martes, 20 de junio de 2017

EL DÍA QUE LA CLASE MEDIA DESCENDIÓ AL UMBRAL DE LA POBREZA

EL DÍA QUE LA CLASE MEDIA DESCENDIÓ AL UMBRAL DE LA  POBREZA

Algunos periodistas que antes de serlo (en su juventud) incursionaron en la política, creen que la gente juzga de los políticos y sus programas las intenciones de estos y no las realidades. Cuando escriben sus artículos adornados con metáforas pretendiendo explicar lo que a medida que pasa el tiempo (del actual gobierno) es menos explicable y queriendo cargarle toda la responsabilidad de la crisis actual a los sectores populistas que gobernaron el país durante doce años, entonces me hago la siguiente pregunta con cierta ingenuidad: ¿Cómo habrán hecho esos gobiernos (Néstor y Cristina) para que las grandes mayorías los votaran durante tres mandatos seguidos?.

Para graficar descarnadamente la respuesta veamos lo que dice en su relato un señor de clase media que tiene un negocio sencillo de venta de colchones que quiero compartir con el lector: _mire_ me dijo con un dejo de tristeza en su rostro _yo vote a Macri porque me convenció que tenía el proyecto y los equipos para avanzar democráticamente hacia un estado de bienestar superior al que el pueblo argentino había alcanzado con el gobierno anterior, algo parecido a un desarrollismo del siglo XXI (me decían) en cambio en menos de un año y medio se dedicaron a romper un país que más o menos funcionaba, dejando de contener a los sectores más necesitados y creando en la gran clase media la incertidumbre de dejar de pertenecer a un segmento de argentinos con una alta expectativa de llegar a tener un progreso ascendente en su vida personal y familiar; en lugar de mejorar este valor, que beneficiaba a las tres cuartas partes de la población, construyeron una factoría, fortaleciendo desde su inicio a los sectores que más recursos tienen en la sociedad y los que pueden soportar por más tiempo los ajustes brutales que viene realizando este gobierno, reformas que ni siquiera se animaron a realizar los distintos gobiernos de facto que solían gobernar a la Argentina por el solo derecho que le asistía el haber tomado el poder por la fuerza, eliminando por decreto todos los derechos constitucionales de los argentinos. El “cambio” propuesto por los macristas solo fue una farsa, una fachada para imponer desde el Estado condiciones desfavorables para grandes sectores de la población en beneficio de las empresas que se supone eran quienes venían a invertir, creando miles de puestos de trabajo de calidad y avanzar así hacia el “hambre cero” consigna esta que aun brilla por su ausencia. De solo verlos andar se demostró que ese cambio solo estaba al servicio de unos pocos para que sus empresas sean competitivas y puedan seguir con sus negocios protegidos por un gobierno que solo vino a garantizar condiciones de negocios para los más ricos de la sociedad. Encima, hoy resulta que después de quince meses de ajustes brutales me piden que no proteste porque así estoy desestabilizando al gobierno democrático, ¿qué esperan que me quede en mi casa tranquilo esperando las mejoras que en algún semestre de no sé qué año vendrán las inversiones extranjeras y a partir de allí seremos todos felices?. ¿Cómo pretende que me sienta, sobre todo viendo como los sectores empresariales que siempre se enriquecieron a costillas del Estado argentino lo siguen haciendo hoy a cara descubierta con un gobierno que los protege?. Hace quince meses yo tenía lo necesario para la educación de mi familia, la salud y lo indispensable para vivir dignamente: casa, coche, dos vacaciones por año, y un proyecto de vida junto a mis dos hijas, hoy mi esposa trabajadora del Estado con catorce años de antigüedad se quedó sin trabajo, sacamos a mis dos hijas de  la escuela privada, dejamos la obra social del hospital Alemán y estoy a punto de cerrar mi negocio porque se detuvo el consumo que movía la economía de las pequeñas empresas; hoy la incertidumbre me carcome el cerebro cuando pienso  que en poco menos de dos años mi familia descendió al nivel de la pobreza y encima me tengo que comer que un funcionario como González Fraga me diga que esto me pasó porque la gente de mi clase social no tenía derecho a tener la calidad de vida que pretendíamos tener como años atrás. Qué salvaje es esta gente!, cuanta insensibilidad tienen en su conciencia!, no les importa el pueblo, solo sus negocios. Hoy resulta que después de todo el descalabro que hicieron con la economía (favorable para pocos) pretenden sacar subsidios  por discapacidad, avanzar sobre el saqueo al ANSES, recortes a medicación crítica para los jubilados, y lo que es peor seguirán con los tarifazos criminales que terminarán por arrasar con la voluntad de progreso que tiene la clase media argentina” (hasta aquí el relato)

En este escenario que viven cientos de miles de argentinos Cristina Fernández plantó su nuevo espacio político (Unidad Ciudadana) en el corazón de la problemática social de los argentinos; y por aquello que dice que las elecciones se ganan convenciendo a los que no nos votaron y no a los que están convencidos, va decididamente en busca de la representación de los votos que están por afuera de las ideologías partidarias y los intereses económicos de las corporaciones mediáticas: esto es la gran clase media argentina.
En su discurso de lanzamiento de su nuevo espacio político evitó por todos los medios confrontar, tanto con su ocasional rival interno (Randazzo) ni con el frente 1País de Massa y Stolbizer, tampoco lo hizo con ningún otro dirigente del oficialismo de Cambiemos, sino que se dedicó prolijamente con su puesta en escena a diferenciarse del modelo que lleva adelante el presidente Mauricio Macri.           
Esta y no otra va a ser la discusión de las próximas elecciones con la certeza de que el tiempo corre a favor de Cristina Fernández y que al pueblo poco le importa los rótulos entre progresistas, populistas o moralistas en los que se enjuagan algunos sectores elitistas de nuestra sociedad.

Es evidente que el conjunto de los argentinos estuvimos atentos a los últimos movimientos políticos de Cristina, como diría un comentarista de boxeo: Cristina subió al cuadrilátero y ocupó el centro del ring esperando al contrincante que se anime a dar pelea por el trofeo mayor, estos son: los votos de los trabajadores y los sectores medios de la población.


VICENTE SCORDAMAGLIA

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