EL DÍA QUE LA CLASE MEDIA DESCENDIÓ
AL UMBRAL DE LA POBREZA
Algunos periodistas que antes de serlo (en su juventud)
incursionaron en la política, creen que la gente juzga de los políticos y sus
programas las intenciones de estos y no las realidades. Cuando escriben sus
artículos adornados con metáforas pretendiendo explicar lo que a medida que
pasa el tiempo (del actual gobierno) es menos explicable y queriendo cargarle toda
la responsabilidad de la crisis actual a los sectores populistas que gobernaron
el país durante doce años, entonces me hago la siguiente pregunta con cierta
ingenuidad: ¿Cómo habrán hecho esos gobiernos (Néstor y Cristina) para que las
grandes mayorías los votaran durante tres mandatos seguidos?.
Para graficar descarnadamente la respuesta veamos lo que dice
en su relato un señor de clase media que tiene un negocio sencillo de venta de
colchones que quiero compartir con el lector: _mire_ me dijo con un dejo de
tristeza en su rostro _yo vote a Macri porque me convenció que tenía el
proyecto y los equipos para avanzar democráticamente hacia un estado de
bienestar superior al que el pueblo argentino había alcanzado con el gobierno
anterior, algo parecido a un desarrollismo del siglo XXI (me decían) en cambio
en menos de un año y medio se dedicaron a romper un país que más o menos
funcionaba, dejando de contener a los sectores más necesitados y creando en la
gran clase media la incertidumbre de dejar de pertenecer a un segmento de
argentinos con una alta expectativa de llegar a tener un progreso ascendente en
su vida personal y familiar; en lugar de mejorar este valor, que beneficiaba a
las tres cuartas partes de la población, construyeron una factoría,
fortaleciendo desde su inicio a los sectores que más recursos tienen en la
sociedad y los que pueden soportar por más tiempo los ajustes brutales que
viene realizando este gobierno, reformas que ni siquiera se animaron a realizar
los distintos gobiernos de facto que solían gobernar a la Argentina por el solo
derecho que le asistía el haber tomado el poder por la fuerza, eliminando por
decreto todos los derechos constitucionales de los argentinos. El “cambio”
propuesto por los macristas solo fue una farsa, una fachada para imponer desde
el Estado condiciones desfavorables para grandes sectores de la población en
beneficio de las empresas que se supone eran quienes venían a invertir, creando
miles de puestos de trabajo de calidad y avanzar así hacia el “hambre cero”
consigna esta que aun brilla por su ausencia. De solo verlos andar se demostró
que ese cambio solo estaba al servicio de unos pocos para que sus empresas sean
competitivas y puedan seguir con sus negocios protegidos por un gobierno que
solo vino a garantizar condiciones de negocios para los más ricos de la
sociedad. Encima, hoy resulta que después de quince meses de ajustes brutales
me piden que no proteste porque así estoy desestabilizando al gobierno
democrático, ¿qué esperan que me quede en mi casa tranquilo esperando las
mejoras que en algún semestre de no sé qué año vendrán las inversiones extranjeras
y a partir de allí seremos todos felices?. ¿Cómo pretende que me sienta, sobre
todo viendo como los sectores empresariales que siempre se enriquecieron a
costillas del Estado argentino lo siguen haciendo hoy a cara descubierta con un
gobierno que los protege?. Hace quince meses yo tenía lo necesario para la
educación de mi familia, la salud y lo indispensable para vivir dignamente:
casa, coche, dos vacaciones por año, y un proyecto de vida junto a mis dos
hijas, hoy mi esposa trabajadora del Estado con catorce años de antigüedad se
quedó sin trabajo, sacamos a mis dos hijas de
la escuela privada, dejamos la obra social del hospital Alemán y estoy a
punto de cerrar mi negocio porque se detuvo el consumo que movía la economía de
las pequeñas empresas; hoy la incertidumbre me carcome el cerebro cuando
pienso que en poco menos de dos años mi
familia descendió al nivel de la pobreza y encima me tengo que comer que un
funcionario como González Fraga me diga que esto me pasó porque la gente de mi
clase social no tenía derecho a tener la calidad de vida que pretendíamos tener
como años atrás. Qué salvaje es esta gente!, cuanta insensibilidad tienen en su
conciencia!, no les importa el pueblo, solo sus negocios. Hoy resulta que
después de todo el descalabro que hicieron con la economía (favorable para
pocos) pretenden sacar subsidios por discapacidad,
avanzar sobre el saqueo al ANSES, recortes a medicación crítica para los
jubilados, y lo que es peor seguirán con los tarifazos criminales que
terminarán por arrasar con la voluntad de progreso que tiene la clase media
argentina” (hasta aquí el relato)
En este escenario que viven cientos de miles de argentinos
Cristina Fernández plantó su nuevo espacio político (Unidad Ciudadana) en el
corazón de la problemática social de los argentinos; y por aquello que dice que
las elecciones se ganan convenciendo a los que no nos votaron y no a los que
están convencidos, va decididamente en busca de la representación de los votos
que están por afuera de las ideologías partidarias y los intereses económicos
de las corporaciones mediáticas: esto es la gran clase media argentina.
En su discurso de lanzamiento de su nuevo espacio político
evitó por todos los medios confrontar, tanto con su ocasional rival interno
(Randazzo) ni con el frente 1País de Massa y Stolbizer, tampoco lo hizo con
ningún otro dirigente del oficialismo de Cambiemos, sino que se dedicó
prolijamente con su puesta en escena a diferenciarse del modelo que lleva
adelante el presidente Mauricio Macri.
Esta y no otra va a ser la discusión de las próximas
elecciones con la certeza de que el tiempo corre a favor de Cristina Fernández
y que al pueblo poco le importa los rótulos entre progresistas, populistas o
moralistas en los que se enjuagan algunos sectores elitistas de nuestra
sociedad.
Es evidente que el conjunto de los argentinos estuvimos
atentos a los últimos movimientos políticos de Cristina, como diría un
comentarista de boxeo: Cristina subió al cuadrilátero y ocupó el centro del
ring esperando al contrincante que se anime a dar pelea por el trofeo mayor,
estos son: los votos de los trabajadores y los sectores medios de la población.
VICENTE SCORDAMAGLIA
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