ¿Cómo creer en el futro si no hay beneficios en el presente?
La oposición, en este caso, la formula más votada, (Fernández-Fernández) promete un proyecto ya probado con errores que en su devenir está dispuesto a corregir (volvemos para ser mejores) lo que despierta en los argentinos una mayor expectativa de cambio en el dramático presente y una proyección de un proyecto político para construir un futuro venturoso para todos.  

Es evidente que la urgencia somete y empuja a la dirigencia política a realizar ingentes esfuerzos para satisfacer las necesidades más urgentes de nuestro pueblo, pero también es cierto que al gobierno nacional lo condiciona las exigencias de un Fondo Monetario Internacional al cual el gobierno de Macri decidió atar su suerte, esto originó un presente irremediable de fracaso, restricciones y sacrificios sin ningún beneficio o resultado que pueda proyectar de cara al futuro.  Esta realidad a la cual debe acudir la política, provoca una contradicción en sí misma y genera una fricción permanente entre los acreedores externos (FMI) y las demandas populares que, con los escasos recursos económicos con que cuenta nuestro país no alcanzan para dar solución inmediata a ambos requerimientos sin poner en riesgo la gobernabilidad y con ello, se resienta el frágil andamiaje sobre el cual tiene su base de sustento la factibilidad de nuestra incipiente democracia.     

El marco de las elecciones presidenciales y la renovación de las cámaras legislativas con un escenario casi “terminal” de la realidad argentina puede ser la plataforma ideal para encarar nuevos desafíos, en tanto las propuestas que realice la política en general esté cargada de contenidos adecuados a la realidad que hoy viven la mayoría de los argentinos y fije prioridades, la educación, el trabajo, la salud y el desarrollo general de la actividad productiva, constituye en sí mismo un proyecto político que debe hegemonizar la agenda estratégica nacional para que, a través de esta fortaleza, la nación toda comience a recuperar el sentido común que nos lleve, ahora sí con urgencia, a buscar los instrumentos constitucionales que nos guíen en el escarpado camino para construir un país en el cual prevalezca el bien común por encima de los intereses particulares.

A partir de las PASO hay otro país, se visibilizó definitivamente el país que los medios tuvieron oculto durante mucho tiempo. El gobierno y Macri en particular tienen una visión distorsionada del concepto de modernidad, es lo que lo llevó a disociarse de la realidad que vive nuestro pueblo, el sincericidio del presidente cuando pidió perdón diciendo que le pidió demasiado a los argentinos constituye una verdad irrefutable dicha por el mismísimo autor que provoco la tragedia; no sé, si este presidente es consciente todavía que dejó a cientos de miles de hogares argentinos en la calle sin trabajo, literalmente los dejó sin presente y sin futuro que a la hora de emitir su voto hizo tronar el escarmiento.


Ahora es tarde ya, cualquier medida que se tome es insuficiente y solo servirá para ahondar la distancia que hay entre este gobierno y el pueblo que se cansó de sus falsedades semestrales. Solo falta que el nuevo ministro salga a pedir un nuevo esfuerzo para llegar a las elecciones para luego después de ello seguir con su siniestro plan de quebranto de nuestra nación; un viejo cuento que se suele contar en esas fiestas familiares de por si aburridas: papá ¿falta mucho para llegar a la otra costa? callate nene y seguí remando.

viernes, 9 de agosto de 2019

UN PASO ATRÁS PARA REVISAR LO ANDADO

Artículo de opinión
UN PASO ATRÁS PARA REVISAR LO ANDADO
Por: Vicente Scordamaglia

Mario Benedetti escribió sobre la necesidad de hacer un alto en la vida cotidiana para "... Examinar el pasado rubro por rubro / etapa por etapa / baldosa por baldosa / y no llorarse las mentiras / sino cantarse las verdades".
Es lo que hace el caminante, luego de haber avanzado un largo trecho: toma asiento y mira para atrás para ver la senda recorrida y reflexionar sobre la que le falta recorrer.
Es que no se me ocurre otra forma posible para construir el futuro sino es con la elaboración del pasado, reservorio este de lo bueno y lo malo que nos ocurrió.
No siempre suele ser infalible el relato que dice que no debemos volver atrás como intenta instalar el oficialismo para torcer la voluntad del electorado nacional, sobre todo aquellos que todavía están indecisos. Quizás, cuando los gobiernos no dan las respuestas esperadas los pueblos tengan que retroceder un paso atrás y revisar lo andado. Tampoco es cierto que el proceso de crecimiento implica ir hacia delante de cualquier manera para dejar atrás aquello que suponíamos era “nocivo” para nuestro presente y futuro, máxime cuando lo que se tenía a mano como instrumento para el cambio terminó siendo un elemento al servicio de un programa de ajuste, que en la práctica no solo sirvió para fortalecer a algunos pocos sino que demandó un esfuerzo a la mayoría de los argentinos sin recibir ningún beneficio a cambio.

Allá por el 2015 los ejes de la campaña del Frente Cambiemos y sus propuestas de desarrollo fueron sin duda atractivos, en especial para las capas medias y medias bajas de los argentinos que en verdad creyeron que se venía un tiempo nuevo y sobre todo  se vislumbraba en el horizonte un cambio en las viejas prácticas políticas, aquellas que habían llevado a los argentinos casi a las puertas de la falta de credibilidad en su clase dirigente y todo el sistema democrático, pero a poco andar, el gobierno y sus adláteres, mostraron su verdadero rostro. Avanzaron frenéticamente hacia la destrucción de todo aquello que tuviera valor reivindicativo para nuestro pueblo en especial de la masa de trabajadores. Esto tiene una explicación, el plan concebido (así dicen) es el de “modernizar” el país y vincularlo con el mundo globalizado, para ello se requiere de una nación para pocos con un estado benévolo que instrumente leyes que permitan la entrada y salida de capitales hasta vaciar las arcas del mismo Banco Central, si así fuera necesario. Para ello la Nación Argentina debe demoler dos baluartes para la inmensa población de argentinos, uno es la reforma previsional y la consecutivamente reforma laboral, ambas leyes de las más revolucionarias y progresistas que tienen los argentinos, entorpece los planes que tienen las élites que estarían dispuestas a invertir en nuestro país, o en su defecto ellos mismos quienes nos gobiernan, estarían dispuestos a traer sus capitales que tienen resguardados  en el exterior.   
Dos connotaciones tiene el plan destinado para los argentinos al cual debe sumar su esfuerzo sin beneficio de ganancias: uno son los intereses comerciales de los EEUU y el otro tiene que ver con la estrategia (geopolítica) de desarrollo militar en todo el continente americano implementado por EEUU en su lucha comercial con China y consecutivamente con el gigante Ruso. Es evidente que en este contexto los jubilados y los trabajadores que dependen de un desarrollo productivo ¡sobran! Y para ello solo alcanza con una “burguesía” asentada en los centros urbanos de las provincias argentinas.
 Para ello conviene hacer un poco de historia: tres modelos dominaron nuestra economía a lo largo de toda la historia  argentina, estos fueron en su tiempo y a grandes rasgos, los organizadores de toda la actividad social, política y cultural que con el tiempo, construyó una matriz institucional que modeló la mente y dio forma a los instrumentos de la economía de los argentinos; sin ello, entre idas y vueltas, nuestro país no hubiera podido alcanzar la condición de una nación independiente, que a partir de allí comenzó a germinar la semilla de una república naciente que permitió que Argentina se exhibiera ante el mundo (de esa época) a través de fortalecer un Modelo ganadero exportador.
Este modelo básicamente estaba en manos de las élites criollas (terratenientes) que con el desarrollo y la expansión de la economía, se fue convirtiendo en un modelo agro exportador. La  conversión agrícola ganadera posibilitó un desarrollo superior al incorporar a grandes contingentes de inmigrantes que básicamente se volcaron a la actividad agropecuaria complementaria de la ganadería y sus derivados. Con el valor agregado de nuestros productos primarios y su expansión, Argentina comenzó un desarrollo ininterrumpido hasta conformar un modelo industrial productivo y exportador que alcanza, entre la primera y la segunda guerra mundial altísimos índices de crecimiento que posibilitó el surgimiento de una vigorosa clase media vinculada con las élites asentada fundamentalmente en las grandes ciudades de Buenos Aires y las principales provincias de nuestro territorio nacional. Cabe destacar aquí que hasta entonces, el modelo en desarrollo, no  tenía en cuenta la incorporación de la clase trabajadora que luchaba por incorporarse al modelo en crecimiento y conquistar los mismos niveles y beneficios que exhibía la clase media especializada de la república (Maestros, médicos, abogados contadores, pequeños comerciantes y otros) lo que generó los primeros conflictos.   
Hasta allí, la república convertida en granero del mundo (como se la llamaba) aprovechó y desplegó todo su potencial, que insumía cada vez más mano de obra (escasa en nuestro país en esa época) que posibilitó el ingreso de grandes contingentes de inmigrantes para suplir esa falencia transformándose en una de las economías más prósperas de la época. Pero este modelo económico, no contemplaba obtener mecanismos de redistribución lo que originó con el tiempo una profunda inequidad social y cultural que se hizo visible ni bien los obreros comenzaran a organizarse a través de sus peticiones laborales y una mejora en la distribución de la riqueza.
Hizo falta la llegada del peronismo para corregir dicha anomalía que arrastraban los modelos económicos desde su origen para conformar un modelo industrial productivo, que como consecuencia desplegó para la inmensa mayoría de los argentinos un nuevo contrato social que dio origen a una profunda reforma laboral y económica con justicia social.

Finalmente cuando se habla de la disyuntiva que tienen los argentinos en las próximas elecciones entre volver al pasado o encaminarse al futuro, es claro lo que se dice pero más claro aun es lo que se juega: es la elección de un contrato social que desarrolle un modelo productivo de pleno empleo que promueva la equidad como valor fundamental entre todos los argentinos de bien o en su defecto seguir encadenados a un modelo (para pocos) financiero, improductivo y especulativo que siga dejando jirones de miseria en todo el territorio nacional. 

lunes, 24 de junio de 2019

EN BUSCA DE LOS CANDIDATOS PERDIDOS

Artículo de opinión
EN BUSCA DE LOS CANDIDATOS PERDIDOS
Por: Vicente Scordamaglia

El titulo de este artículo no es ni una chicana ni una ironía, se trata simplemente de una descripción de la realidad que describe el lamentable estado del sistema partidario en argentina. La confusa búsqueda y aún más, la selección de los candidatos (previa a las primarias) por el cual transito la mayoría de las formaciones políticas antes que se agotara el plazo de inscripción de los frentes electorales y a posteriori los candidatos, parecía  una subasta de personajes que en su devenir, se iban configurando como referentes de un sector con algunas posibilidades o en su defecto, operaciones de disgregación para vueltos a juntarse en otros frentes de acuerdo a como se iban posicionando en las encuestas.
En lo que va del año y hasta la fecha, la dirigencia nacional tejió las más alocadas trenzas políticas eludiendo un sinfín de principios y valores (o si usted quiere “códigos” al fin) saltando de un lado al otro de los espacios electorales que poblaron todo el arco político nacional con la intención de posicionarse elaborando complejas alquimias inter partidarias para producir una argamasa posible que les diera como resultado, un candidato y un vice que incremente las posibilidades electorales de los actores del complejo escenario nacional argentino.  
En este contexto donde están  ausentes las ideologías y los partidos políticos, la democracia, quedo huérfana de contenido dejando a los analistas políticos y a los formadores de opinión (influenciadores profesionales) la tarea de comunicarle al electorado las bondades de uno u otro candidato.

Finalmente  cada frente electoral que ya no es lo que eran, pudo reproducir formulas a Presidente y Vice en línea con el lanzamiento anticipado por la formula Fernandez-Fernandez que revolucionó y aceleró los tiempos de las posibles alianzas electorales determinadas por las causas judiciales que pesan sobre la ex presidenta por un lado y por el incesante desgaste que viene sufriendo el gobierno nacional.
Las prácticas consumadas que se pudieron observar como método de selección que excedió los límites partidarios y todo lo visto hasta la fecha en cuestiones de alianzas electorales, excluyó por completo también, los límites ideológicos que por primera vez en la democracia argentina puso más el acento en la búsqueda de consensos entre los dirigentes de distintas formaciones en busca de la unidad que en la defensa de sus creencias  ideológicas. No queda muy claro si esta es la forma adecuada de construir nuevas alternativas de gobernabilidad, en todo caso, se verá con los resultados lo que estas formas de construcción (en la que todo vale) produzcan en argentina; lo cierto es que lo que se viene obteniendo con esta fórmula en la que ya nadie se sorprende, es la búsqueda de un instrumento más que necesario que permita renovarle el crédito a la política y sus ejecutores que al fin son, la columna vertebral de la democracia en argentina.

Hasta aquí, lo único que hemos podido ver, es la inutilidad de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASOya que en su mayoría de los frentes presentados para esa eleccion por un motivo u otro, no competirán para elegir a sus candidatos, por el cual es motivo suficiente que amerita una rápida revisión y posterior transformación del sistema electoral eliminando si fuera necesario las primarias abiertas devolviéndole el rol y la responsabilidad que deben tener los partidos políticos en la elección interna y selección de sus propios candidatos. La democracia partidaria es el instrumento que mejor alinea a las distintas corrientes que participan en el ceno mismo de los partidos políticos enriqueciendo así, su plataforma electoral y selección de los mejores dirigentes disponibles que primero deberán rendir cuenta ante sus propios pares de su idoneidad para desarrollar exitosamente un plan de gobierno.

Finalmente,  sostener la democracia sin partidos políticos dificulta hablar de una democracia plena pues ellos, son los principales articuladores y aglutinadores de los intereses sociales. 

lunes, 10 de junio de 2019

COMO FUNDIR UN PAÍS EN CUATRO AÑOS

Artículo de opinión
COMO FUNDIR UN PAÍS EN CUATRO AÑOS
Por: Vicente Scordamaglia

Es evidente que la economía nacional no tiene ninguna fortaleza, siendo presa así de múltiples especulaciones financieras que borraron de raíz la posibilidad de algún desarrollo productivo. La timba financiera que instaló el gobierno del Ing. Macri por la necesidad de conseguir dólares fáciles del mundo (o de donde sea) desde el inicio de su gestión, benefició a unos pocos llevando a la mayoría de la gente y a empresas argentinas al borde de la quiebra y de un peligroso estallido social. La dolarización y la consecuente inflación en la que se encuentra sometida la economía argentina se está llevando a la rastra a todos los precios de la canasta alimentaria y con ello, las pocas esperanzas de los argentinos que ya descreen de la arenga presidencial que le reclama a la ciudadanía que aguanten un poco más que hay que seguir tirando del carro por este mismo camino.
Este Presidente ha transitado tres años y medio de gobierno sin entender que el que tiene que hacer el esfuerzo para comprender como se gobierna una nación es él junto a todo su equipo de ignorantes que lo acompañan (CEOs) que creyeron que un proyecto de nación es lo mismo que un plan de negocios; si así fuera (tan solo un plan de negocios) no han mostrado muchas habilidades que digamos ya que  también fracasaron estrepitosamente en el plano comercial desarrollando esa misma concepción que los deslumbra fundiendo literalmente al país al llevar a su economía al colapso total.
Es archisabido que Argentina, como cualquier país emergente, está expuesta a las variables de los mercados internacionales que en su voraz competencia descargan todo su lastre sobre países que no han desarrollado ninguna protección que proteja su frágil moneda. No se trata aquí de voluntarismo ingenuo y creer que porque nos visitan personas “ilustres” del mundo ese solo hecho nos pondrá en una mejor posición para comerciar con el mundo globalizado. Quizás Macri (el presidente) todavía no ha tomado conciencia que los reiterados errores que viene cometiendo su gobierno los paga dolorosamente la gente, como  consecuencia, no han hecho otra cosa que dilapidar las esperanzas de todo un pueblo que creyó poder encontrar una salida al estancamiento económico financiero de años de fallidos intentos de buscar el bienestar común y creer ingenuamente que el liberalismo financiero nos proporcionaría la solución. Hoy, el gobierno se encuentra en una encrucijada con un presidente devaluado, con aliados descontentos y un pueblo indispuesto a no renovarle el crédito para que siga rifando la confianza de la gente por otros cuatro años más. La prueba de la impotencia de este equipo gobernante está a la vista, el gobierno en vez de buscar soluciones a la grave crisis en la que se encuentra nuestro pueblo, optó por desplegar una violencia inusitada sobre dirigentes de la oposición, apela a las peores prácticas políticas que dijeron que venían a cambiar, hecho que confirma la incapacidad para salir de la crisis ante el temor manifiesto de perder las elecciones nacionales en primera o en segunda vuelta con cualquier fórmula que la oposición pueda  presentar.
Como consecuencia de esta realidad que muchos intentan esconder, el gobierno ha desatado una violencia institucional amplificada desde los medios de comunicación adictos, deformando los hechos en la búsqueda de episodios en los que se hubieren metido los candidatos de la oposición  para ventilarlos frente a la opinión pública y someterlos a un desgaste inusual de acusaciones y desmentidas desalentando a toda la sociedad acerca de la conducta de la oposición.
Estos personajes siniestros, que se especializan en deformar la realidad tal cual es, algún día tendrán que rendir cuentas frente a la sociedad por haber sometido a los argentinos a la permanente duda infundada, creando altos niveles de incertidumbre y forzándolos al consumo diario de mentiras que los mantiene en un estado de anímico de máxima tención reñidos entre sí.
Es indudable que el gobierno no tiene otra cosa que mostrar (después de cuatro años de gestión) más que una serie de episodios confusos en los que se pueden encontrar algunos candidatos de la oposición, lo que no se dan cuenta es que con la misma vara, la gente evaluará la gestión oficialista y los episodios de corrupción que el gobierno mantiene silenciados por el favor ¿qué les dispensan? la mayoría de los medios de comunicación.

La campaña ya está lanzada, lo mismo que la agresión: golpe por golpe solo contribuyen aun más a la confusión reinante promovida de un lado y del otro del arco dirigencial, el ataque artero es la moneda corriente que suplanta a la propuesta, a la verdadera lucha por la idea, a las mejores ideas que les permita a los argentinos una salida democrática plural y solidaria para que así en un marco de unidad responsable, poder abandonar definitivamente la mediocridad en la que se encuentra postrada la nación toda.  

domingo, 26 de mayo de 2019

EL CAMINO A LA PRESIDENCIA ESTÁ PLAGADO DE BUENAS INTENCIONES

Artículo de Opinión
EL CAMINO A LA PRESIDENCIA ESTÁ PLAGADO DE BUENAS INTENCIONES
Por: Vicente Scordamaglia

El mensaje de los candidatos es mostrarse frente a la opinión pública seguros de que, si los ciudadanos los eligen, sacarán al país de la tremenda crisis que sacude las entrañas mismas de la economía nacional y por ende, aliviar las economías familiares que se encuentran al borde del colapso general. En realidad, hasta ahora, los candidatos esgrimen pocos argumentos cuando tienen que explicitar como realizarán semejante hazaña que los elevará, si lo logran, a la categoría de los nuevos dioses de la política argentina, máxime cuando quienes se proponen para el desafío ya pasaron por el gobierno y no les es ajeno que Argentina desde el punto de vista económico, se encuentra en banca rota.       
A esta altura de los acontecimientos, el gobierno de  Mauricio Macri es poco lo que puede ofrecerle a los argentinos después de gestionar durante casi cuatro años de mandato, este espacio ya ha agotado casi todos los recursos de una gestión fallida, el margen de confianza que le queda, otorgado por el electorado, es extremadamente estrecho y solo se aferra a un milagro que produzca una importante baja de la inflación a través del control de cambio manteniendo el dólar estable y  enfatizando aún más su consigna (devaluada) favorita: ¡este es el camino correcto! ¡SÍ se puede! mientras provoca en el resto de las variables económicas una sangría que afecta significativamente al conjunto de los argentinos.

Desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri, las propuestas políticas en Argentina duran poco; se mueren antes de dar a luz. Desde la reciente puesta en escena de Sergio Massa convocando a todos los argentinos a trabajar mancomunadamente sobre la idea de desarrollar diez puntos (algo así como la tabla de los diez mandamientos) básicos para ser consensuado por todos los espacios políticos, sufrió en menos de un mes, una serie de mutaciones en la medida en que fue reformulada por otros sectores, el mismo gobierno comenzó a convocar con una serie de propuestas que la ciudadanía ya no sabe si son similares o si solo se trata de ganar tiempo para llegar hasta las próximas elecciones. Además, qué sentido tiene faltando tan poco ya nadie les cree. Recordemos que en medio de toda esta confusión el gobierno intentó un nuevo y malogrado control de precios que prácticamente, no solo que no se cumple (salvo en unos pocos productos) sino que además no llevó ningún alivio a la población y solo sirvió para promover nuevas incertidumbres
Las próximas elecciones en lo que respecta a los números y probabilidades proporcionados por los encuestadores no varían mucho de lo que fue la elección de 2015. Por ahora los pronósticos preliminares acerca de las preferencias ciudadanas para primera vuelta se reparten en tres frentes que por ahora no se sacan ventaja y ninguno consigue consolidar una posición efectiva en el electorado.
Lavagna que va y viene, agita sus laureles conseguidos en la crisis de 2001/2002 y exige que se lo proclame candidato por consenso y no por elecciones democráticas en las primarias PASO, lo hace porque es sabedor que la economía argentina está tan dañada que requiere una apoyatura política que exceda el marco de las formaciones políticas de la que dispone para el desafío que viene, es decir que pretende sumar a su propuesta a organizaciones sociales, empresarios y gremialistas para encarar la difícil tarea por venir. Algo así como fue el acuerdo económico y social realizado por Duhalde, Alfonsín y la Iglesia, solo así dice, se podrá emprender la tarea que por demás será gigantesca.

Massa es quizás el político mejor preparado para liderar el desafío y en base a ello no deja de rendir examen para hacerle ver a los argentinos que posee el liderazgo suficiente y el conocimiento de cada uno de los problemas, como así también la solución pero no logra perforar su propia marca de las últimas dos elecciones (presidenciales 2015 y legislativa 2017)

Macri se aferra a un imposible por llegar a las próximas elecciones antes que el plan pergeñado con el fondo monetario internacional le explote en la cara. La convocatoria a todos los actores de la sociedad más que un plan de emergencia se parece más a un manotazo de ahogado que en su desesperación, intenta camuflar con dádivas a los gobernadores y a algunos gremialistas que su gestión económica ha sido un rotundo fracaso llevándose puesto a casi todos los sectores productivos de la nación que reclaman medidas urgentes al tiempo que sectores de su propio espacio le piden al presidente que tenga un gesto de grandeza y convoque a sus partidarios a revisar su propia fórmula presidencial.

En medio de este desaguisado, la ex presidenta lanzó su fórmula presidencial. Ya todos sabemos el impacto que produjo la formula Fernández - Fernández obligando a propios y extraños a revisar sus estrategias de campaña. Desde de allí, el kichnerismo crece lento pero sin techo esperando que la estrategia de Napoleón le de los frutos esperados así enseñaba el estratega: “nunca molestes al enemigo cuando esté cometiendo tantos errores”; con solo dar algunas señales al gran número de indecisos (¿es en este caso el cuarto espacio en disputa?) para intentar dar el gran salto de ganar en primera vuelta, tarea que le cabe a Alberto Fernández en enfatizar de que ahora sí van a volver pero para ser mejores corrigiendo aspectos importantes de su modelo esbozado ya en el lanzamiento del libro de Cristina Fernández (Sinceramente) transformado en acto político; ese día delineó un par de propuestas interesantes desde donde va a construir un nuevo relato para seducir a las numerosas capas medias y trabajadores del país: construir entre todos un nuevo contrato social y una reactivación del mercado interno, base indispensable para reconstruir el tejido social.    
Quizás debamos reflexionar sobre nuestro pasado inmediato rescatando como aprendizaje que el futuro se construye necesariamente con la elaboración del pasado.
En este sentido lo acontecido y lo por acontecer se relacionan profundamente. Es muy conocida la frase popular que dice que ni siquiera Dios puede cambiar el pasado pero se cuenta que hace unos años, el rabino Joseph Soloveichik sorprendió y desconcertó a sus alumnos cuando les dijo en una clase que: "el ser humano es el único ser en la creación que tiene la capacidad de rectificar el pasado". Sus discípulos se quedaron atónitos ante lo que habían oído del maestro. Soloveichik serenó los ánimos y explicó sus palabras diciendo que: la visión que tenemos sobre el pasado es absolutamente subjetiva y cambia en la medida en que cambiamos nuestra visión del presente. La intención de rectificar nuestras conductas éticas futuras modifica nuestra perspectiva del pasado. ¿Será posible que así sea? El pueblo que todo lo sabe en unos pocos meses, dará su veredicto final.



lunes, 20 de mayo de 2019

LA CENTRALIDAD DEL PODER

Artículo de opinión
LA CENTRALIDAD DEL PODER
Por: Vicente Scordamaglia

Mientras los editorialistas profesionales se aprestaban a dar cuenta en sus relatos de lo que ocurriría el día martes en Comodoro Py con el juicio a Cristina Fernández, una noticia que cayó como un rayo en medio de la tormenta electoral, impactó de lleno en el corazón mismo de la política obligando a todos los interpretadores de la realidad a trabajar horas extras.

La noticia del día sábado que la misma Cristina daba a conocer sobre secundar la fórmula presidencial de su espacio, esto es: Alberto Fernández presidente y Cristina Fernández vice, sacudió todo el escenario nacional y por carácter transitivo también en el plano internacional. Tres pasos de estrategia política le bastaron a la ex presidenta para retomar la centralidad del escenario electoral y poner a todo el oficialismo y los oficialistas al borde del colapso total: el primer acto fue el lanzamiento del libro Sinceramente, en el cual, recuérdese, instaló a su candidato con una mención especial en un marco donde se especulaba acerca de su propia candidatura, el segundo acto se trató de una jugada fundamental allí mismo en el centro del corazón del partido nacional Justicialista  que le garantiza la hegemonía partidaria vacante hoy de conducción real a nivel nacional, y la tercera, lanzar su fórmula presidencial para acompañar a Alberto Fernández como Vice presidenta a pocos días de “ser juzgada” por la obra pública.
Hasta aquí la descripción de los hechos encadenados que obligaron a todos los medios de comunicación a hablar de este acontecimiento relevante y sin exclusión por sobre el del juicio a su persona a realizarse el día martes 21/5 que seguramente no durará (por más que quieran) los medios oficialistas más de un par de días a lo sumo. Pero más allá de la relevancia de los acontecimientos que nos exige reflexionar, lo cierto es que la profundidad de los acontecimientos interpela a toda la sociedad y obliga a su sistema de representación a barajar y comenzar de nuevo por la singularidad de lo que acabamos de describir.

La ex presidenta en su alejamiento forzoso del gobierno luego de que perdiera su candidato (Daniel Scioli) no perdió nunca la gimnasia del poder, y como tal para bien o para mal estuvo en el centro de la escena,  es más, me animaría a decir que manipuló los acontecimientos que se fueron sucediendo a discreción obligando a todos los actores sociales, políticos, económicos y judiciales a jugar su propio juego. Los medios de comunicación afines al gobierno y los mayores interesados en su destrucción (literal) en su afán destructivo, contribuyeron a mantener su imagen viva ya que no tienen ni tuvieron otro proyecto más que el de sacarla definitivamente del escenario político olvidándose de aquel axioma que dice: “no importa si hablan mal o bien de mí, lo importante es que hablen”; es decir que la plena vigencia que tiene hoy la ex presidenta mucho se la debe a lo que los medios quisieron hacer de ella y no pudieron produciendo el efecto contrario. Mientras los medios de comunicación procedían sistemáticamente a la destrucción de su imagen y al proyecto Kirchnerista, el gobierno quiso pero no pudo convencer a los argentinos de las bondades de un proyecto de exclusión permanente y   destrucción del aparato productivo junto al saqueo de la economía nacional.

Créanme, ya es tarde para intentar algún otro experimento en contra de la ex presidenta, los sorprendió a todos y todas y los dejó sin reacción en las puertas de las elecciones. La andanada de basura exhibida por los medios en los tres años y medio en general y los últimos dos días en particular es directamente proporcional al poder que acumula la ex presidenta. La falta de legitimidad que alcanzaron todos los instrumentos de la nación llámese, poder ejecutivo, poder legislativo y poder Judicial, en ser parte de numerosas operaciones armadas para desacreditar a la principal opositora al actual modelo Macrista, se les volvió en contra y ahora están pagando la mayor falencia de su  gobierno que, en vez de gobernar para el pueblo lo hicieron para unos pocos empresarios destruyendo lo poco que quedo en pie del intento de construir un estado de bienestar que con todos los errores era incipiente en el gobierno anterior. 
Para finalizar (ya que estimo que por la singularidad de los acontecimientos aquí se abre una nueva etapa de nuestra historia) permítanme apuntarles a aquellos que dicen que todo sigue igual, se equivocan, sean estos oficialistas u opositores deberán revisar sus posiciones políticas si no quieren quedar en el ostracismo de la historia en donde los pueblos en esa instancia suelen ser particularmente crueles con los insensatos. Para aquellos actores que hegemonizan la atención pública de estos días (Fernández, Fernández) habrá que ver si cumplen con el mandato que espera la mayoría de los argentinos, esto es, que un Fernández nos saque definitivamente de la grieta y junto al otro convoquen a todos a aunar esfuerzos compartidos para construir un modelo de república para todos los argentinos sin exclusión.   
  

             

lunes, 29 de abril de 2019

LA COYUNTURA

Artículo de Opinión
LA COYUNTURA
Por: Vicente Scordamaglia

Argentina está en una coyuntura peligrosa en la cual el gobierno puede no llegar a las próximas elecciones o, en el mejor de los casos, llegar demasiado desgastado para ser competitivo. El deterioro de la economía y la intranquilidad de la gente sumados a los sectores productivos en quiebra, que ven asomar una hiperinflación en el horizonte (si no dominan las corridas del dólar) son la suficiente razón para que el país entre en un colapso generalizado. Esto es, claro, si no se implementan medidas urgentes que contengan a los millones de argentinos que padecen los rigores del rumbo económico que este gobierno está empeñado en profundizar pareciéndose cada vez más (con otro signo ideológico) a una Venezuela de Macri.
¿El gobierno tiene una bala de plata frente a esta situación tan desfavorable? Según los datos de algunos economistas tiene una combinación de dos salidas posibles de la coyuntura desfavorable en la cual se encuentra entrampado, una es económica: usar las reservas del Banco Central para evitar las corridas especulativas por fuera de las restricciones del fondo (FMI) y la otra medida es política algo que se ratificó en estos días por el círculo rojo que viene pidiendo (con insistencia) cambiar de candidato, esto es, el llamado plan V es decir el recambio de Macri candidato por la gobernadora Vidal. La medida económica presupone nuevos riesgos, en la medida que la incertidumbre se profundice aun más, se corre el riesgo de que se licuen rápidamente las reservas del Banco Central acelerando la crisis aún más y que ésta, a su vez, sea ingobernable, de allí que se busque restablecer con la medida política, la confianza perdida en la gestión actual apostando por una candidata (María Eugenia Vidal) mejor ponderada que el actual Presidente dando un poco de certidumbre a los mercados y generar a partir de ello alguna expectativa en los sectores medios de la población allí donde se encuentra el mayor número de indecisos que son quienes definirán la próxima contienda electoral.    
No está demás insistir en que Argentina atraviesa una situación dilemática, los proyectos de quienes encabezan las encuestas y que se presupone serán los más votados Cristina o Macri (ambos) arrastran densas falencias en su gestión de gobierno: el proyecto Kirchnerista si bien produjo importantes reformas dirigidas a solucionar problemas que padecían importantes segmentos de la población más necesitada todavía requieren la asistencia del estado nacional para encontrar alguna solución a sus demandas incrementadas por la mala gestión del gobierno actual; todavía subyacen, sobre todo, aquellas de carácter estructural como la pobreza extrema y la marginalidad que se han incrementado con las políticas implementadas por el gobierno actual, sin embargo y a pesar de la gran problemática social, política y económica importantes segmentos de la población está dispuesta a votarlos aun con la carga de corrupción y falencias que sobrellevan en sus mochilas los dos actores principales que confrontarán en el próximo acto eleccionario nacional. Es evidente entonces que el festival de denuncias vertidas de un lado y otro  de la grieta actual, no logran mellar la confianza de quienes todavía conservan una cierta confianza de vastos sectores de la población sobre aquellos que lideran la intención de votos para el próximo acto electoral.
Si esto es así, la desconfianza puede no ser para este caso un elemento determinante a la hora de otorgar el voto para encarar un programa de gobierno en tanto y en cuanto el candidato encarne un objetivo superior a todas las bravatas de mentiras vertidas para conseguir votos y obtenga así un porcentaje de confianza relativa para favorecer intereses sectoriales. Cabría preguntarse entonces, ¿existen los límites? Claro que existen los límites, yo tengo muchos y no estoy dispuesto a hacer ninguna transacción con ellos en tanto y en cuanto el beneficio de la salida de la crisis sea mayor al daño que esta pueda ocasionar, por ello los medios de comunicación terminan siendo una herramienta decisiva a la hora de definir el voto de los indecisos.
A pesar del espacio ocupado por las redes sociales en detrimento de los medios tradicionales de comunicación, siguen siendo ellos un núcleo duro de periodistas estrella, quienes instalan la agenda nacional convirtiéndose en los grandes influenciadores de la opinión pública para “arrear” el voto del electorado.
La verdad es inentendible lo que nos pasa; Argentina con su enorme potencial para producir alimentos para millones de personas y  siendo uno de los países con mayor número de cocineros per cápita tiene a la mitad de su población infante sumida en la miseria y otras tres cuartas parte de los niños mal alimentados; la misma contradicción la tenemos al observar la cantidad de economistas que circulan  por los medios de comunicación (cada uno con sus verdades relativas) sin poder acertar con algún programa económico o medida de gobierno que resuelva (como lo han hecho otros países) el creciente deterioro financiero de nuestro país.
Cada vez que se habla de coyuntura política o  económica nos referimos a una etapa del desarrollo estructural de un proyecto o de un plan de gobierno. La coyuntura a la cual nos referimos es la descripción de un momento de la historia en la cual los actores sociales asumen un rol decisivo en dicha  coyuntura. 
Las últimas siete elecciones provinciales en donde el oficialismo salió tercero, comienzan a marcar una tendencia peligrosa para el gobierno que desespera a distintos sectores afines al gobierno nacional que no dudan en tomar partido y amedrentar a los ciudadanos desde distintos mecanismos de persuación, lo patético de estos días lo protagonizó la señora Mirtha Legrand insuflando su miedo para que toda la sociedad tome nota del riesgo que corren los argentinos si deciden votar a Cristina Fernández. Lo cierto es que con todo lo que puedan decir de los gobiernos populares, estos sectores cercanos al liberalismo financiero son y fueron los que en mayor medida se han beneficiado de sus políticas económicas. Los ricos siguieron siendo ricos, las capas medias tuvieron acceso a mejoras que permitieron obtener una clara posición ascendente y los sectores más postergados de la sociedad obtuvieron una mejora en su calidad de vida, lo que equivale a decir un poco de justicia social. La coyuntura política que vive la Argentina entonces, exige un compromiso mayor de todos los sectores activos de la sociedad ya que lo que decida la población en Octubre nos tiene que permitir salir de la mediocridad y el fracaso perpetuo. Las sociedades inmaduras crean una serie de “monstruos” para combatir a otros, la actual crisis terminal que nos muestra la coyuntura actual ¿nos permitirá madurar y construir un mejor porvenir para todos? 

 






martes, 26 de marzo de 2019

ATRAPADOS ENTRE KAOS Y DESCONTROL

Artículo de opinión
ATRAPADOS ENTRE KAOS Y DESCONTROL
Por: Vicente Scordamaglia

Maxwell Smart trabaja para la agencia de contrainteligencia CONTROL como el Agente 86, un individuo totalmente inepto, que se las arregla junto con sus compañeros a frustrar las operaciones de la organización criminal KAOS.

Servicios de inteligencia, espías, dobles agentes, pinchaduras, grabaciones, operaciones múltiples, asociación ilícita de jueces, fiscales y periodistas, operaciones de prensa con sus  montajes en donde abundan pruebas que son plantadas para armar causas en las que nada se prueba y cumplen un solo objetivo, el de desgastar a los adversarios y mantener a los ciudadanos en tensión continua  en contra de los políticos y sus prácticas “corruptas”.
Como se ve a diario, la mayoría de los programas de televisión, radio o prensa escrita manejan una cantidad de información proveniente de las usinas de información proporcionada por personajes de dudosa identidad. Seguimientos, escuchas ilegales, amenazas y extorsiones son proporcionadas continuamente por estos sujetos con lo que a diario se confeccionan la totalidad de los programas políticos y económicos que consumimos los argentinos.    

Si no fuera por la dramática situación que está viviendo nuestro pueblo, desde lo económico social pasando por lo político y laboral llegando a situaciones de extrema conflictividad, diría que nuestro país se parece más a una serie de espionaje del agente (86) del recontra espionaje el célebre Maxwell Smart, que a un país en serio que trabaja unido por el bien común de sus ciudadanos. 
El escenario nacional invadido por la peor especie de nuestra sociedad (espías y agentes encubiertos) domina la agenda informativa de los medios de comunicación y ocupa la preocupación de algunos políticos que decidieron hacer política realizando denuncias (denunciantes seriales) en contra de sus adversarios sosteniendo relatos muy bien construidos proveniente de estos siniestros sujetos de donde surge toda la información de la cual se nutren su discurso político. 

Mientras el reclamo de mesura se hace sentir en busca de un cierto equilibrio para analizar la política entre la realidad y la ficción a la  que nos tiene sometidos la vida nacional, pensaba en las últimas declaraciones del Presidente Macri, en cuyo discurso se observa que tiene cada vez más que ver con un hombre extraviado en un inconsistente relato de la realidad y menos con el de un jefe de estado centrado en un plan estratégico que saque a la Argentina de la brutal crisis en la que se encuentra, fijando los ejes de un crecimiento sostenido que eleve la calidad de vida de los argentinos; en realidad, no hay forma de que esto suceda mientras la verdad provenga de las cloacas de la nación y la clase política intente sacar ventajas removiendo los excrementos de años de desidia y descontrol de los valores necesarios que requiere la ciudadanía para construir una república.      

Si Kaos sigue sosteniendo posiciones extremas desoyendo el clamor de la gente para construir un país unido , mientras Descontrol solo proponga ajustes feroces sin sentido y sin ningún resultado más que el sacrificio de los argentinos y la noventa y nueve (99) amenace con incendiar el país denunciando a miembros de su misma coalición como lo hace con la oposición, pues entonces, mucha grandeza tendrán que exhibir aquellos que ofrecen constituir una nueva alternativa para el país a la hora de alejarse de los egos personales para fundar una nueva mayoría que saque a la argentina del fracaso y la miseria estructural. 
Pregunta el súper agente 86 _ ¡¡¡no me diga que si los que proponen una nueva alternativa fracasan el país se va a la mierda, perdón digo, no tiene futuro!!!_  la respuesta es:
_no tenga ninguna duda_
_¡le dije que no me lo diga!_


Nota: estimado lector ubique usted con libertad a los personajes como quiera, el grotesco será igual. 

lunes, 11 de marzo de 2019

“DEL DERECHO Y DEL REVÉS, UNO SÓLO ES LO QUE ES Y ANDA SIEMPRE CON LO PUESTO”

Artículo de opinión
“DEL DERECHO Y DEL REVÉS, UNO SÓLO ES LO QUE ES
Y ANDA SIEMPRE CON LO PUESTO”
Por: Vicente Scordamaglia

La campaña electoral 2019 en Argentina comenzó con una aspereza inusitada. Las acusaciones, calumnias y operaciones (de un lado y otro) para vincular a los candidatos con los peores males de la Argentina, escalan peligrosamente en un escenario de extrema conflictividad social, contexto este donde ya nadie disimula sus intereses y los sectores más activos de la sociedad (políticos, gremiales, jueces, fiscales empresarios y medios de comunicación) juegan sus intereses a fondo para no quedar involucrados con el nuevo fracaso argentino al que inexorablemente nos conduce el gobierno de la coalición gobernante. 

Es poco probable que a esta altura de los acontecimientos tanto mensaje inducido influya en el electorado nacional, cansado ya de operaciones de desprestigio que involucran ya no solo a la clase política, sino a todo personaje público con alguna aspiración política o expectativa de poder. Salvo unos cuantos desprevenidos que les promueva algún efecto en sus decisiones, la gran mayoría  del electorado nacional ya no compra más verdura podrida y espera de su clase dirigencial respuestas urgentes y definitivas a los múltiples problemas que afectan a la población.

Aterrorizando a la gente en caso de que si ganara algún candidato de la oposición el país se  encamina al infierno tan temido, suena provocativo y hasta   irresponsable ya que la mayoría de los argentinos se ven ya en las puertas del purgatorio consumiendo el último aliento de sus esperanzas.

La ingeniería pergeñada por los mentados estrategas de campañas presidenciales comenzaron con declaraciones fallidas, las perturbadoras declaraciones realizadas por el mismo Durán Barba (en caso de que gane Cristina creará milicias populares) tratando de infligir temores desmesurados a los ciudadanos con mensajes apocalípticos, no hacen otra cosa que ensanchar aun más la grieta que divide a los argentinos.
Es evidente que la necesidad de profundizar la grieta en beneficio propio, muestra con claridad la falta de percepción que tienen estos insensibles sujetos a la hora de testear el ánimo de la gente para las próximas elecciones, inventando espejismos inalcanzables con declaraciones falaces sobre la conducta de la oposición (posibles remplazo al gobierno nacional) creyendo que de esta forma podrán impedir la construcción de una alternativa presidencial.  
En la medida en que se consolide una tercera opción con buenas perspectivas electorales como la que se está configurando dentro mismo del espacio opositor, desaparecerán definitivamente los temores de formar un nuevo gobierno con mejores perspectivas del que está ofreciendo el gobierno del Ing. Macri.

Mientras todo esto sucede, los políticos argentinos por estas horas, comienzan a padecer el síndrome que recorre a todas las democracias del mundo en estos tiempos electorales, algo tan elemental pero necesario como el que la obtenga, correrá con una ventaja comparativa sobre el resto: “La credibilidad”. En esta época de desconfianza generalizada en donde “nadie es lo que es y anda siempre con lo puesto” el mandato común para todos los políticos que aspiran a tener el reconocimiento de la sociedad y la búsqueda del voto para las próximas elecciones presidenciales, (cuando este tenga que ratificar o rectificar el rumbo del país) será la de seguir consolidando una democracia plena en un país que todavía debe saldar con suma urgencia el default social en el que se encuentra sumergida la nación argentina por la voluntad de unos pocos en desmedro de la desazón de unos cuantos.
Ni la verborragia extrema ni la falta de comunicación con el electorado, podrán suplantar la falta de un proyecto de nación que redunda en la ausencia de representatividad que padece la clase dirigencial argentina. En el mismo momento en que todos proponen lo mismo descargando la responsabilidad de la gravedad que padece nuestra nación en los otros y en donde el electorado es bombardeado por los medios de comunicación con episodios de corrupción y delitos varios, la sociedad acumula su bronca para ser descargada a la hora de elegir a sus próximos representantes. Así, en este contexto confuso y complejo, la búsqueda de la verdad será lo que marque la diferencia entre uno y otro proyecto a la hora de dirimir el voto popular en donde se  ratificara  o rectificará el rumbo económico y político que ha tomado nuestro país. Millones de argentinos quieren conocer la verdad tal cual es, y construir sobre la base de ella un progreso que el tiempo en su transcurso ratifique y fortalezca.

¡Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio!