jueves, 19 de julio de 2018

DEMOCRACIA VIGILADA

Artículo de Opinión
DEMOCRACIA VIGILADA
Por: Vicente Scordamaglia

La información que está circulando por estos días de que efectivos norteamericanos se encuentran realizando maniobras de instrucción a nuestras fuerzas de seguridad, con el argumento de optimizar la seguridad en vistas a la Cumbre del G20, dista mucho de ser un argumento válido, y mucho menos cuando es pasado olímpicamente por alto el Congreso de la Nación en cuanto a sus responsabilidades y sus facultades inherentes a uno de los tres Poderes de la Nación.  
Si así fuera, perfectamente factible una asistencia profesional, no queda muy claro porque no se autoriza por vía legal y legítima con una presentación a las dos Cámaras del Congreso el ingreso de fuerzas militares estadounidenses para tal fin en territorio argentino según dicen. Así, en los términos planteados por el gobierno nacional, no solo es ilegal sino que además es un daño a la soberanía de nuestro territorio nacional.

Este tipo de operaciones, están perfectamente contempladas en la ley 25.880 en donde dice  que el Poder Ejecutivo debe solicitar al Congreso de la Nación la autorización para permitir el ingreso de tropas extranjeras en nuestro territorio, lo mismo que si fuera en el caso contrario de autorizar su salida de nuestras propias fuerzas armadas por el motivo que sea.    
Así debe hacerse  (según mi conocimiento parlamentario) mediante  presentación de proyecto de ley, refrendado por los ministros competentes.
En este sentido bien cabe hacerse la pregunta: ¿por qué el gobierno no realiza el trámite correspondiente en vez de transitar el atajo teniendo los instrumentos necesarios? Tal vez se podría pensar en lo engorroso del trámite, o que el gobierno quizás no tiene ganas de someter dicha decisión a manos de los legisladores teniendo en cuenta que pesa sobre sus espaldas la carga sobre la decisión de no haber pasado por el Congreso el pedido del préstamo con el Fondo Monetario Internacional.
Algunos legisladores ya comienzan a hacerse la misma pregunta y solicitarían un pedido de informes al Poder Ejecutivo a sabiendas que difícilmente dicho informe prospere, pero dejando bien en claro que dichas prácticas no solo son perjudiciales contra la calidad institucional sino que además, constituye un serio riesgo que el gobierno pone en juego sobre la soberanía nacional.
La dependencia de este gobierno con el poder internacional se manifiesta en la pérdida de soberanía económica cuando deciden acudir nuevamente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y solicitar un nuevo salvataje de 50.000 millones de dólares sin olvidar que anteriormente ya había solicitado 140.000 millones  que en el término de 30 meses este gobierno endeudó a los argentinos poco menos de 200.000 mil millones de dólares (a una tasa del 8% con probabilidad de que se incremente al 10% si no se consigue llegar a alcanzar las pautas impuestas por el FMI) no para proyectos productivos sino para paliar el déficit, en el cual esta misma administración nos ha colocado en tiempo récord sin que todavía se visualice mejora alguna para el país y nuestro pueblo.
Cuando los mercados internacionales huelen conflictos y poca solvencia de credibilidad, no solo que no invierten sino que además participan del desguazamiento de las naciones en quiebra. 
Finalmente hay que destacar que ambos problemas son parte de la misma trama en donde el gobierno del Ingeniero Macri acaba de colocar a la República Argentina en una franca dependencia económica y si cabe la hipótesis también territorial aceptando las recomendaciones del FMI y adiestrando a nuestras fuerzas de seguridad no solo para la seguridad del G20 sino para contener (o reprimir) los seguros conflictos sociales que sin duda con el ajuste que el mismo gobierna, están a punto por detonar.