martes, 5 de febrero de 2013

MISTER ED EL ASESOR PRESIDENCIAL

MISTER ED EL ASESOR PRESIDENCIAL
(El caballo que habla)

El gobierno pareciera haber decidido ya cuál va a ser el campo de batalla en el cual deberá confrontar su cruzada más aciaga, en un año electoral donde se juega ni más ni menos que el destino de su gobierno de cara a las elecciones presidenciales de 2015. El apuro en anunciar el insuficiente incremento del mínimo no imponible obedece a la necesidad de poder sacar alguna ventaja a los sectores gremiales que discutirán fuertemente la recomposición salarial, presionados por el atraso del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores.

Así, el supuesto “beneficio” que significaría atenuar el pago de impuesto a las ganancias para el trabajador (injusto por cierto) durará apenas tres meses, o el tiempo que cada gremio insuma en resolver su próxima paritaria, ya que, en el mejor de los casos solamente con que este incremento fuera del 20 % todo volvería a estar igual o peor que antes del incremento en términos reales o de bolsillo como más le guste.

A menos que la Presidenta esté asesorada por MISTER ED (el caballo que habla) a simple vista pareciera tratarse de un error de estrategia política al confrontar de lleno con casi todo el movimiento obrero argentino; sin embargo cabe preguntarse ¿qué beneficio podría sacar de esta confrontación con el sindicalismo en donde tantos gobiernos extinguieron sus expectativas de poder?

Para poder responder el interrogante que nos intriga, usemos toda la capacidad de la que disponemos para fantasear escenarios probables.

A la hora de definir el voto, los grandes sectores medios de nuestro país, (sectores que definen cualquier elección) tienden a evaluar una disyuntiva crucial para la vida democrática, esto es valorar con sentido equilibrado quién está en mejores condiciones de gobernar el país los cuatro años que establece la Constitución para el período presidencial. Este es sin duda un punto de inflexión entre el oficialismo y la oposición ya que lo que se evalúa fundamentalmente antes de definir el voto son dos cosas concluyentes: una es el carácter (representación y liderazgo) que posee el postulante para ganarse la confianza de la población y como consecuencia de ello la representatividad necesaria para poder gobernar y la otra es si posee los equipos eficaces para tal evento.

En este sentido los argentinos sabemos que visiblemente existen por fuera del gobierno no más de dos grupos con estas aptitudes, a saber: a la derecha del gobierno el Macrismo, a la izquierda Binner y un tercero hacia adentro del propio gobierno Scioli (la caracterización que le estoy dando a estos sectores es a los efectos de ubicarlos en un hipotético escenario no porque crea seriamente que representan dichas categorías ideológicas); algunas otras opciones son de construcción a más largo plazo como Massa o Urtubey, aunque el mismo De la Sota podría convertirse en alternativa si fracasan alguna de estas opciones de las que estoy mencionando; por fuera de estos que acabo de describir, no hay ninguna opción a la vista ni partidos ni dirigentes que cuenten con alguna chance electoral al día de este escueto análisis.

De nuevo la duda ¿cualquiera de estos sectores estaría en condiciones de gobernar el país?
Sí, en tanto cuenten con algunos apoyos indispensables: los sectores medios de la población, el sindicalismo más activo (o representativo) y sectores empresarios.

Este es el escenario probable que tenemos para este año electoral en el cual no se elige Presidente sino solo legisladores para ambas cámaras del Congreso, esto es Senadores y Diputados. Pero la importancia de las próximas elecciones están centradas en las futuras listas de diputados y senadores ya que por allí tendrá que pasar algún tipo de reforma constitucional aleatoria que habilite la continuidad de Cristina Fernández, ya que el gobierno no tiene otro candidato posible para su continuidad, a menos que habilite a un Scioli “condicionado”.

Aquí tendríamos entonces la explicación de MISTER ED (el caballo que habla) el gobierno pretende “obligar” a los dirigentes gremiales a exponerse al limite en una confrontación sin retorno (acentuando el desprestigio de algunos gremialistas) atomizando aún más sus representaciones frente a la opinión pública y exponerlos como grupos autoritarios y golpistas con el doble propósito de que: por un lado no les sea posible conformar una alianza con ningún otro sector contrario al gobierno y por otro evitar que generen listas de diputados propias dejándolos fuera de toda contienda como lo hizo este mismo gobierno en las últimas elecciones pasadas.

¿Pero por qué rifar el “apoyo” de los llamados gremios oficialistas como puede suceder en caso que persista en no achicar la brecha con lo que piden los gremialistas en su conjunto?; recuerde lector que le solicité capacidad para fantasear, fíjese, a nadie se le ocurriría pensar seriamente que el gobierno estaba dispuesto a contar por mucho tiempo mas con estos gremios que están en las antípodas de su pensamiento ideológico y con un alto nivel de desprestigio de alguno de ellos frente a sus bases a las cuales dicen representar de manera que para el gobierno tanto da que estén adentro como afuera del gobierno; adentro no le fue de mucha utilidad por lo que se ha visto, pero en este caso, afuera, cumplirían con la función de contribuir al “zafarrancho” opositor.

Se trata entonces, dice MISTER ED el asesor presidencial, que el gobierno debe proceder a sacarse de encima todo el lastre posible que acumuló en estos años de negociaciones espurias para limpiar su frente interno y aspirar a “traccionar” a toda la sociedad estimulando a la juventud y a los sectores más activos de la sociedad que alguna vez fueron fieles seguidores del gobierno de Néstor Kirchner convocándolos una vez más a una nueva épica patriótica y revolucionaria. Esto es la continuidad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Vicente Scordamaglia