viernes, 7 de septiembre de 2018

LA ÚLTIMA CRISIS

Artículo de Opinión
LA ÚLTIMA CRISIS
Por: Vicente Scordamaglia

Desde aquel discurso en el Congreso de la Nación (inauguración del periodo legislativo Marzo 2018) cuando el Presidente le dijo a los argentinos: ¡lo peor ya pasó! Han pasado tan solo cinco meses y hoy en día, revocando su propio diagnóstico le plantea a toda la sociedad que: ¡estamos en emergencia! No queda muy claro si el Presidente debe seguir confiando en esa vocecita que le dice al oído estamos mal pero vamos bien (no sé si le suena) o que alguien le diga que no lo escuche más porque ese que le sopla al oído es Drácula.
La verdad es que todos esperaban algo más del último discurso Presidencial, más allá de la cosmética realizada de cambios de nombres de algunos ministerios pero que en realidad ahora son Secretarías y para ello se crea la Secretaría de Gobierno, para contener a los mismos funcionarios salientes, vemos con desagrado que estas actitudes ayudan a que se siga desdibujando la emoción con la que intentó revestir  su relato y me pregunto: ¿fue real o solo fue una sobreactuación del Presidente en el intento de calmar las aguas y dar señales al FMI y o a los mercados para disponer ante el presente acuciante, mangazos que estaban previstos a futuro?. Achicar los ministerios sin achicar el presupuesto de los mismos es una falacia más por la que el gobierno terminará pagando un importante costo político en el corto plazo; en realidad, el recorte que pide Macri es para el resto del país pero poco esfuerzo se está pidiendo a la propia estructura de su gobierno, el ejemplo empieza por casa decían nuestros padres.
Retenciones para todos puede ser a simple vista algo justo, pero si alguien pasó el santo de cómo el gobierno lo implementaría y ese dato llegó como dicen a los muchachos que exportan cereales que apuraron sus exportaciones y con ello se ahorraron unos cuantos morlacos, pues entonces la medida arrancó mal desde su origen, ya que conlleva una nueva ventaja para aquellos que poseen información privilegiada, ¿algunos amigos del gobierno?, vaya a saber. 
La situación amerita evaluar con urgencia el relevo de un grupo de CEOs (gerentes) convertidos en funcionarios que condujeron al país hasta este descalabro, convocar a funcionarios un poco más experimentados en turbulencias económicas políticas y sociales es imprescindible, por suerte después de tantas crisis vividas, abundan en nuestro país.  
En el medio de una crisis semejante como la que dramáticamente informó el Presidente y donde una de las causas es cargarle la responsabilidad a la oposición con los episodios de los cuadernitos del señor Centeno me pregunto ¿Cómo pretende que muchos (políticos y empresarios) que se sospecha están involucrados en esas causas lo ayuden a salir del infierno? ¿Estamos frente a una ingenuidad más de este gobierno?
Es increíble pero el Presidente y sus funcionarios todavía actúan como espectadores, miran desde afuera como si no tuvieran nada que ver con la presente crisis y se apuran a victimizarse haciendo responsables a los opositores que no los dejan avanzar con el plan de gobierno que es el mismo que requiere el organismo internacional (FMI) que  conoce una sola fórmula: ajuste más ajuste y más ajuste.

Por ahora lo que se ve del nuevo orden planteado por el gobierno nacional para salir de la última crisis como la denominó en su discurso, son todas medidas recaudatorias y pocas o ninguna medida destinada a estimular la producción y el trabajo. En este sentido la constante devaluación de la moneda argentina por efecto de la evolución del dólar, impacta directamente sobre un sector clave en la economía nacional: ¡la clase media!. En los mil días de gestión de la administración gobernante, no se les ha escuchado otras propuestas más novedosas que: si se puede seguir recortando, si se puede seguir achicando si se puede seguir echando trabajadores a la calle, si se puede seguir subiendo las tarifas de los servicios públicos, si se puede seguir pidiendo esfuerzos a los trabajadores y sus familias. Hasta los mejor intencionados se preguntan ¿Cuándo paran de ajustar muchachos?

A partir de alguna información que se filtró en los medios de comunicación en medio de la crisis que alcanzó su máximo clímax entre sábado y lunes pasado, el presidente se hizo tiempo para jugar paddle, un partidito al fútbol y ver a su cuadro favorito, estos actos de recreación legítimos por parte de un Presidente, contrastan decididamente con el dramatismo que intenta interpretar el Presidente en sus últimos discursos.
Es importante que el ingeniero Macri deje de ser un Presidente ausente para asumir decididamente el rol político que corresponde. Profundizar el ajuste como único camino posible para resolver la presente crisis, no es el camino indicado para un pueblo que viene soportando desde hace dos años y medio una sucesión de recortes de su poder adquisitivo y falta de de trabajo; en realidad, frente a la magnitud de la crisis económica que vive el país, todos esperaban una amplia convocatoria del jefe de estado a todos los sectores más representativos del país para buscar con sus aportes, nuevos consensos y con su  participación, buscar juntos las medidas indispensables para despejar el camino del enfrentamiento constante y avanzar hacia la concordia nacional que ofrezca mejores condiciones para enfrentar el crucial momento que vivimos los argentinos.   
En este sentido, el gobierno nacional, deberá desalentar de una buena vez a personajes que lo único que aportan es nafta para apagar un incendio que se extiende peligrosamente por todo el territorio nacional; si la Diputada Carrió busca adrenalina para ser feliz no hace falta crear una crisis nacional: ¿no le alcanza para ello con su propia crisis existencial? 
Finalmente, mientras la crisis está en pleno desarrollo y nadie la gobierna, los principales referentes de la oposición incluidas las centrales de trabajadores, ocupan la mayor parte de su tiempo en tupidas reuniones advirtiendo que si esta crisis no es la última y no se corrige el rumbo de la política económica, nuestro país sufrirá las consecuencias más dramáticas de su historia democrática.
Para los argentinos entonces, solo queda esperar que la dirigencia esté a la altura de los acontecimientos para poner mesura en sus acciones y evitar así, un caos generalizado en nuestro país. 
Las crisis son oportunidades para corregir y crecer, pero cuando son recurrentes y se vuelve una y otra vez sobre las mismas complicaciones se transforman en una patología difícil de resolver.


domingo, 2 de septiembre de 2018

LA ERRATICA GESTION ECONÓMICA DEL GOBIERNO

Artículo de Opinión
LA ERRATICA GESTION ECONÓMICA DEL GOBIERNO
Por: Vicente Scordamaglia

Tanto que creen en el libre mercado los profetas de esa doctrina, que todavía no aprendieron a leer su mensaje: el mercado les está soltando la mano y les está diciendo enfáticamente que al igual que la mayoría de los argentinos no cree en el relato del gobierno.
Las jornadas caóticas que se viven en la argentina con respecto al rumbo de la economía, mucho se parecen a aquellos días aciagos  en donde por la mañana despertábamos con un valor de nuestra moneda y (producto de la relación valor dólar peso e inflación durante el día) por la noche, nos acostábamos irremediablemente devaluados con respecto a la suba del valor del dólar y las perdidas irremediables de nuestro poder adquisitivo.
Esta masacre de nuestros recursos financieros en la que el gobierno se empeña en defender, tiene un único culpable: el propio gobierno y su errática política económica.
La confianza, elemento fundamental para cualquier emprendimiento sobre todo en el ámbito de la economía, tiene como condición indispensable ser creíble, no solo en cuanto a su ética personal sino en la idoneidad profesional y en el manejo de las finanzas publicas.
Es indudable que la actual administración gubernamental en el término de casi tres años de gestión no ha podido responder exitosamente  a ninguna de estas dos premisas fundamentales, llevando a la argentina a una crisis de imprevisibles consecuencias. 
El radio pasillo poco ayuda a encausar la grave situación que vive nuestro país, es más, yo diría que es un elemento que aporta más confusión a la ya pocas claras respuestas que aporta el gobierno que no hace otra cosa que expresar su propio desconcierto.
El gobierno culpa a los mercados internacionales, los economistas se la dan con el gradualismo, los políticos se trenzan en disputas mezquinas de un lado y otro de la grieta y los fanáticos del gobierno responsabilizan a la oposición Peronista de su desdicha mientras el fondo monetario internacional pide más ajuste. Este escenario de conflicto perpetuo en donde la mayoría de los sectores productivos de nuestra sociedad se encuentran afectados por la falta de una política económica clara, completa un cuadro de irremediable desazón.
¿Se puede concebir tanta desgracia para un país que no encuentra el rumbo para concebir un proyecto común que nos fortalezca?

Los argentinos se han bancado como nunca los cambios que pretende este gobierno, es más gran parte del Peronismo acompañó las principales medidas que impulso el gobierno percibiendo, (con los instrumentos que dispone) perfectamente que la globalización comienza a hacer estragos en aquellos países (como el nuestro) que todavía no han sido capaces de concebir un orden institucional que los proteja; es imperioso entonces, concebir con urgencia una organización que  convoque al consenso entre todos los sectores con capacidad decisoria con el único propósito de destrabar los elementos que nos hunde  cada vez más en crisis recurrentes sin perjuicio de inventario.