Artículo de Opinión
LA AGONÍA DE POLITICAS FALLIDAS
Por: Vicente Scordamaglia
La calma chicha que parece haber “logrado”
el gobierno con la corrida cambiaria, de ninguna manera significa haber
resuelto la crisis que Argentina vivió los últimos meses hasta que se tejieran
un mar de versiones con respecto a la fortaleza que tuviera el gobierno
nacional para campear los problemas originados por los malos resultados de la
política económica y cambiaria en Argentina.
La “calma” del mercado cambiario tampoco
garantiza la paz social de los trabajadores en general y los sectores medios en
particular, destinatarios involuntarios de las políticas fallidas del gobierno
que desde su inicio no dejó de impulsar y ejecutar un plan político fallido con
el convencimiento de que ese es el
camino correcto.
Los flacos resultados alcanzados por
el gobierno hoy están a la vista y descolocan no solo al oficialismo que no
reacciona frente a la gigantesca crisis creada por su ineficaz plan económico sino
que también, obliga a la oposición a encontrar una pronta respuesta que le
ofrezca a los argentinos una salida institucional a la crisis y así lograr capitalizar
todavía más, los desaciertos del gobierno y sus aliados.
La crisis económica anunciada por
toda la clase política con los aumentos de todos los servicios públicos y el
aumento indiscriminado de la canasta alimentaria y sus derivados, mantiene en
vilo a toda la sociedad y en alerta máximo a las principales centrales obreras
y movimientos sociales que prometen ganar la calle con densos paros activos que
apuntan fundamentalmente a presionar y obligar al gobierno a revertir las
medidas recesivas instaladas por la alianza cambiemos.
Lo que es raro entender del accionar
de este gobierno es su falta de termómetros y mecanismos políticos para
interpretar la afiebrada realidad presente.
Es muy grave saber que el gobierno y
sus equipos hayan sido tan temerarios en no haber previsto un plan de
contingencia para el caso (como está sucediendo) en que su plan económico
fracasara.
Nadie puede asegurar a esta altura de
los acontecimientos que ya pasó el temporal que sacudió a la Argentina, tasas
del 60 % y 600 millones de pesos en Lebac desvelan al gobierno y su gabinete.
Los insignificantes cambios
efectuados en los ministerios de salud y trabajo no son simplemente un cambio
operativo en función de optimizar sus funciones, son señales simbólicas que
indican cuales son las prioridades para este gobierno y sus funcionarios. La
falta de políticas claras en Educación Trabajo y Salud son tres ejes
fundamentales para que cualquier proyecto de nación, funcione más a allá de su
ideología.
En este orden de cosas, son pocas las
medidas destinadas a la problemática de la gente, todas apuntan a fortalecer la
posición de los mercados, los bancos, los grupos financieros y los grupos de
poder.
Así la argentina se va configurando como
una factoría al servicio de las necesidades y los intereses de grupos de poder
financiero internacional que están haciendo el gran negocio a costillas del
esfuerzo de nuestros trabajadores y sus familias.
Los movimientos sociales han sido
eficaces para instalar temas importantes en la agenda política nacional, pero
no han encontrado todavía la fórmula para configurarse como factores de poder y
así representar a un sector de la sociedad llevando sus demandas (por otro lado
legitimas) a los distintos estamentos del poder nacional y social.
Para ello la sociedad deberá
encontrar las condiciones apropiadas para incorporar a nuevos sectores a la
vida nacional e institucional y así fortalecer al sistema democrático con menos
presiones y más eficacia política para representar a vastos sectores de nuestra
comunidad que hoy no tienen voz ni voto en el parlamento nacional.
No solo los movimientos sociales sino
también formaciones políticas de izquierda que hoy se encuentran atomizadas y
en muchos casos casi “en estado marginal”
Al revés de lo que muchos piensan (prejuicios
que se mantuvieron durante tanto tiempo en la política nacional) estos sectores
en cuestión, tienen mucho que aportar a nuestra democracia para construir una Argentina
más justa, más inclusiva y una salida rápida de la crisis que hoy mantiene
estancado a nuestro país; su capacidad para percibir las injusticias del sistema
imperante y su pronta reacción de movilización son indispensables para que los
gobiernos de cualquier signo que sean, construyan programas económicos menos
injustos a la hora de tomar medidas en contra de los intereses de las grandes
mayorías de nuestro pueblo.
Hoy, la economía mundial, está lejos
de transitar por un proceso en expansión y distribución, por el contrario, su ciclo
es de una profunda crisis recesiva, en donde los mercados globales que
gobiernan el mundo se apropian desmesuradamente de todo el excedente que
producen los pueblos en vías de desarrollo, es necesario por ello, contar con
toda la capacidad política disponible para imaginar un proyecto político de
inclusión, más justo y solidario que construya con una sociedad unida, un
destino común para los argentinos.
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