jueves, 25 de enero de 2018

SUEÑOS COMPARTIDOS; ESFUERZOS DESIGUALES

Artículo de opinión
SUEÑOS COMPARTIDOS; ESFUERZOS DESIGUALES
Por: Vicente Scordamaglia

Confucio:
“es el hombre el que hace grande a la verdad, y no la verdad la que hace grande al hombre”

El gobierno argentino insiste en continuar profundizando un plan económico en donde los únicos que ponen el esfuerzo para salir de la crisis son los trabajadores y sus familias. Continúa con la eliminación de puestos de trabajo y avasalla conquistas obreras que significaron años de luchas  y sacrificio de miles de trabajadores, sosteniendo una falacia histórica de que el costo laboral es el problema argentino y los representantes de los trabajadores su decadencia. Nada le importa al grupo gobernante el nivel de sufrimiento que le están infligiendo a miles de familias  al saber que han perdido su trabajo, fuente de sustento elemental para mantener un mínimo proyecto y una expectativa de vida que mejore su condición  de cara al futuro.

Mientras tanto un Presidente ausente, alejado de la realidad de su pueblo cree que las mejoras vendrán por obra y gracia del derrame que solidariamente proveerá el mercado, sigue hundiendo cada vez más las esperanzas de una clase media que creyó que con el voluntarismo de un grupo de empresarios en el poder podía alcanzar niveles socioeconómicos más altos y una mejora en su condición de vida.   
A dos años de gobierno de la alianza Cambiemos, solo han cambiado las condiciones existentes de las tres cuartas partes de la población que vieron diezmado su salario, la pérdida de su capacidad adquisitiva y el aumento de los servicios elementales de subsistencia. Los empleos de calidad brillan por su ausencia, la mejora institucional es solo a los efectos de despedir trabajadores aumentando drásticamente la tasa de desempleo, y el hambre cero se quemó en el fondo de la olla popular de los más pobres.
Sin trabajo no hay consumo, sin consumo no hay inversión, sin inversión no hay exportaciones, sin exportación no se crece y si no se crece el país se hunde en la miseria y la decadencia. 

¿Cómo conciben un país estos insensibles que nos gobiernan? Una Nación no es una empresa privada que puede manipular sus productos hasta que las cuentas cierren un balance satisfactorio; un país está poblado por seres humanos de carne y hueso, trabajadores con familias: hijos, padres y abuelos que con su sacrificio cotidiano construyen nuestra Nación; desconocer este conjunto de conceptos simples pero elementales es desconocer el sentido común que debe tener un Jefe de Estado para conducir los destinos de La Nación Argentina.
Las elecciones legislativas del pasado año marcaron un punto de inflexión, un antes y un después de la gestión del Ingeniero y sus “equipos” (lo mejor que hemos tenido según Macri) que vinieron a cambiar las prácticas políticas según fue su compromiso de campaña electoral, pero los hechos están demostrando lo contrario: el caso Santiago Maldonado, la cobarde y absurda muerte por la espalda de Rafael Nahuel, el submarino ARA San Juan, la militarización de la ley previsional y el detonante final, la descarnada verdad de la vil conducta del Ministro de Trabajo Triaca, en donde el Presidente se mantuvo ajeno; deja a partir de estos hechos una indiferencia brutal que la gente comienza a preguntarse si el combate contra la corrupción en todos los niveles, incluyendo la del mismo gobierno no es una gigantesca tapadera para ocultar la abrumadora crisis que atraviesa la economía de nuestro país y la ineficiencia manifiesta del equipo gobernante.

Como diría mi abuela el cambio empieza por casa, el nuevo ejemplo que nos dejan los nuevos moralizadores de la política luego de justificar al “bueno del ministro Triaca” y el intento de pasar por encima de las facultades que tiene el Congreso de La Nación y querer aplicar un mega decreto (DNU) que implica derogar 19 leyes y modificar otras 140, muestra sin tapujos que el Gobierno Nacional está dispuesto a forzar y crear, de cualquier modo posible, condiciones casi de remate para que las empresas extranjeras inviertan en la Argentina, Y si usted cree que estoy exagerando detengámonos un momento en algunas de las frases filosóficas que está dejando nuestro hombre de Estado en la cumbre de Davos: “jugar al fútbol es más difícil que gobernar”  o esta otra que lo pinta de cuerpo entero: “ ¡nosotros vamos a cortar el pasto, ustedes hagan los goles!”: ¡Sin palabras compañeros!.  

No hay comentarios: