jueves, 6 de agosto de 2015

DECISIÓN 2015

DECISIÓN 2015
Como creo que ha llegado el momento de definiciones políticas que determinarán la vida de la Nación, y como consecuencia de ello, la de todos los argentinos por los próximos veinte años, creo que todos los ciudadanos habilitados para emitir su voto, debemos hacerlo sin presiones, miedos o prejuicios ideológicos que menoscaben nuestro derecho de seguir trabajando por construir una sociedad más justa y un estado de derecho que garantice el libre albedrío de todos los argentinos por igual.
Comenzaré diciendo que lo hago a título personal, así que este texto, más que un artículo se trata de una confesión testimonial de lo que realizaré con el nuevo proceso político que se iniciará a partir del 10 de diciembre del corriente año como consecuencia del resultado que arrojen las próximas elecciones Presidenciales de la Nación.

Por supuesto que esta decisión requiere de un análisis profundo de las fuerzas que allí disputarán el poder, dada la importancia que tiene tal evento para nuestro país, por ello comenzaré repitiendo una frase de Edward Snowden cuando se refiere al valor de las personas y las creencias que las sustentan: “La verdadera medida del valor de una persona no es aquello en que dice que cree, sino lo que hace para defender esas creencias” y en este sentido todos, digo el conjunto de los argentinos, debemos poner lo necesario para resguardar el sistema democrático de todo intento de subvertir su valor principal que es el de la defensa de la liberad, los derechos individuales y colectivos de todos los argentinos. Al menos creo que la inmensa mayoría de los argentinos, así pensamos.
Creo en la política como un proceso ininterrumpido de sucesos producidos por un pueblo en la búsqueda y la lucha por el bien común; la grandeza de la patria, entendida la misma no como una entelequia vacía de contenido, sino colmada de argentinos que, construyéndola, viven en una comunidad libre de ciudadanos hermanados por un mismo destino. Es de esperar entonces, que el próximo gobierno utilice estos inmensos recursos de los que dispone nuestra Nación, para convocar definitivamente a un gran acuerdo nacional, que, por otra parte, es un hecho esperado largamente por todos los ciudadanos que anhelamos construir definitivamente una gran Nación. 

Los acontecimientos que se producen en el mundo así lo requieren, ya que se avizora un sinfín de dificultades e interrogantes que han puesto a las naciones libres del mundo en estado de alerta por la defensa de sus recursos vitales, los que utilizan para su subsistencia cotidiana y su posterior desarrollo estratégico. El porvenir, desde este punto de vista, puede aparecer en el horizonte inmediato, sombrío y peligroso para aquellos países que no hayan construido una organización nacional sólida, que los proteja de la voracidad de los poderosos de turno, que no se detendrán ante nada cuando vean peligrar la estabilidad de sus economías y la escasez de los recursos necesarios que garantizan su confort y su alto nivel de vida.

Hasta ahora, debo confesar con alguna tristeza, no he escuchado a ningún candidato hacer referencia alguna a estos temas, para mí, estratégicos para el futuro de la Nación; “solo se trata de vivir” dice la letra de una canción popular y en ese devenir se deleitan con promesas que no hay que cumplir diría el español (“las mejores promesas son aquellas que no hay que cumplir”). Desde  esta mirada, lo cotidiano, es de muy escaso valor cuando se lo compara con el destino que pueden tener al menos, dos generaciones de argentinos si seguimos pensando que la resolución de los grandes problemas nacionales se pueden remediar por separado del pueblo y sus necesidades; me pregunto, alcanza con la honestidad de Stolbizer?, con las denuncias de Carrió?, con la ética Radical de Sanz?, con la gestión de Macri y su lluvia de dólares?, las incongruencias discursivas y el seguidismo de Scioli? o con el cambio justo que Massa promete?; creo que todas estas cualidades separadas unas de otras no alcanzan ni para empezar. Sin embargo, cabe la esperanza de que a partir de la decisión que tome el pueblo promueva un nuevo escenario político capaz de señalar con fuerza el camino adecuado para que nuestra dirigencia transite sin desvíos y sin flaquezas.

Debo confesar, ya lo dije, frente a esta incertidumbre, que jamás pensé vivir, que me siento hoy parte de esa masa de indecisos que estoy seguro esta vez, son más de lo que creen los especialistas en intención de votos; lo cual, me parece que la tan ansiada polarización que describen los analistas de moda, todavía no se visualiza claramente, provocando aun una incertidumbre mayor.

Las próximas elecciones nacionales se encaminan a un difícil dilema para los argentinos que según mis cálculos, será de triple empate entre los  candidatos que postula el Frente para la Victoria (Scioli) el frente Cambiemos (Macri) y el Frente Renovador (Massa), si esto es así, los votantes argentinos estarán forzando un nuevo escenario para nuestra democracia y señalando una imperiosa necesidad de que aquellos políticos que estén a la altura de los acontecimientos logren, después de las PASO, el consenso necesario para gobernar un país que tiene la tendencia a entrar en conflictos innecesarios y a la dispersión de sus esfuerzos más que a la valoración de sus virtudes.     

VICENTE SCORDAMAGLIA