CERRAR LA GRIETA : “LA GRAN MISIÓN ”
TOMÁS ABRAHAM: “LA
EMPRESA DE VIVIR”
“El hombre se salva por su servicio a los otros hombres y así purifica
su conciencia.
No se salva ni adulando a Dios, ni pidiéndole perdón, ni esperando su
absolución”
Mucho se ha hablado de la grieta que dejó el Kirchnerismo a
lo largo de tres mandatos consecutivos en el ejercicio del poder. La
confrontación sistemática como práctica de construcción política y el argumento
ideológico que señalaba a aquel que pensara distinto como el enemigo que había
que combatir, fueron sus argumentos favoritos. Mirándonos en el espejo de
Colombia que le costó cientos de miles de muertos en lo que va de los últimos
50 años y la zozobra permanente como modo de vida de su población, vemos como los
pueblos “hartos ya de estar hartos” comienzan
a tomar conciencia de que el ideologismo extremo (sea este de derecha o
izquierda) esconde en su exacerbado discurso, intereses que van más allá de una
utopía libertaria. Todo sujeto grupo o facción política que combate a una
dictadura cruel y despiadada, al argumentar su discurso y exagerar sus
prácticas en la acción política, corre el riesgo de convertirse en el
transcurso de esa acción, en lo mismo que combate de su enemigo: esto es, la
bestialidad que representa.
Si bien es cierto que la política es la lucha por el poder, no
es menos cierto que esa confrontación (en el caso de acceder al poder) le
otorgue derecho alguno de producir la desunión ciudadana en el transcurso de
hegemonizar su proyecto político. Así como la muerte no redime a los hombres de
sus pecados, el triunfo no convierte los defectos en virtudes, de modo que todo
dirigente que obtenga una posición de poder y con ello provoque o estimule una
grieta en el seno mismo de la unión nacional de su pueblo, está atentando
contra los intereses no solo de quienes considera sus enemigos sino de todos
los argentinos piensen como piensen.
Quizás convenga recordar que los pueblos que han desarrollado
un pensamiento crítico son aquellos que aplicaron con fervor la lucha por las
ideas, aquellas que a su vez son las que estimularon una verdadera conciencia
democrática en el núcleo mismo de la sociedad; estos argumentos son
definitivamente los que facilitaron la creación de un sistema institucional con
la fortaleza suficiente para que en su interior, contenga a todas las
ideologías sin que estas atenten contra la democracia, considerada ésta como el
bien más preciado de los pueblos que aspiran a elegir libremente el modo de
sociedad que desean construir.
La compleja realidad que viven los pueblos solo se resolverá con
mecanismos que se encaminen a consensuar intereses e ideas multiplicadoras de
políticas que tiendan al bien común de sus ciudadanos alentando la
participación y el compromiso de todos aquellos que anhelan un país mejor para
todos, por tanto no se trata aquí de proponer fórmulas magistrales para
resolver los complejos interrogantes que aquejan a nuestro pueblo en general,
sino mas bien se trata de un conjunto de ideas y reflexiones que ayuden a
comprender al menos la problemática de nuestro tiempo.
Si vivir es dar respuestas, convengamos al menos que esas
respuestas tienen validez en un contexto histórico determinado; la labor de la
política al igual que la de los hombres será la de cuestionar severamente el
sistema preestablecido para mediar luego entre los intereses de los diferentes
elementos sociales, políticos y económicos, proponiendo a unos y a otros
compromisos equilibrados haciéndoles saber que sus ideas solo son relativas (y
no absolutas) y que solo tienen validez en ese contexto histórico de la
democracia argentina y no en otro.
VICENTE SCORDAMAGLIA
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