domingo, 31 de enero de 2016

¿DESARROLLISMO O NEOLIBERALISMO?

¿DESARROLLISMO O NEOLIBERALISMO?
A poco menos de dos meses de haber asumido el nuevo gobierno, éste tuvo aciertos y errores que en la sumatoria entre el debe y el haber dan un saldo de dudas e interrogantes para los pocos días que tiene de gestión. Comenzar las relaciones internacionales con países vecinos confrontando con Venezuela tuvo un costo innecesario que se debió haber evitado; con el afán de dar señales al mundo económico y o a países enfrentados con ese país se lo vio  al nuevo gobierno con poca cintura política en cuestiones internacionales ya que, Venezuela, funciona todavía como eje de varios países de la región que sustentan más o menos las mismas posturas que  Nicolás Maduro.

La andanada de despidos que sacude y agita al mundo laboral me parece un tanto desmedido, es imposible en tan poco tiempo saber quién es quién en el complejo entramado del Estado Nacional; este  delicado tema, debe tener un tratamiento especial para que no paguen justos por pecadores. La judicialización de la protesta parece ser un tema en el cual este gobierno no quiere tranzar ni un tranco de pollo, el miedo que tiene el Macrismo es que la oposición le gane la calle, como ya sucede, y comience el desgaste prematuro; pero si a esto le sumamos los decretos de necesidad de urgencia (DNU) también innecesarios nos muestran a un gobierno que se parece mucho más al anterior en sus prácticas políticas que lo anunciado por el Ingeniero Presidente cuando dijo que es posible hacer política de otro modo. Todos estos episodios no hicieron otra cosa que darle legitimidad a los argumentos que los Cristinistas  agitaron con fuerza en la campaña Presidencial.

La situación argentina se parece más a una ficción que a una realidad política. Esto es como un gran libreto en donde cada uno cumple con el rol asignado; las autoridades entrantes quieren achicar el Estado para después agrandarlo a su antojo, para ello tienen que despedir gente, sobre todo si entienden que hay un excedente de trabajadores del Estado que fueron o son afines al gobierno anterior, los gremialistas defienden a los despedidos como corresponde, ellos ven disminuidas sus recaudaciones, y además hay en nuestro país una conciencia adquirida para con los trabajadores en la cual la defensa del empleo es su razón de ser, de los gremios y sus dirigentes, ¡gobierne quien gobierne con el trabajo no se jode se lucha y se defiende! coinciden todos. Los movimientos sociales defienden sus derechos logrados en el marco de una lucha ganada a través de los distintos gobiernos, en la cual sostienen que el Estado Nacional tiene que hacerse cargo de los marginados y desocupados que produce el sistema capitalista explotador, en el que el trabajo es un bien  escaso a repartir, y para sumar leña al fuego en este barullo de decisiones erráticas, los Jueces dictan fallos inoportunos maniobrando entre lo que dice la ley y lo que es justo, encarcelando  a una dirigente emblemática como Milagro Sala por ocupar la vía pública en una protesta y no por delitos que según dicen habría cometido con los manejos de los fondos públicos. Mientras todo esto sucede, los economistas ajustan sus números para ofrecer futuros negocios a capitales provenientes del exterior que parece serán beneficiosos para generar nuevos empleos y paliar el déficit laboral. Con toda esta ingeniería y con un poco de suerte después de la compleja negociación de las paritarias algo le llegará al pueblo trabajador.

Hasta aquí si todo esto se cumple dentro de los carriles más o menos establecidos por los factores de poder en Argentina, la sangre no llegará al río; esto significa poner al país en armonía para dejar a todos “contentos” y vociferar a los cuatro vientos que La Argentina ha cambiado para que la rueda siga su curso hasta la próxima crisis nacional y popular.  
Es importante destacar en este escueto relato que lo importante para un nuevo gobierno pasa por tener los espacios de explotación de La Nación ordenados,  sectores de la economía nacional en que el gobierno, previa planificación, está dispuesto a desarrollar; pero para que estos capitales extranjeros vengan a invertir es necesario que el país reúna una serie de requisitos. En este contexto tiene importancia el apuro de levantar el cepo al dólar y el segundo paso de vital importancia por cierto, es tener “paz social” ya que ningún empresario desea correr riesgos con su inversión mucho menos en un país convulsionado por conflictos sociales, políticos o gremiales.
Este es el esfuerzo más importante que está realizando el Ingeniero Presidente para mostrar un cambio que de señales claras hacia el exterior, para que los señores del poder financiero vengan a invertir  a La Argentina. Cabe señalar entonces que este modelo que intenta poner en práctica el nuevo gobierno no cierra por ningún otro lado que no sea con inversiones procedentes del capital financiero internacional por tanto comienza a quedar claro cuáles son las prioridades para este gobierno.

La urgencia del gobierno de Macri lo somete al riesgo cierto de cometer una serie de errores que se vienen produciendo dejando entrever una cierta improvisación en las decisiones sometidas a prueba y error, por ello, es indudable que a Macri le está faltando una pata política activa que tuvieron otros gobiernos en función de  consensuar las decisiones más traumáticas con el fin de sufrir el menor desgaste posible y morigerar los daños colaterales de un cambio que puede ser brutal en la medida que no se contenga a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Mientras todo esto sucede en tiempo récord y un nuevo decreto favorece al multimedio de Magnetto y asociados, el pueblo que lo votó sigue esperando al desarrollismo anunciado en la campaña y no al neoliberalismo que se posiciona con fuerza.

VICENTE SCORDAMAGLIA

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