viernes, 8 de noviembre de 2019

UNA NACIÓN QUEBRADA EXIGE UNA DIRIGENCIA EQUILIBRADA


Artículo de opinión
UNA NACIÓN QUEBRADA EXIGE UNA DIRIGENCIA EQUILIBRADA
Por: Vicente Scordamaglia

Cuando todo parecía encaminarse por los carriles más o menos normales (desayuno mediante) hacia una transición civilizada el diablo metió la cola y al gobierno saliente (envalentonado en el fin de su mandato) se le ocurrió elaborar un documento de 8 puntos haciendo alarde de dejar un estado “ordenado” producto de una gestión exitosa dejando una herencia apropiada para que la próxima administración que asuma el 10 de diciembre pueda comenzar su gobierno sin sobresaltos para enfrentar una crisis económica financiera descomunal, de la cual este gobierno saliente sigue negando y haciéndonos creer que la debacle en la economía argentina no fue producto de su ineficiencia administrativa institucional sino las pésimas condiciones en la que el Macrismo encontró  el estado argentino. Es la primera vez que se ve con tanto descaro como el oficialismo se las arregla para ser gobierno y oposición al mismo tiempo. Las mentiras expresadas en el relato Macrista a cargo del pequeño Maquiavelo ilustrado, Marcos Peña, plasmado en 8 puntos (relato que ni ellos se lo creen) pareciera no tener fin y sobre todo a la hora de negar la realidad de lo que su propio gobierno produjo con su mala praxis en el transcurso de gobierno, a modo de recordatorio: dejó al paso de cuatro años por el poder, un país desfinanciado con un 40% de argentinos en el umbral de la pobreza, alarmantes índices de niños mal alimentados al borde de la emergencia alimentaria y un país endeudado por varias generaciones con un aparato productivo destruido y sin capacidad de recupero en el corto plazo con una desocupación descomunal que llevará sangre sudor y lagrimas para recuperar los miles de puestos de trabajo destruidos como consecuencia del proyecto neoliberal instalado por este gobierno de dirigentes irresponsables.  La desfachatez de una clase de funcionarios que no dejaron de exteriorizar una  mentira tras otra que involucró inclusive a sus propios votantes a quienes convencieron que venían a cambiar las prácticas caducas  de la política  y no hicieron otra cosa que perpetrar un espectacular saqueo de las arcas públicas en nombre de una republica que solo existe en su breviario perdido.
Las mentiras de este conjunto de dirigentes no tienen límites. Si para proteger una cuota del poder perdido es necesario confundir a la opinión pública con un relato que algunos medios de comunicación se empeñan en mantener vivo, es porque muchos de ellos temen alguna represalia que en la realidad, no existe; insisto en esto, la persecución mediática al cual está siendo sometido  un “gobierno” que todavía no lo es tal, no tiene antecedente en la historia democrática argentina. La opinión pública solo observa cómo se interpela el discurso de hipotéticos ministros y funcionarios fantasmas que todavía no están en funciones. 

Es trascendental entender el desafío que tenemos por delante con la oportunidad que genera un nuevo gobierno, nuestro país a partir del 10 de diciembre tendrá otro Presidente y otro equipo de gobierno para administrar una nación literalmente quebrada, la situación exige entonces la máxima responsabilidad de su clase dirigente tanto de los que se van como los que están llegando para empezar a transitar un camino plagado de obstáculos y en su devenir deberán encontrar los acuerdos necesarios para dar respuestas a los argentinos. Por si todavía hay quienes no percibieron la gravedad de la situación que vive la argentina les recuerdo que el horno en el mundo no está para bollos, las tensiones acumuladas comienzan a estallar una tras otra y cada vez más cerca de nuestras vidas eso hace presagiar conflictos inevitables que requerirán urgentes consensos entre la política y la sociedad toda: o los argentinos nos unimos en una lucha resuelta por el bien común transformando la crisis en un ciclo virtuoso de cara al futuro o la bandera Argentina una vez más flameará sobre sus ruinas.