miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA METAMORFOSIS DEL IMPERIO

LA METAMORFOSIS DEL IMPERIO
Zygmunt Bauman
He llegado a creer que las preguntas nunca están equivocadas, sino las respuestas.
También creo sin embargo, que no preguntar es la peor respuesta de todas.

En la construcción de nuestras sociedades los conflictos políticos han sido constantes e inevitables desde los inicios mismos de los tiempos; por ello, poco importa el nivel del conflicto sino más bien observar los intereses que ponen en marcha esa confrontación.  Es indudable que nuestras sociedades vienen sobrellevando un notable desgaste de los instrumentos democráticos utilizados para dar respuestas eficaces a los innumerables problemas que debió enfrentar el mundo en los últimos setenta años de hegemonía liberal, pero lo cierto es que hoy pareciera que los tiempos en que esa hegemonía neoliberal reinaba, parecen haber llegado a su fin.

Las recientes elecciones en EEUU y el triunfo de Donald Trump que el mundo entero esperó con expectativa e incertidumbre, dan cuenta de la importancia que tiene esa elección no solo para los ciudadanos de ese país, sino así también para el mundo entero. Mucha tinta corrió antes y después de esta elección, ya sea para influir en sus resultados antes, y más tarde para dimensionar sus consecuencias con el resultado ya conocido. El giro de ciento ochenta grados que acaba de dar el imperio que hegemonizó los destinos del mundo entero desde la segunda guerra mundial en adelante deja perplejo a los especialistas que sostenían que semejante cambio no se podía producir en la cúspide del poder político y económico de ese orden mundial, sin embargo, estamos viendo como el propio poder mundial comienza a producir su propia metamorfosis.   

La gran crisis de representación de la política, expresada en los últimos años y anticipada por episodios que se fueron desplegando por todo el mundo en distintas elecciones o plebiscitos, en donde la mitad de los votantes mostraban a una sociedad hastiada de la política tradicional, finalmente tuvo su correlato en la cúspide misma del poder mundial; casi en su totalidad en los procesos plebiscitarios realizado en distintos lugares del mundo globalizado como se viene observando, no hubo claros ganadores sino más bien se ven sociedades divididas (prácticamente) en dos mitades: unas sosteniendo el viejo orden liberal (desgastado y sin respuestas) y la otra proponiendo un cambio (confuso y poco explicitado todavía) en contra del viejo establishment político y financiero.

Es que los beneficios anunciados por los mentores de la globalización, mostraron su falla de origen concentrando en muy pocos la totalidad de la riqueza dejando a las grandes mayorías del mundo afuera de la distribución, a la intemperie, sin presente y sin futuro, hecho este que provocó la actual crisis internacional entre las elites financieras y las  grandes masas de trabajadores en todo el mundo globalizado. La gravedad de la situación internacional es de tal magnitud que muy pocos líderes (o analistas) alcanzan  a dimensionar su alcance creyendo que la cosa se simplifica con poner rótulos como  populistas, fascistas o xenófobos que comienzan a acceder al poder; la situación es mucho más compleja ya que lo que se ve es a la vocación política en retirada dejando la conducción de la globalización a merced de los mercados financieros ineptos para resolver las innumerables cuestiones sociales que el mundo actual viene demandando.

El nuevo presidente de los EEUU  Donald Trump, emergente de una realidad tangible de su país y el mundo, puede ser un líder que trascienda a su imagen colérica que mostró en la campaña produciendo cambios que mejoren las condiciones de vida de su pueblo (en la salud, en la educación y el trabajo) proyectando hacia el resto del mundo su legado, o en su defecto será como el “Gardiner” (película desde el jardín) manejado por la élite estadounidense solo para fingir que todo cambia y evitar así el verdadero cambio que el mundo esta esperando. La pregunta ya está formulada; ¿Cuál será la respuesta?

VICENTE SCORDAMAGLIA