EN DEFENSA DEL SALARIO
Y EL TRABAJO
El nuevo frente de tormenta que deberá enfrentar el ingeniero
Macri comenzó este viernes cuando una multitudinaria manifestación de las cinco
centrales gremiales (la tres CGT y las dos CTA) marcharon juntas en el primer
cruce de fuerzas contra el flamante gobierno y sectores empresarios. Estos
últimos, cada vez que hay que arrimar el hombro para sacar a la economía del
estancamiento en la que se encuentra, reaccionan negativamente en resguardo de
sus intereses. Este es un fenómeno que se da en nuestro país cada vez que la
economía pega un vuelco hacia atrás en su crecimiento, los sectores financieros
no quieren correr ningún riesgo y deciden por el camino más fácil y seguro:
achicar su planta laboral y aumentar los precios de los productos que
comercializan. Este perverso sentido de la defensa de su patrimonio produce en nuestra
sociedad un daño letal a la economía de los sectores medios y la clase más
empobrecida que está al límite de la indigencia; golpeados por el ajuste,
angustiados por la pérdida de su fuente laboral, los trabajadores son los que
más sufren las consecuencias de los ajustes de las economías basadas solamente
en las leyes del mercado.
Este escarpado camino que eligió el gobierno nacional, y que arrancó
con una falla de origen, nos lleva inexorablemente hacia zonas peligrosas de la
economía y conlleva en sí mismo una serie de perjuicios que repercuten
negativamente en todos los sectores de la producción. En particular destruye la
columna vertebral de la economía interna que es su mercado interno, compuesto
mayoritariamente por la clase media argentina, única capaz de mantener a raya
los desaciertos y vaivenes del mercado. Los sectores medios en definitiva son
la rueda de auxilio de la economía en general, ya que, con su consumo constante
corrige los desajustes económicos de nuestro país con serias falencias para
crecer y generar riqueza genuina.
En este caso, el sector gremial cuenta con un propósito
legítimo y altamente sensible como lo es la defensa del trabajo y sus alicaídos
salarios, luego de que el gobierno llevó adelante un brutal ajuste que impactó violentamente
sobre las economías familiares de la clase media y los sectores más vulnerables
de la sociedad.
La inflación es un flagelo que
atenta contra los pueblos y su economía de bienestar, arrasa con las
expectativas de los trabajadores y promueve una reacción en cadena que comienza
por los despidos, privando a las familias de su necesario poder adquisitivo, aniquilan
sus ahorros y disminuye al mínimo su capacidad de consumo que se ve reflejado
en el comercio y la producción; un
verdadero retroceso que hace inviable las consignas de pleno empleo o el
“hambre cero” en Argentina, consigna que vaticinaba el Macrismo en su campaña
electoral. En este sentido y en el corto plazo, toda la Nación se verá afectada por
el virus de la inflación demoliendo así el verdadero motor de la economía y
eliminando al principal ordenador social de los pueblos: ¡el trabajo!
Los inmensos beneficios fiscales otorgados
por este gobierno a los empresarios argentinos, todavía no se ven correspondidos.
Tampoco se ve con claridad los beneficios de la salida del default, es más,
todavía las calificadoras de riesgo mantienen altos su índices sobre nuestro
país, entonces ¿a quién se le podría ocurrir invertir en nuestro país si las
tasas de interés bancario oscilan entre el
30% o en algunos casos el 40 % anual?, en todo caso vendrán una vez más
a especular como lo han hecho en otras épocas, en ese caso contaremos con el
trabajo de calidad prometido por Macri al cual solo accederán unos pocos.
Todo
el mundo sabe ya que sin control de los mercados que solo se guían por la
rentabilidad conducen a catástrofes económicas y sociales, sin embargo el
actual gobierno persiste en el intento.
Razones hay entonces para que los
gremialistas se unan, solo sucede cuando perciben el peligro de que la economía
decide sobre la política; a los políticos solo les cierra un modelo cuando el
alcance del programa económico incluye en el proyecto a todos los sectores
laborales, en cambio a los gerentes, solo satisfacen sus expectativas cuando
les cierran sus balances.
VICENTE SCORDAMAGLIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario