miércoles, 27 de julio de 2016

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE

En el pasado todo lo que un Rey debía hacer era lucir respetable en uniforme y no caer de su caballo. Ahora debemos invadir los hogares de la gente y consagrarnos con ellos. Esta familia se ha convertido en la más baja de todas las criaturas, ¡nos hemos convertido en actores!
De la película: El discurso del Rey

El Presidente Macri ha decidido retornar al centro de la escena política luego de una ausencia peligrosa. Le bastó para ello realizar un par de entrevistas con algunos periodistas emblemáticos de nuestro sistema de medios,  que se encargaron de tamizar todos aquellos elementos perjudiciales que suelen filtrarse del escueto discurso del Ingeniero que termina por confundir el lenguaje de un coach (arengando a sus equipos a nuevos y más grandes esfuerzos para alcanzar sus objetivos) por el discurso político del Presidente de La Nación Argentina. Pero la arenga y el estímulo a un pueblo desprovisto de ideología (sistema de ideas) no son suficientes para resolver los innumerables conflictos que padece nuestra sociedad en el ámbito político, en la economía y en el ámbito social; por ello el Presidente y sus equipos deberían saber (como dice la Biblia) que no solo de pan vive el hombre y la gente espera encontrar en el discurso presidencial, sintetizado en consignas políticas, el diagnóstico, el rumbo político y la estrategia de su gobernante para dirimir aquellos problemas de difícil solución, mediante una estructura de símbolos y relatos en donde un líder entabla una relación directa con su pueblo, hecho éste que se produce en el mismo instante en que el pueblo decidió votarlo para que administre los recursos del Estado y encare la solución de los problemas existentes; un ejemplo que ilustra lo que decimos se puede ver en una odiosa comparación: La ex presidenta Cristina de Kirchner hacía gala de enormes atributos discursivos, constituyéndose éstos en el eje central de su gobierno y la forma de hacer política; en cambio el discurso de Macri carece de contenido discursivo para constituirse en una arenga permanente de voluntarismo colectivo. 

Mucho deberá mejorar el gobierno en materia de comunicación en lo que respecta al “diálogo” que pretende entablar el presidente con el pueblo para decirle  siempre la verdad como bien dice, seguramente, la nueva Directora de Discurso Presidencial, Julieta Herrera, deberá trabajar arduamente en ello, sin embargo, déjeme que dude de su eficacia: la forzada reunión con Marcelo Tinelli y su posterior desenlace de despedida, se parece mucho más a una “joda” del empresario implicando al Presidente en una verdadera payasada con sus caras deformadas, al tiempo  que la actual gestión gubernamental le sigue pidiendo esfuerzos a los argentinos para sacar a la Nación del estancamiento en que se encuentra. Siempre es bueno recordar que en materia de política de Estado solo existe  un instante entre la discreción y el grotesco, y de allí otro entre el cielo y el infierno; por ello conviene recordar un relato más de la película “El discurso del rey”

Jorge VI: Si soy un rey, ¿dónde está mi poder? ¿Puedo formar un gobierno, puedo subir los impuestos, declarar una guerra? ¡No! Y así y todo soy la base de la autoridad. ¿Por qué? Porque la nación cree que cuando hablo, hablo por ellos. Pero no puedo hablar.


Vicente Scordamaglia

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