miércoles, 30 de agosto de 2017

BAJO EL ESTIGMA DE LA GUERRA

Artículo de opinión
BAJO EL ESTIGMA DE LA GUERRA
Por: VICENTE SCORDAMAGLIA

“Todos los líderes deben saber que quien le haga la guerra al mundo, el mundo le hará la guerra a él”.
Escribir no siempre es dar respuestas, sino por el contrario la mayoría de las veces es hacerse preguntas. Las preguntas abren interrogantes en nuestro sistema de ideas y creencias porque  interpelan las certezas que ya tenemos, aquellas que sostienen nuestra estructura psíquica y social, a su vez, estas (preguntas) nos promueven angustia e incertidumbre que nos mueven a buscar nuevas respuestas que remplacen a las anteriores, aunque sepamos a priori que estas, serán provisorias.
Convendría entonces en este caso hacer una aclaración que me parece pertinente, este escueto análisis no es una toma de posición, mucho menos pretende dar respuestas definitivas, más bien se trata de la búsqueda de algunos indicios que nos lleven a comprender qué intereses se están disputando en el mundo y cómo se planta cada uno de los países que hegemonizan algún tipo de liderazgo internacional sea este comercial, militar o territorial en el juego de equilibrio de fuerzas que mantienen la paz en el mundo, alejada del riesgo de entrar en una escalada bélica de características planetarias con consecuencias catastróficas que arrastraría a toda la humanidad por el uso insensato de armas nucleares; en todo caso, digámoslo así, el presente análisis, se parece a una descripción más que a una interpretación.
Dicho esto: mientras los poderosos del mundo fanfarronean, exhibiendo su poderío bélico con el que estarían dispuestos a matar a cientos de miles de personas en cualquier parte del mundo, sobre todo a aquellos que no se sometan a (sus designios de “negociar” bajo sus nefastas reglas) la entrega de las riquezas que los pueblos conservan como patrimonio estratégico para su subsistencia, la sociedad mundial comienza a tomar conciencia de lo que sucede, percibiendo que vuelve a quedar atrapada en medio de dos frentes que dicen ser su mecenas y que los van a librar de los gobiernos populistas y totalitarios por un lado, o por el  liberalismo salvaje que los esclaviza por el otro. En la medida que estos dos frentes que gobiernan el mundo se radicalizan, los pueblos perciben que la única manera de detener este nuevo latrocinio que se viene consumando sobre los pueblos libres del mundo, es enfrentar juntos la amenaza que se yergue sobre ellos ya que no se observa ningún atisbo de solución “negociada”, que sea más justa, entre las naciones más “poderosas de la tierra” y el resto de los países del mundo que no han alcanzado todavía la tecnología y el el conocimiento suficiente que los encamine hacia un desarrollo sustentable para sus pueblos.
La brecha tecnológica existente en la actualidad (entre unos y otros) es de tal magnitud, que la dependencia que tiene gran parte del mundo con las nuevas tecnologías hace difícil un desarrollo independiente y soberano de su proceso de producción, y, como consecuencia de ello, su crecimiento y desarrollo; la mayoría de los pueblos se mantienen anclados en el pasado ya que ni bien alcanzan un punto óptimo de avance en los sistemas de producción los nuevos progresos de los países que hegemonizan el conocimiento tecnológico de punta dejan obsoleto cualquier intento de independencia en materia de producción, de desarrollo económico sustentable y aplicaciones tecnológicas. 
Desde finales del siglo XX las potencias mundiales vienen produciendo, dentro mismo de su núcleo duro, cambios muy profundos movidos por el ingreso de China a los mercados internacionales; el sistema capitalista Chino, mezcla de una agresiva política comercial internacional y prácticas de producción y distribución interna de explotación similares a las del siglo XIX, produjeron en el mundo entero un terremoto financiero y comercial, obligando a las empresas multinacionales a reconvertir sus sistemas de producción para poder competir en el mercado internacional, episodio este que viene impactando de lleno sobre la realidad de los trabajadores del mundo y su perspectiva de progreso. La reciente reforma laboral que se acaba de instalar en Brasil es una muestra de cómo los poderosos pretenden resolver la encrucijada que les plantea la crisis financiera internacional, que por lo visto recae una vez más sobre las cabezas de las masas laborales del mundo globalizado.
El liderazgo del poder mundial por parte de los EEUU comienza a mostrar signos de fatiga frente al creciente despliegue del gigante asiático, que asume los riesgos de ocupar sin prisa (con paciencia oriental) pero sin pausa todos los espacios vacantes que van dejando Rusia y EEUU fundamentalmente; esto quiere decir que hoy ya estamos en la antesala de un mundo globalizado bajo la influencia del multipoder con un protagonismo creciente de China en todas las áreas sensibles de la economía mundial.
Los cambios en la estructura del poder económico mundial anuncian que ya estamos parados en un mundo multipolar, por lo que el nuevo mapa geopolítico de este poder fragmentado entre varios países comienza a configurarse con naciones que tienen a su vez la capacidad de proyectarse  internacionalmente y transformarse en poco tiempo (si es que ya no lo son) en potencias planetarias así, podemos comenzar a visualizar como se van alineando en el nuevo mapa mundial. En la cúspide podemos ver a tres naciones con capacidad de operaciones planetarias económicas, militares y territoriales, a saber: China, EEUU y Rusia; un segundo poder con las mismas capacidades pero sin el poderío militar global se encuentran: Alemania y Francia hegemonizando el mercado común Europeo, y en la misma línea compitiendo con este mercado se encuentra Inglaterra, alineado estratégicamente con EEUU que, para equilibrar el poderío alemán que ejerce en Europa occidental (y gran parte de Europa oriental)  fundamentalmente en el mercado común Europeo, renuncio al mercado común creando el Brexit como modo de defender el valor de su moneda como valor de cambio internacional; finalmente siguiendo con esta cartografía en pleno desarrollo, el resto del planeta se encuentra todavía dentro de lo que son los estados nación, con escasa capacidad para operar en este escenario planetario por la brecha tecnológica cada vez mayor que separa a  países ricos de países pobres, con excepción de algunos como Japón, Israel y otros que si bien cuentan con poderío militar y conocimiento tecnológico solo lo pueden utilizar circunscriptos a operaciones de corto alcance, sobre todo en el aspecto regional. Quizás  convendría agregar aquí que naciones como Corea del Norte, Irán, Afganistán, Cuba o Venezuela y otros tantos más, están siendo  considerados en este nuevo mapa como países marginales en tanto alguno de ellos no desistan de sus planes de independencia económica y soberanía política a través de su desarrollo nuclear; finalmente por fuera de toda planificación posible, se encuentran  los estados considerados terroristas.    
Ahora bien, si este mapa es el que se corresponde con la realidad, ¿qué perspectiva tienen el resto de los países del mundo si amenazan con sacar los pies del plato de este nuevo orden? y ¿qué capacidad tienen de concentrar poder junto a otras naciones que están excluidas del nuevo mapa mundial?

En el pasado reciente una tendencia continental llamada tercer mundo se organizó bajo el argumento de la defensa común y desafió el avance de los imperios de EEUU y La Unión Soviética que salieron victoriosos de la segunda guerra mundial (mundo bipolar) dividiéndose el mundo en dos grandes áreas de influencia, estos fueron consumados en los tratados de Potsdam y de Yalta.
Si bien la formación de una tercera posición no fue la herramienta totalizadora para conseguir una liberación estratégica y definitiva de los pueblos, al menos tuvo la virtud de conformar un sólido bloque de países en vías de desarrollo para evitar el saqueo en masa que pretendían realizar estos dos imperios que se dividieron el mundo bajo su área de influencia. Solo La Guerra Fría en la que se embarcaron las dos naciones en pugna y su alocada carrera armamentista pudo atenuar el saqueo que pretendían realizar. En este escenario denominado La Guerra Fría, hubo figuras descollantes en el bloque tercermundista que supieron aprovechar esta fisura entre los dos imperios consolidando posiciones de independencia en el aspecto interno de sus países siendo de escaso éxito a nivel internacional con excepción del caso Cubano que logró perforar sus fronteras ideológicas pese al intenso boicot desplegado por el imperialismo Yanqui, hecho este que duró hasta el colapso del mundo Soviético dejando a Cuba a la intemperie para encontrar en Venezuela a su sustituto ideal a cambio de petróleo por protagonismo ideológico.    
Siguiendo con esta línea argumental observemos entonces que en los últimos veinte años, una renovada tendencia sacudió la inercia de los pueblos del continente americano, en donde comenzó a expandirse la idea de países que claman y luchan por su liberación; desde Cuba pasando por Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina por nombrar alguno de ellos, se alinearon en la creación de una renovada consigna de construir la Patria Grande, esto es la conformación de un bloque regional político, comercial y cultural para contener cualquier intento de avasallamiento a la autodeterminación de los pueblos y su pretensión de independencia. Sin embargo el avance de este nuevo episodio histórico duró lo que tardó el imperio Norteamericano en reorganizar una nueva escalada sobre un continente (Americano) que considera es de su influencia estratégica en sus planes hegemónicos e imperialistas. Así fue quebrando uno a uno la voluntad de países de nuestro continente, destituyendo en algunos casos a sus gobiernos elegidos por la voluntad de las mayorías con episodios jurídicos políticos que llevaron, como es el caso de Venezuela, a sobrellevar una intensa campaña de desgaste para aplastar quizás el último intento de soberanía regional y comercial en nuestro continente. Quizás convendría recordar para encontrar las razones de lo que ocurre en Venezuela  que este país tiene una de las reservas petroleras más grandes del planeta según datos internacionales y es el quinto país que provee de petróleo a EEUU, un 40% de lo que importa para el desarrollo de su economía nacional, pero si a esto le sumamos razones estratégicas, lo que trata de hacer EEUU es evitar que Venezuela copie el modelo Cubano para mantenerse en el poder influenciando a otros pueblos a recorrer el mismo camino.  
La lucha del presente y futuro inmediato comienza a librarse en todos los frentes: militar, económico, territorial y tecnológico, y a decir verdad la delicada situación mundial comienza a configurarse como la madre de todas las batallas, ya que aquí, en esta disputa, se define la apropiación de los recursos fundamentales para el desarrollo del siglo XXI, hecho este que puede marcar definitivamente el destino trágico de muchas naciones o tal vez, en el peor de los casos, el de toda la humanidad. 

Nota: he omitido exprofeso para esta nota, nombres propios de líderes o personajes significativos de esta etapa histórica, como así también episodios ocurridos en la política interna de los pueblos en el transcurso de este periodo para evitar todo tipo de personalismo o toma de posición facilitando la comprensión y dejando al lector, su libre interpretación acerca de ellos.   

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