Artículo de opinión
DE LA ENCERRONA A LA LIBERTAD SOLO
HAY UNA PASO
Por: Vicente Scordamaglia
La campaña electoral
para las primarias (PASO), tal como imaginábamos, cumplió con todas las
expectativas que despertó antes de su inicio; suba del dólar, tasas altas para
contener a los ahorristas, chicanas para todos los gustos, denuncias a fuego
cruzado, promesas incumplidas que vuelven a ser promesas, operaciones de los
medios de comunicación, el oportunismo inoperante de la justicia, las
especulaciones de las encuestadoras y la manifiesta intolerancia a diestra y
siniestra de nuestra sociedad, conforman un combo perfecto como antesala de una
contienda electoral que culminará en Octubre en la cual los argentinos ponemos
en juego las principales cuestiones de cara al futuro de nuestro país; y como
si esto fuera poco (diría un vendedor ambulante) la política nacional metida de
lleno en la búsqueda de algún episodio que impacte en la sensibilidad de la
gente y así modificar el casi seguro resultado de las próximas elecciones
presidenciable en primera o en segunda vuelta como le guste mandar al soberano.
El país atraviesa una crisis económica de la cual no logra
despegarse por más que los encargados de resolverla intentan aplicar todas las
fórmulas posibles que tienen a mano para tal propósito. Haber apostado todo a fortalecer
los ingresos económicos de la clase media y la clase trabajadora fue para
Sergio Massa un acierto que aunque insuficiente algunas medidas llegaron a
tiempo permitiéndole ubicarse en una casi segunda vuelta junto al controvertido
Milei.
Todas las reformas posibles que el candidato Sergio Massa intenta
instalar para construir un nuevo modelo de país, tanto en lo político, como en
lo económico, laboral y social son pasibles de escasa confianza por parte de un sector del
electorado que Milei logró meter en la bolsa de la casta provocando inútiles
los sacrificios de los argentinos que ven como se va licuando su salario frente
a una crisis que por ahora resulta imparable.
Hoy, los argentinos, nos encontramos empantanados en una
discusión estéril y sin sentido entre pasado y futuro sin poder visualizar que
en medio de estos dos extremos está el presente de millones de compatriotas que
sufren las consecuencias de un “cambio” que los tiene como variable de
ajuste.
Las próximas
elecciones, entre primarias de Agosto y las definitivas a realizarse en Octubre
próximo, dejarán en el haber del proceso democrático, dos cuestiones que a mi
juicio son de suma importancia: la primera es que el gobierno nacional será
plebiscitado una vez más por lo hecho en el segundo tramo de su mandato; señal
elemental que el pueblo le dará al gobierno para ratificar o rectificar su
proyecto político y económico que agoniza más por sus propias falencias que por
la presión que ejercen los opositores; y la segunda cuestión es la que está
vinculada con la proyección que hacen aquellos que intentan no ser succionados
por la polarización desplegada por la propaganda mediática entre Macri y
Cristina y terminar siendo funcionales a ambos extremos; esto es, quienes
transitan la ancha avenida del medio como Sergio Massa.
Convengamos que la
situación no es fácil de resolver para quienes no quieren entrar en la misma
encerrona de la última elección que culminó eligiendo a Macri como Presidente
en segunda vuelta, pero déjeme que lo desanime un poco más: hasta que el pasado
no termine de ser sepultado el futuro no podrá ser visualizado con claridad;
pero créame que en el aquí y ahora también existen soluciones inmediatas que pueden
catapultar a un pueblo por encima de esta disyuntiva y salir del laberinto de
la historia en el cual se encuentran los candidatos, ¿podrá Massa, Milei o
Bullrich quien Finalmente logren la hazaña esperada? Los dejo con una breve
pero contundente anécdota sobre el genial Picasso:
Cuando unos oficiales
alemanes le señalaron el “Guernica” le preguntaron, ¿usted hizo eso?
No, les dijo, ustedes
lo hicieron.