¿DESARROLLISMO O
NEOLIBERALISMO?
A poco menos de dos meses de haber asumido el nuevo gobierno,
éste tuvo aciertos y errores que en la sumatoria entre el debe y el haber dan
un saldo de dudas e interrogantes para los pocos días que tiene de gestión.
Comenzar las relaciones internacionales con países vecinos confrontando con
Venezuela tuvo un costo innecesario que se debió haber evitado; con el afán de dar
señales al mundo económico y o a países enfrentados con ese país se lo vio al nuevo gobierno con poca cintura política en
cuestiones internacionales ya que, Venezuela, funciona todavía como eje de
varios países de la región que sustentan más o menos las mismas posturas
que Nicolás Maduro.
La andanada de despidos que sacude y agita al mundo laboral
me parece un tanto desmedido, es imposible en tan poco tiempo saber quién es
quién en el complejo entramado del Estado Nacional; este delicado tema, debe tener un tratamiento
especial para que no paguen justos por pecadores. La judicialización de la
protesta parece ser un tema en el cual este gobierno no quiere tranzar ni un
tranco de pollo, el miedo que tiene el Macrismo es que la oposición le gane la
calle, como ya sucede, y comience el desgaste prematuro; pero si a esto le
sumamos los decretos de necesidad de urgencia (DNU) también innecesarios nos
muestran a un gobierno que se parece mucho más al anterior en sus prácticas
políticas que lo anunciado por el Ingeniero Presidente cuando dijo que es
posible hacer política de otro modo. Todos estos episodios no hicieron otra
cosa que darle legitimidad a los argumentos que los Cristinistas agitaron con fuerza en la campaña
Presidencial.
La situación argentina se parece más a una ficción que a una
realidad política. Esto es como un gran libreto en donde cada uno cumple con el
rol asignado; las autoridades entrantes quieren achicar el Estado para después
agrandarlo a su antojo, para ello tienen que despedir gente, sobre todo si
entienden que hay un excedente de trabajadores del Estado que fueron o son
afines al gobierno anterior, los gremialistas defienden a los despedidos como
corresponde, ellos ven disminuidas sus recaudaciones, y además hay en nuestro
país una conciencia adquirida para con los trabajadores en la cual la defensa
del empleo es su razón de ser, de los gremios y sus dirigentes, ¡gobierne quien
gobierne con el trabajo no se jode se lucha y se defiende! coinciden todos. Los
movimientos sociales defienden sus derechos logrados en el marco de una lucha
ganada a través de los distintos gobiernos, en la cual sostienen que el Estado
Nacional tiene que hacerse cargo de los marginados y desocupados que produce el
sistema capitalista explotador, en el que el trabajo es un bien escaso a repartir, y para sumar leña al fuego
en este barullo de decisiones erráticas, los Jueces dictan fallos inoportunos
maniobrando entre lo que dice la ley y lo que es justo, encarcelando a una dirigente emblemática como Milagro Sala
por ocupar la vía pública en una protesta y no por delitos que según dicen
habría cometido con los manejos de los fondos públicos. Mientras todo esto
sucede, los economistas ajustan sus números para ofrecer futuros negocios a
capitales provenientes del exterior que parece serán beneficiosos para generar
nuevos empleos y paliar el déficit laboral. Con toda esta ingeniería y con un
poco de suerte después de la compleja negociación de las paritarias algo le
llegará al pueblo trabajador.
Hasta aquí si todo esto se cumple dentro de los carriles más
o menos establecidos por los factores de poder en Argentina, la sangre no
llegará al río; esto significa poner al país en armonía para dejar a todos
“contentos” y vociferar a los cuatro vientos que La Argentina ha cambiado para
que la rueda siga su curso hasta la próxima crisis nacional y popular.
Es importante destacar en este escueto relato que lo
importante para un nuevo gobierno pasa por tener los espacios de explotación de
La Nación ordenados, sectores de la
economía nacional en que el gobierno, previa planificación, está dispuesto a
desarrollar; pero para que estos capitales extranjeros vengan a invertir es
necesario que el país reúna una serie de requisitos. En este contexto tiene
importancia el apuro de levantar el cepo al dólar y el segundo paso de vital
importancia por cierto, es tener “paz social” ya que ningún empresario desea
correr riesgos con su inversión mucho menos en un país convulsionado por
conflictos sociales, políticos o gremiales.
Este es el esfuerzo más importante que está realizando el
Ingeniero Presidente para mostrar un cambio que de señales claras hacia el
exterior, para que los señores del poder financiero vengan a invertir a La Argentina. Cabe señalar entonces que
este modelo que intenta poner en práctica el nuevo gobierno no cierra por
ningún otro lado que no sea con inversiones procedentes del capital financiero
internacional por tanto comienza a quedar claro cuáles son las prioridades para
este gobierno.
La urgencia del gobierno de Macri lo somete al riesgo cierto
de cometer una serie de errores que se vienen produciendo dejando entrever una
cierta improvisación en las decisiones sometidas a prueba y error, por ello, es
indudable que a Macri le está faltando una pata política activa que tuvieron
otros gobiernos en función de consensuar
las decisiones más traumáticas con el fin de sufrir el menor desgaste posible y
morigerar los daños colaterales de un cambio que puede ser brutal en la medida
que no se contenga a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Mientras todo esto sucede en tiempo récord y un nuevo decreto
favorece al multimedio de Magnetto y asociados, el pueblo que lo votó sigue
esperando al desarrollismo anunciado en la campaña y no al neoliberalismo que
se posiciona con fuerza.
VICENTE SCORDAMAGLIA
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