viernes, 23 de julio de 2021

 

Artículo de opinión

Muertes por covid19

Por: Vicente Scordamaglia

 

Quien se regocija con la muerte de otros y la manipula para sus intereses mezquinos es porque su humanidad ya se ha desbarrancado por los caminos de la exacerbación propia del fanatismo extremo. La muerte de más de cien mil argentinos por múltiples causas derivadas del covid19, fue vivida en algunos sectores de la oposición al gobierno nacional como un triunfo político. La propensión que tienen estos sectores (que se oponen a cuanta cosa hace el gobierno) por instrumentar políticamente los inconvenientes que manifiesta el oficialismo en el manejo de la crisis sanitaria no hace otra cosa que evidenciar la falta de propuestas alternativas por parte de los sectores oponentes al gobierno nacional, si no fuera así por cada yerro del gobierno acompañarían junto a la crítica una propuesta alternativa, así es como se enriquece la discusión (en busca de la solución) y fortalece la democracia. 

 Es sorprendente ver actuar a la oposición para las próximas elecciones comportarse igual a quienes critican: pase de distritos electorales, falta de democracia interna, armado de listas en las sombras y cuantas argucias se les presentan a la mano les son útiles para posicionarse en la opinión pública y tener acceso a las listas electorales. Estas actitudes muestran que no son mejores, por el contrario, los muestra descarnadamente como verdaderamente son. Dicen ser una cosa pero finalmente son otra; esta actitud solo tiene una denominación posible, se llama ¡cinismo! OSCAR WILDE lo definía así: Cínico es el que sabe el precio de todas las cosas y el valor de ninguna.

La falta de sensibilidad de estos sujetos no tiene límites.

Tienen un relato en contra de la política y viven de ella, desde que se recuperó la democracia en Argentina hasta la fecha. De la mentira hicieron un método para el engaño tergiversando los hechos de la realidad en beneficio propio consagrando su política al servicio de los poderosos en detrimento de los que menos tienen. No les avergüenza su actitud, por el contrario avanzan camuflados en nombre de la “República”, caballito de batalla que de tanto manosearla la convirtieron en una consigna vacía de contenido real.

Da gusto ver con qué ligereza pretenden reconvertirse del desastre que dejaron atrás cuando tuvieron que gobernar y el daño que le ocasionaron a los argentinos dejando un  quebranto del que todavía hoy nos cuesta salir.

Ya no vivimos en un presente plácido, sino que tenemos que esforzarnos constantemente en prepararnos para profundos y continuos cambios, al menos esa es la lección que nos está dejando esta pavorosa pandemia. Si reflexionamos con un poco de atención probablemente uno de los acontecimientos más importante del siglo XX haya sido el enfrentamiento entre regímenes democráticos y regímenes totalitarios en el que los segundos pretendían corregir los defectos de los primeros. Este conflicto fue responsable de la segunda guerra mundial dejando más de sesenta millones de muertos y de infinitos sufrimientos concluyendo con la victoria de la democracia. Pero algunos insensibles todavía no escarmentaron ni aprendieron nada de ese episodio trágico utilizando a los muertos como una mera transacción. Nada justifica una muerte, mucho menos  cien mil, esas personas no murieron por defender una ideología un partido político o un sistema económico, esas personas murieron por defender la vida, su propia vida que se vio arrebatada por una pandemia que no distingue color político alguno, solo necesita de sujetos insensibles dispuestos a promover conflictos         y sacar ventaja en medio de una tragedia humanitaria internacional. Finalmente Friedrich Nietzsche lo resume mejor que yo:

Quien con monstruo lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también este mira dentro de ti.